Cualquier aficionado al fútbol recuerda con una sonrisa la final de la Champions League de 2005. En aquel encuentro, el Milán consiguió una renta de tres goles en la primera parte, consiguiendo irse al descanso prácticamente con la Orejona bajo el brazo. Pero el fútbol era -y sigue siendo- muy caprichoso. El Liverpool remontó el partido y logró finalmente llevarse la Champions. Hoy, en el Sánchez Pizjuán, se ha repetido la historia.

Una primera mitad en la que los Reds parecían el Milán de Kaká, Crespo y Maldini consiguió anotar tres goles que le dejaban clasificado como primero de grupo en tan solo 45 minutos, se durmió ante un Sevilla que se transformó en el Liverpool de hace 12 años consiguiendo un empate en el 93 que puede ser clave.

El Liverpool perdió dos o el Sevilla ganó uno, depende de como se quiera ver. Ese punto que deja decepcionado a los ingleses y en éxtasis a los españoles ha provocado que ambos equipos tengan prácticamente hecha la clasificación salvo debacle, dejando como incógnita quien será primero y quien segundo tras uno de los grandes partidos de esta edición de la Champions League.

Apisonadora Red

El ambiente era espectacular en el Sánchez Pizjuán. La afición del Sevilla quería llevar a los suyos en volandas en un partido en el que ambos equipos se jugaban el todo o la nada en Champions League. Pese a ello, el Sevilla salió dormido al campo, y el Liverpool poco tardó en aprovecharlo. En el primer minuto del partido, Firmino aprovechó la pasividad defensiva del Sevilla tras una prolongación al segundo palo de Wijanldum en un córner para marcar a placer el primer gol de partido. Empezaba así una pesadilla para los locales en una noche que estaba destinada a ser de ensueño.

Tras unos minutos en los que las imprecisiones de ambos equipos eran una constante, el Sevilla consiguió encontrar la luz entre tanta oscuridad gracias al talento de Nolito. El gaditano asistió primero a Escudero en una jugada que por poco salió fuera, y minutos más tarde Karius y el palo le negaron el que hubiese sido el gol del empate. Tras estos dos chispazos, Ben Yedder se quedó solo, pero la situación pudo con el menudo atacante francés, que mandó el balón fuera ante la incredulidad de la afición sevillista.

Firmino, Salah y Mané celebrando un gol | Imagen: Liverpool FC
Firmino, Salah y Mané celebrando un gol | Imagen: Liverpool FC

El Liverpool parecía desbordado, pero nunca hay que dar por muerto a un equipo que ha levantado cinco veces la Champions League. Los Reds consiguieron forzar otro córner en el que se repitió la ecuación con distintos jugadores y mismo resultado. Colgó el balón Coutinho, prolongó Firmino al segundo palo y Mané remató en plancha para conseguir el segundo gol de la noche. El Sevilla había pasado de tener en su mano el empate a ir perdiendo 0-2 en cuestión de minutos.

Tras el tanto de Mané, el Liverpool fue una apisonadora. Las carreras de los Reds eran imparables para los sevillistas, que estaban cortocircuitados. Ante la incredulidad de los locales, un balón largo dejó a Mané solo delante de Rico, y pese a la parada del guardameta español, Firmino acabó anotando el tercero del Liverpool. En cuestión de 45 minutos, el equipo de Klopp había destrozado todas las ilusiones que tenía la parroquia sevillista en este encuentro.

Una nueva página en la historia sevillista

Tras el severo correctivo que recibió el Sevilla en la primera parte, Berizzo movió el banquillo con un objetivo claro: remontar el partido. Salió N´Zonzi para darle entrada a Franco Vázquez. La sustitución y la más que posible charla del entrenador argentino en el descanso surtieron efecto, ya que el Sevilla salió tremendamente enchufado. Nada más comenzar la segunda mitad, una falta lateral que centró Banega al primer palo acabó encontrando a Ben Yedder, que con un gran remate consiguió el primer gol del Sevilla.

El Sánchez Pizjuán despertó, y con él, su Sevilla. Los de Berizzo veían cada vez más cerca una remontada que parecía imposible al final de la primera parte. Gracias a la intensidad de los locales, Ben Yedder aprovechó un despiste de Alberto Moreno para forzar un penalti. El árbitro no dudó en señalarlo, y el propio Ben Yedder no falló pese a que el penalti se tuvo que repetir. 

Ben Yedder anotando el primer gol | Imagen: Sevilla FC
Ben Yedder anotando el primer gol | Imagen: Sevilla FC

Con 2-3 en el marcador, Klopp no podía permitir que se le escapase un partido que estaba hecho. Emre Can y Milner entraron por Coutinho y Moreno para asegurar el partido. Gracias al doble cambio, el Liverpool recuperó la compostura y consiguió frenar a la locomotora que le estaba pasando por encima. Mientras tanto, el Sevilla apostó por la posesión ante un Liverpool muy ordenado atrás que iba a intentar aprovechar los huecos a la contra.

El final cada vez estaba más cerca, y el Sevilla estaba empezando a quedarse sin gasolina. Gracias al más que previsible bajón físico de los locales, el Liverpool consiguió estirarse, ya que tuvieron algunas ocasiones muy claras que podían haber subido al marcador. Pese a ello, el Sevilla llegó vivo a los minutos finales. En el tiempo añadido, el balón quedo muerto en el área y Pizarro, con más corazón que cabeza, anotó el gol que certificaba una remontada épica para ganar un punto clave en la Champions League.

Con el éxtasis sevillista por salvar y la decepción de un Liverpool que perdió dos puntos que le clasificaban matemáticamente para la siguiente fase de la Champions League, finalizó un partido espectacular para el aficionado neutral. Españoles e ingleses tienen relativamente fácil la clasificación en la última jornada, pero como se ha visto en este encuentro: nada puede darse por hecho en esto del fútbol.