El partido comenzaba con dos equipos muy activos, buscando el dominio de la pelota desde el comienzo e inyectando una intensidad muy fuerte. Los hombres de José Mourinho parecían algo dormidos en los primeros quince minutos, ya que no conseguían conectar el centro del campo con la línea de ataque, estando hombres tan importantes como Martial y Lukaku muy desaparecidos hasta ese momento.

El Liverpool comenzaba a crecerse, convirtiéndose en el dominador absoluto del esférico, con un 74% de la posesión. Este dato demostraba fielmente lo que estaba siendo el encuentro, pues los "Reds" estaban siendo los únicos protagonistas sobre el terreno de juego, encarando constantemente la mete defendida por David De Gea.

En el minuto 32, los locales tenían una de las mejores oportunidades de la primera mitad. Roberto Firmino lograba zafarse de su defensor con un magnífico regate, mandando el esférico al centro del área donde Emre Can remataba a quemarropa, no obstante,  el guardameta visitante realizaría una parada abismal, permitiendo que el electrónico continuase con empate a cero.

Los de Jürgen Klopp estaban practicando un juego extraordinario, llevando de un lado a otro al Manchester United, que apenas daba síntomas de mejoría. Philippe Coutinho campaba a sus anchas sobre el césped de Anfield, volviendo loco a la defensa rival con  rápidos movimientos en el borde del área y haciendo que las numerosas llegadas del Liverpool fuesen efectivas gracias a sus brillantes asistencias.

Coutinho, protagonista en el encuentro de hoy. Foto:premierleague
Coutinho, protagonista en el encuentro de hoy. Foto:premierleague

Sin embargo, el guión del partido pudo cambiar a dos minutos del final de los primeros cuarenta y cinco minutos, si Romelu Lukaku hubiese acertado un mano a mano con Mignolet. El delantero belga no conseguía finalizar un gran contragolpe del Manchester United, que hubiese supuesto el primer tanto del encuentro.

El partido llegaba al descanso con el resultado con el que comenzó, dejando a un Liverpool muy superior, con  numerosas llegadas sobre la portería rival. El Manchester United apenas había conectado combinaciones en la zona del medio del campo y perdía constantemente el balón cuando lo tenía en su posesión.

Igualdad en Anfield

En el inicio de la segunda parte, los locales seguían siendo los que llevaban la iniciativa sobre el terreno de juego. Los jugadores del Liverpool querían hacerse con la victoria, por lo que buscaban el gol en cada jugada de ataque. En el minuto 60, los "Reds" volvieron a desaprovechar una excelente oportunidad, tras un centro de Joe Gómez que Emre Can no lograba rematar a puerta y mandaba el esférico por encima del larguero.

El Manchester United introducía aire fresco, dando entrada a Lingard y Marcus Rashford, con la intención de que ambos jugadores actuasen como revulsivos. El Liverpool sustituía a Coutinho, que estaba siendo el mejor de los locales, provocando que los de Jürgen Klopp perdieran algo de control en el partido.

Los últimos 20 minutos fueron muy espesos, pues los visitantes comenzaron a practicar un juego más duro, dando por visto bueno el empate, pues apenas se acercaban por el área del Liverpool. Mohamed Salah que había aparecido de forma intermitente  durante todo el encuentro, dispuso de dos buenas oportunidades con las que pudo haber puesto por delante en el marcador a su equipo y haber logrado la victoria.

Salah controlando el balón ante Ander Herrera. Foto: premierleague
Salah controlando el balón ante Ander Herrera. Foto: premierleague

El partido llegaba a su final con el resultado final de empate a cero. En la primera parte el Liverpool dejó una gran imagen, con un juego muy dinámico ante al que el Manchester United no tuvo nada que hacer. La segunda mitad estuvo más igualada a la par que lenta, pues los locales terminaron perdiendo la brillantez de los primero cuarenta y cinco minutos, mientras que los visitantes apenas arriesgaban para conseguir los tres puntos.