Ya lo dijo Virgilio en tiempos del poderoso Imperio Romano: "Audentis Fortuna iuvat". La fortuna solo sonríe a los más audaces. Desde luego, el famoso poeta romano no se equivocaba. Virgiio sabía que sin la fortuna, los ejércitos del Imperio no lograrían la victoria y no conquistarían nuevas tierras. Sin esa misma fortuna, quizás Portugal no hubiera conseguido la Eurocopa, y quizás sin esa fortuna los lusos no se hubieran estrenado con victoria en estos Juegos de Rio. Triunfo luso a una interesante Argentina (2-0) donde decidieron los fallos en defensa y la siempre caprichosa fortuna.

El partido ya hacía presagiar que habría cosas muy interesantes antes de que el balón echara a rodar. Tanto la Albiceleste como la Seleção habían tenido muchos problemas a la hora de confeccionar la lista de convocados. Las posibles alineaciones eran también un misterio, pues apenas habían tenido tiempo de preparación. Rui Jorge, al igual que Fernando Santos en la selección absoluta, hizo una columna formada por jugadores de la eterna fábrica del Sporting de Portugal. Ricardo Esgaio y Tobias en defensa, André Martins en el centro del campo y Carlos Mané de revulsivo.

Argentina por su parte planteaba un once donde destacaban la portería y la delantera. El txuri urdin Rulli bajo balos y el colchonero Correa en la punta de ataque, escoltado por Calleri. Mucho protagonismo para La Liga en este partido, puesto que en Portugal estaban jugadores como Edgar Ié o Salvador Agra y en Argentina Cristian Espinoza y el mismísimo hijo del Cholo Simeone.

Media hora de control y media hora de desconexión

La primera media hora de partido fue a la portuguesa. Los lusos movieron el balón a su antojo, abriendo el juego a las bandas con bastante facilidad y llegando a portería con relativa holgura. De hecho, Portugal estrenó el marcador a los tres minutos de partido por mediación de Bruno Fernandes, pero el colegiado anuló el tanto por fuera de juego. La zaga de Argentina daba muestras de desorientación a medida que pasaban los minutos; Salvador Agra era un puñal en banda derecha y los desmarques al espacio de Gonçalo Paciência siempre traían peligro.

Fotografía: Matthias Hangst | Getty Images
Fotografía: Matthias Hangst | Getty Images

Sin embargo, la Seleção se adormiló cuando el electrónico marcó la media hora de partido. Soltó el pie del acelerador, dando por sentado que podían manejar el partido a su antojo. Argentina despertó, empezó a gustarse en el terreno de juego y de hecho empezó a crear las mejores ocasiones de gol. Correa fue uno de los más insistentes, poniendo a prueba una y otra vez a Bruno Varela.

Pese al ilusionante inicio de partido, Portugal se fue al descanso con unas dudas que siguieron nada más reanudarse el choque. Argentina creaba mucho peligro al contragolpe y daba la sensación de que podía marcar en cualquier momento. Fue ahí donde tuvo que intervenir la siempre impredecible fortuna del balompié.

Calleri se encuentra el travesaño, Paciência no tiene piedad

Todo empezó con un contragolpe de José Luis Gómez. Pase en profundidad hacia Calleri y el ex de Boca Juniors acaba la jugada de manera perfecta. Vaselina sutil por encima de Bruno Varela y el balón hace una parábola sensacional, bajando poco a poco al fondo de la red. Sin embargo, el esférico se topó con el travesaño y la Albiceleste se quedó con la miel en los labios. 

Y como dice el famoso refrán, quien perdona lo termina pagando. Pocos minutos después, Portugal iniciaba un contragolpe en banda izquierda, el balón le caía en la frontal a Gonçalo Paciência y el canterano del Porto hacía un Déjà vu. Disparo desde la frontal, seco, por abajo, muy colocado, imparable para el guardameta. Exactamente con la misma jugada, Éder dio la Eurocopa a Portugal. Quien sabe si Paciência puede dar un oro olímpico con esa acción.

Fotogtafía: Quinn Rooney | Getty Imahes
Fotogtafía: Quinn Rooney | Getty Images

A partir del gol se vio a una Argentina un tanto descentrada, nerviosa, con bastante ansiedad. Por momentos robaban la posesión a Portugal, pero sus jugadas se quedaban en tres cuartos de cancha. Eran los lusos los que tenían que defender el resultado pero eran también los que mejores ocasiones seguían creando. Más audacia y también más fortuna.

Noche negra para Rulli y gol de la sentencia

Hasta aquel momento, Gerónimo Rulli estaba siendo de los mejores del partido pese al 0-1. Poco pudo hacer en el tanto de Gonçalo Paciência y había salvado a la Albiceleste sacando dos mano a mano a Salvador Agra y Bruno Fernandes. Pero faltaba lo peor, quedaba un fallo monumental que empañó todo un partido de buenas actuaciones.

Un disparo muy lejano, sin demasiada potencia y con muy poca altura de Pité, que acababa de entrar al terreno de juego. Rulli se agacha para coger el balón con facilidad cuando de repente el esférico bota, se le escurre al meta por debajo de las piernas y entra al fondo de la red. Apenas quedaban seis minutos para el final, el partido ya estaba finiquitado.

Fotografía: Matthias Hangst | Getty Images
Fotografía: Matthias Hangst | Getty Images

Tuvo una última oportunidad Argentina para anotar el gol de honor. Un remate de chilena de Giovanni Simeone que tuvo que sacar Ilori bajo palos, pues Bruno Valera ya estaba vencido. Tres puntos muy importantes para Portugal, que les coloca como líder provisional del Grupo D habiendo ganado al que es en principio el rival más complicado. Esperan Honduras y Algeria en los próximos días.

Los datos del partido

- Es la primera victoria de Portugal sobre Argentina en unos Juegos Olímpicos. En Atalanta'96 se enfrentaron en dos ocasiones, con un balance de una victoria para la Albiceleste y un empate.

- Es la segunda victoria de Portugal sobre un país sudamericano en la historia de los Juegos. El primero fue Chile, en 1928.

- Es la primera derrota de Argentina en unos Juegos desde hace veinte años. Nigeria había sido la última en vencer a la Albiceleste, en la final de 1996.

- Es la sexta victoria de Portugal en unos Juegos (trece partidos disputados) y la segunda vez que consiguen ganar dejando su portería a cero. La primera fue vez en 1996, ante Túnez (2-0).