Hasta hace escasos días, Leon Britton lucía orgulloso el brazalete de capitán del Swansea. Pero ha llegado la hora definitiva de dar el salto profesional y empezar a emprender su carrera como entrenador. Convertirse en técnico de los galeses aún es demasiado pronto, pero con la marcha de Claude Makélélé a Bélgica para ponerse al frente del KAS Eupen, ha quedado vacante el puesto de segundo entrenador. Mejor oportunidad, imposible.

"Es el comienzo de un nuevo capítulo en su carrera", dijo el entrenador principal, Paul Clement, en el sitio web oficial del club. Y continuó: "Siento que es la persona perfecta para desempeñar el papel de ayudante en este momento. Sin embargo, todavía está en mis planes como jugador, pero ahora también podemos aprovechar su conocimiento como entrenador. Tiene mucho que ofrecer en ese sentido. Será diferente para él, le tocará sentarse en todas las reuniones de gestión y en los días en los cuales no le toque entrenar con el resto del grupo, deberá encargarse de la configuración de 'coaching'. De manera similar, en un día de partido, si él está en el equipo de convocados su obligación pasará por jugar, de lo contrario, estará en el banquillo como parte del cuerpo técnico. Es un reto increíble".

Britton, que ha jugado más de quinientos partidos durante toda su carrera en el Swansea, trabajará con Paul Clement mano a mano y junto a Nigel Gibbs, Karl Halabi y Tony Roberts como entrenador de jugadores y asistentes. El cuadro galés, por consiguiente, deberá nombrar a un nuevo capitán, y todo apunta a que el defensor argentino Federico Fernández será quien ostente dicho honor. Un auténtico cambio radical tanto para Leon como para el club, pues ambos emprenden nuevos caminos con el mismo objetivo: llevar al Swansea a lo más alto.