Por fin. Eso pensarán todos los aficionados al ‘soccer’. Vuelve a echar rodar el balón en Norteamérica. Y lo hizo con la competición de la CONCACAF Champions League. Un torneo renovado que, a diferencia de las pasadas ediciones, han suprimido las fases de grupos, arrancado desde la ronda de los 1/8 de final. Las franquicias de la MLS, con un ojo puesto en el pistoletazo de salida para que arranque su campeonato fetiche en poco más de una semana, debutan con buen pie “a medias”. Esto último porque las dos primeras en debutar fue un cara a cara: Colorado Rapids frente a Toronto FC. Un partido que levantó muchísima expectación por el temporal que se avecinaba. Nieve, heladas, viento y frío. Muchísimo frío. Tanto fue así que se llegó a los -13ºC, el partido más frío que se disputó entre dos equipos de la Major League Soccer.

Un equipo en ‘obras’ contra un campeón

Pero no eran pocos los alicientes. Además de la meteorología, los “nuevos” Rapids se presentaban ante su afición en Commerce City. Y sí, nuevos ya que son bastantes las caras nuevas en el equipo de las Montañas Rocosas, empezando con el banquillo. Se estrenaba Anthony Hudson, el neozelandés que desde el primer instante quería dejar su impronta con el mismo esquema que tan bien le funcionó en la selección de Nueva Zelanda (5-3-2/3-5-2). Del once, fueron seis los jugadores que vestían por primera vez, de forma oficial, la zamarra de Colorado: Smith, Wynne, Castillo, Price, Enzo y McBean. En contraposición de lo que ocurriría con los Reds. Los de Greg Vanney llegaban con la vitola de favoritos. Y lo confirmaron desde el inicio. Bajo un módulo de 4-3-1-2, con los mismos hombres de siempre (aun con la baja de Mavinga), pero con el debut de Auro en el carril diestro.

Víctor Vázquez controla un balón ante la presión de Ford. / Foto: @TheChampions
Víctor Vázquez controla un balón ante la presión de Ford. / Foto: @TheChampions

Esa figura de campeón tardó en aparecer en el Dick’s Sporting Goods Park, incluso Colorado tuvo la oportunidad de ponerse por delante, pero Badji falló estrepitosamente en el mano a mano ante Bono. Y es a partir de ahí, tras el descanso, cuando comenzó a aparecer el monstruo de Toronto. Primero fue Giovinco quien le sirvió un buen balón a Osorio para que este rematase de cabeza e hiciese el primero (Howard puede hacer mucho más). Y casi 20 minutos después, en el 73’, fue el brasileño Auro el que centraba desde el mismo carril diestro, siendo la ‘hormiga atómica’ italiana la encargada de ejecutar una volea magistral perforando las redes locales. De nuevo, el veteranísimo portero “canta”. 0-2 para los canadienses, un resultado que les sitúa prácticamente en la siguiente ronda.

Dallas naufraga en Panamá

El siguiente plato con un cuadro ‘emelesero’ fue FC Dallas y su particular viaje al Rommel Fernández de Panamá. Allí aguardaba Tauro FC. Como novedades, en los once elegidos de Óscar Pareja figuraban los fichajes de Mosquera, Ziegler y Nedyalkov, dejando en el banquillo a titulares, el pasado curso claro, como Lamah y Figueroa (era baja Kellyn Acosta).

El choque comenzó con un guion esperado. Ritmo muy lento, notándose en la franquicia texana que aún les pesan las piernas de la pretemporada. No obstante, a medida que el reloj arañaba más minutos, el duelo empezó a romperse. Gran parte de la culpa la tuvieron los extremos, Mosquera y Barrios. El primero tuvo una, pero su disparo con rosca la desvió McFarlane. Mientras que su compatriota colombiano, fue un dolor de cabeza para la defensa panameña. Fue a través de sus botas cuando llegaron las dos más claras, las cuales desperdició Urruti en un doble enfrentamiento con el guardameta local.

Barrios fue de lo poco salvable en Dallas. / Foto: @TheChampions
Barrios fue de lo poco salvable en Dallas. / Foto: @TheChampions

La segunda mitad cambió el signo radicalmente. Era Tauro quien llevaba la batuta y llegaba con peligro in crescendo, sobre todo por banda izquierda de la mano de Jesús González, su gran arma en la noche, donde se emparejaba con un blando Cannon. Y fue precisamente en una de esas cuando saltó la sorpresa. Corría el minuto 57. Es en un saque de esquina forzado y botado por el extremo internacional con Panamá cuando Jesse González no es capaz de atrapar un remate, se le escapa de las manos, y Aguilar la empujaba al fondo de la portería. Incredulidad absoluta en las caras de los jugadores de Dallas. Lo contrario en sus rivales. Felicidad extrema.

Un 1-0 que les bastaría para finalizar el partido sin grandes apuros, ya que no hubo noticias de los texanos durante toda la segunda mitad. Le espera muchísimo trabajo a Óscar Pareja, tanto para intentar darle la vuelta a la eliminatoria en el Frisco como para la puesta a punto en la MLS.