Cierto es que la Premier League, a cada jornada, parece decantarse cada vez más a favor del Manchester City, con un andar muy regular y superando a cada rival que se le presenta, algunos con grandes resultados. De hecho, el equipo dirigido por Josep Guardiola aún permanece invicto, por lo que es el claro favorito a quedarse con esta temporada de la liga inglesa.

Pero en Manchester United se habían fijado el objetivo primordial de volver a vencer en la Premier League, un torneo que se les ha hecho esquivo desde la ida de Sir Alex Ferguson. Con un inicio más que prometedor, lleno de grandes partidos y con muchos goles, todo hacia pensar que los de José Mourinho podían ser uno de los protagonistas a final de temporada. La ilusión duró poco tiempo, ya que después del empate contra Liverpool, los de Old Trafford cayeron en una meseta futbolística de la que no han podido resurgir.

Vale rescatar el contundente triunfo ante Newcastle, en la jornada pasada, con remontada incluida, pero ha significado un oasis en el desierto futbolístico de un equipo que viene de caer ante el Basel por la UEFA Champions League, un rival inmensamente inferior. De hecho, con sólo empatar en ese partido, el Manchester United se aseguraba la clasificación, mientras que también ha fallado en cada momento clave en lo que va de la temporada de Premier League. Con grandes figuras, hasta el momento los 'Red Devils' no han podido dar muestras de carácter para colocarles el cartel de candidatos en alguna de las competencias.

Por lo pronto, hoy se le presentaba un duro escollo, el Brighton Hove Albion, que venía de igualar por 2-2 con un apático Stoke City. Con una mochila de ilusiones a cuestas, buscaban conseguir en Old Trafford una victoria que les permitiera continuar con su objetivo de permanecer en la máxima categoría. Aprovechando su racha de cinco partidos invictos, el Brighton tenía pergaminos suficientes para apelar a incomodar al dueño de casa.

De hecho, la primera hora de juego fue muy frustrante para el Manchester United, con la visita cortando todos los posibles circuitos del juego que el equipo de José Mourinho intentaba utilizar. Pese a eso, algunas chances se sucedieron a favor de los 'Red Devils', como una en el inicio del encuentro, que Romelu Lukaku no pudo concretar tras una buena combinación entre Anthony Martial y el delantero belga.

Pascal Gross probó suerte con remates lejanos, pero que no lograron incomodar a David De Gea. Brighton intentaba recuperar el balón en su campo y salir rápidamente de contragolpe, una táctica que supo dar resultado en algunos tramos del partido, pero su poca eficacia terminó sentenciando que no pudieran doblegar la valla defendida por el guardameta español.

El segundo tiempo cobró vida, con un Manchester United más decidido a quedarse con el resultado y no dormir en los laureles, como le ocurrió en Suiza. El público de Old Trafford se levantó de sus asientos para impulsar a su equipo cuando, llegada la hora de partido, emergió desde el banquillo la figura de Zlatan Ibrahimovic. El delantero sueco se preparaba para ingresar por tercera vez desde su lesión, sumando de a poco cada vez más minutos.

No faltó mucho para que ese envión anímico hiciera efecto en la moral del equipo, ya que Romelu Lukaku luchó un balón que se marchó al córner, el cual le cayó a Ashley Young quien remató con su pie izquierdo y venció al guardameta rival. El Manchester United se ponía arriba en el marcador, quebrando finalmente la resistencia del Brighton y obligándolo a salir un poco, a cambiar la táctica que hasta ese momento le había dado resultado.

Con un poco de fortuna, Ashley Young marcó el único gol del partido | Foto: Premier League
Con un poco de fortuna, Ashley Young marcó el único gol del partido | Foto: Premier League

Knockaert intentó un centro rasante que cruzó peligrosamente el área del United, pero ningún compañero llegó a empujar el balón para que se encontrara con la red. Bruno Saltor intentó lo mismo sólo unos minutos después, dando pruebas de la premisa que utilizó el Brighton en los últimos minutos, apelando a algún remate certero.

Una combinación de pura calidad entre Zlatan Ibrahimovic, Romelu Lukaku y Paul Pogba finalizó con el delantero sueco rematando desde afuera del área, pero su remate se marchó desviado. El árbitro señaló el final del encuentro y el 1-0 fue definitivo, un resultado que sirve en las estadísticas pero que deja mucha tela para cortar durante la semana, especialmente pensando en los siguientes encuentros que tendrá el Manchester United.

De hecho, los de José Mourinho extendieron su racha invicta en Old Trafford a 38 partidos en todas las competencias. Su última derrota fue en septiembre del año pasado, un 2-1 en el Derby ante el Manchester City, curiosamente el próximo rival en la agenda, en condición de local.