Tercera vez que el Madrid se queda a las puertas de la final de la UEFA Youth League, segunda vez que los apea el Benfica y segunda final para los lisboetas. El Benfica entra en la final por la puerta grande y tras anotar tres goles en veinte minutos magníficos de los lisboetas.
La primera mitad fue electrizante, Benfica salió a morder y el Madrid no se encontraba cómodo en el campo. El resultado de dicha ecuación fueron tres goles en veinte minutos y un Madrid tocado. El Madrid reaccionó y recortó distancias antes del descanso, quedaban 45 minutos y todo un mundo por ver.
El segundo tiempo fue muy distinto al primero, a Benfica le entró el llamado miedo a ganar y los merengues comenzaban a creer en una remontada. Anotaron el 2-3, pero nunca llegaría el empate. Fabio Duarte y Rubén Dias fueron los héroes del encuentro, el primero con sus paradas y el segundo con una seguridad apenas vista en juveniles y demostrando que era el capitán.
Los últimos minutos fueron tensos, Benfica tenía el pase a la final en las manos, pero el Madrid se fue creciendo hasta dominar el encuentro por completo. Para lamento de los de Guti llegaría el 2-4 a la contra, con todo el Madrid volcado, y Benfica iba a acceder a una final en la que se enfrentará a RB Salzburg.
La importancia de salir despierto
El partido prometía espectáculo, prometía goles y aseguraba emociones. Benfica demostró su calidad y salió arrollando desde el primer minuto, a los cinco minutos llegaba el gol de Joao Félix. Un exquisito remate de espuela tras un centro de Fernandes, el ariete remataba liberado gracias a una zaga merengue que parecía no estar en el campo.
Esa ausencia de los jugadores fue fatal y Benfica se pondría 0-3 antes del minuto 20. Joao Filipe aprovechó un error garrafal de la zaga madridista para anotar el segundo de la tarde. El tercero llegaría tras un brillante contraataque que iba a terminar con el segundo gol de Joao Félix.
El Madrid estaba tocado, pero no hundido y la reacción no tardaría en llegar. Óscar mandó un disparo al palo como aviso, en el minuto 26 Dani Gómez definiría de forma brillante para anotar el 1-3. La reacción blanca llegaba y, con 65 minutos por disputarse, el Madrid comenzaba el intento de remontada.
Los nervios de los benfiquistas crecían con el paso de los minutos, el miedo a ganar se comenzaba a instalar en los jugadores lisboetas y el Madrid comenzaba hacerse con la pelota y a dominar el encuentro.
Se llegaría al descanso con el 1-3 y con un Benfica que necesitaba controlar los nervios si quería evitar una remontada de sus rivales.
Dominio merengue, heroicidades benfiquistas
El miedo se había instalado en el cuerpo de los jugadores de Benfica y, para más inri, llegaría, tras un error de la zaga lusa, el 2-3 cuando apenas habían pasado unos minutos del segundo tiempo.
En ese momento parecía que el Madrid le podía dar la vuelta a la eliminatoria, Benfica estaba noqueado y los de Guti comenzaron a creer en la remontada.
En ese momento aparecieron Fabio Duarte y Rubén Dias, portero y capitán, dos jóvenes que se acabaron convirtiendo en héroes a su temprana edad. Los dos eran la calma en una marabunta de nervios.
El portero parecía llevar diez años jugando al máximo nivel, lo blocaba todo y, con el paso de los minutos, instaló esa seguridad en sus compañeros. Dias parecía todo un veterano, sacaba la pelota y evitaba cualquier internada sin cometer errores, sin hacer la típica falta que puede costar partidos.
Con el tiempo ya cumplido el Madrid estaba volcado en busca del empate que forzase la prórroga. Con el partido en las últimas llegaría el 2-4 obra de Joao Filipe, el partido quedaba sentenciado y Benfica estaba en la final.
El pitido final llegaba tras el cuarto de los lusos. Los merengues lloraban de impotencia y los benfiquistas celebraban el pase a la final, la segunda que disputará este club en los cuatro años de historia de la Youth League.
La batalla final se disputará el próximo lunes 24 de abril a las 17:00. Benfica y Salzburgo pelearán por el título de mejor club juvenil de Europa y por cumplir un sueño que muchos buscan y muy pocos alcanzan.