Domingo 26 de mayo de 2013. Estádio Nacional do Jamor. Final de la Taça de Portugal. Minuto 79. Benfica 1-0 Vitória de Guimarães. Y ocurre el milagro. Soudani y Ricardo Pereira dan la vuelta al marcador y el Vitória de Guimarães se proclama campeón de la Taça de Portugal por primera vez en su historia.

El Vitória de Guimarães de Rui Vitória se alza con el trofeo tras una dura temporada marcada por dificultades financieras. A lo largo de la temporada, el técnico tuvo que realizar grandes cambios en el once y en la plantilla en general, ya que el club tuvo que desprenderse de jugadores importantes en el mercado invernal. Tras esta situación y sin fondos para reforzar un equipo en las mínimas, Rui Vitória tuvo que recurrir al equipo B, subiendo muchos jugadores jóvenes al primer equipo para hacer frente al final de temporada. Y así, con un equipo donde la media de edad era de 22 años, Rui Vitória llevó a los vimaranenses a la sexta final de la historia del club.

La edad media de la plantilla del Vitória era de 22 años

Nadie contaba con que el Vitória llegase tan lejos en esta competición, debido a los resultados que había obtenido en dicha edición. El club vimaranense consiguió llegar a los cuartos de final tras desprenderse de Vitória Setúbal y Marítimo en la lotería de los penaltis. A dos pasos de la gran final, el Vitória debía enfrentarse a su eterno rival, el Sporting de Braga, en la ciudad cuna de Portugal. Barrientos consiguió marcar en el minuto 1 de partido y todo apuntaba a la clasificación de los locales, pero en los últimos cinco minutos de partido, el Sporting de Braga empataba el encuentro con un gol de Éder, lo que llevaba el partido a la prórroga. De nuevo el uruguayo Barrientos se disfrazó de héroe marcando en la prórroga, llevando al Vitória a las semis y al Dom Afonso Henriques al éxtasis.

Los conquistadores veían el Estádio do Jamor cada vez más nítido. Para que este sueño se tornase realidad debían afrontar dos apasionantes partidos frente al Belenenses, el primero de ellos en el Estádio do Restelo de Lisboa. El club de Belém, que por entonces militaba en la Segunda Liga, contaba con una plantilla digna del primer escalón del fútbol portugués – muchos de estos jugadores continúan en el club y han jugado competiciones europeas - y había alcanzado estas semifinales por méritos propios. Sin embargo, el Vitória consiguió vencer ambos encuentros sin muchas dificultades, el primero con un 0-2 y el segundo por la mínima, 1-0. De esta forma, el Vitória se convertía en finalista de la competición y se enfrentaría al poderoso Benfica en el Estádio Nacional.

El Benfica de Jorge Jesus viajaba al Estádio do Jamor con un bagaje algo pesado, ya que venía de perder dos títulos en apenas cuatro días. El club encarnado tenía todo de cara para proclamarse campeón de liga, pues había ocupado el primer puesto durante casi toda la temporada. Sin embargo, en el penúltimo encuentro de la competición liguera, el FC Porto consiguió remontarle un partido épico en el minuto 92, cayendo el Benfica a la segunda plaza en detrimento de los dragones. Cuatro días más tarde, en el Amsterdam Arena, el conjunto entrenado por Jorge Jesus perdía la final de la Europa League por 2-1 ante el Chelsea de Rafa Benítez. Nuevamente, el Benfica perdía un título en los últimos compases del encuentro y pretendían romper con esta pésima racha ante el Vitória de Guimarães en la “fiesta del fútbol portugués”.

Día radiante, Estádio do Jamor hasta la bandera, los 22 protagonistas sobre el terreno de juego y suena A Portuguesa. Benfica y Vitória de Guimarães se pusieron a las armas y se esperaban 90 minutos de fútbol apasionantes. A priori, el Benfica partía como favorito en este choque, con jugadores de talla mundial como Aimar, Garay o Matic. Y así lo empezó demostrando en los primeros compases de la final, con numerosas llegadas y ocasiones de peligro. Sin embargo, bajo palos se encontraba un enorme Douglas, que no le puso nada fáciles las cosas a los jugadores benfiquistas, desquiciándolos con varias paradas de mucho mérito. No fue hasta el minuto 30 de partido cuando Nico Gaitán con algo de fortuna abrió la lata. Con este gol, el argentino guiaba a los suyos hacia la victoria y destapaba la euforia en la grada encarnada.

Los minutos pasaban, lentos para los benfiquistas, como un tiro para los conquistadores. Los hombres de Rui Vitória no conseguían incomodar al guardameta Artur, las ocasiones eran escasas y la sensación de peligro ínfima. Tras el descanso, el partido entró en un bucle y se hizo espeso, sin acercamientos a ambas porterías y poco atractivo para el aficionado. El partido se acercaba a su fin y los jugadores benfiquistas casi podían tocar la copa con la yema de sus dedos. Sin embargo, a algo más de 10 minutos del final, con más corazón que cabeza y con más casta que fútbol, el Vitória de Guimarães consiguió el gol del empate por parte de Soudani, tras un grave error de Artur. Había partido.

En apenas dos minutos, el Vitória le dió la vuelta al marcador

Rui Vitória se abrazaba a sus jugadores del banquillo de suplentes porque sabía que el equipo había resucitado y que cualquier cosa podía pasar ya. Con ese gol en el minuto 79, el Vitória se metía de nuevo en el partido y podía acabar en prórroga. Pero los vimaranenses no dieron tregua a su rival y no dejaron que el Benfica reaccionase. Dos minutos más tarde, Ricardo Pereira recoge un balón muerto cerca del medio del campo, la baja al verde y se marcha de hasta tres jugadores con técnica y velocidad. El futbolista portugués se planta al borde del área y le pega a la bola, que entra en la portería con sutileza. Los jugadores del Vitória se abrazan sobre el césped, se instaura la locura en la grada y Jorge Jesus mira atónito lo que está ocurriendo, sin terminar de creerse lo que acababa de suceder. El Vitória estaba a 9 minutos de proclamarse campeón.

Estos dos tantos habían dejado KO al Benfica, que volvía a ver cómo se le escapaba otro título en los últimos minutos del partido, nuevamente con el mismo marcador. El Benfica no lograba crear peligro sobre la portería de Douglas y la hazaña vimaranense cada vez cobraba más fuerza. Tras tres minutos de añadido, el colegiado señaló el final. El Vitória de Guimarães se alzaba con la Taça de Portugal por primera vez en su historia. David había vencido a Goliat.

Trofeo más que merecido para un equipo que se hizo fuerte ante las adversidades y que salió adelante tras la marcha de sus mejores jugadores. Más que merecido para un técnico que supo sacar el máximo de jugadores jóvenes sin experiencia en la categoría. Más que merecido para una afición y una ciudad que viven y sienten el fútbol de una manera única. Tras varios años a la sombra, el Vitória se hacía con un importante título que brillará en sus vitrinas pero, sobre todo, en el recuerdo de todos los aficionados vimaranenses.