Nada más y nada menos que en cincuenta ocasiones se han enfrentado Liverpool y Everton dando lugar a la auténtica guerra por el territorio del Merseyside. Veintidós victorias Reds, nueve Toffees y diecinueve empates. Un balance muy favorable para los que una vez más defenderán a capa y espada Anfield, un feudo casi indomable. Hasta bien pasado el mediodía no se sabrá quién de los dos se habrá llevado la importantísima victoria, lo que sí es seguro es la disparidad de sensaciones y ausencias en la que llegan ambos.

Todo al rojo

De imbatibilidad va la cosa. El Liverpool no ha perdido en Anfield en toda la temporada, siendo uno de los equipos más fuertes y temidos de toda Europa. Quinto mejor local de la competición y cuarto en la clasificación. Puestos de Champions para los Reds con total merecimiento, ya que encadena cinco victorias en los últimos seis partidos. Toda una locomotora el equipo de Jürgen Klopp, que tiene como objetivo intentar meter presión a las escuadras de arriba, Manchester United y City, aunque parece bastante complicado.

Difícil, que no imposible. Ya recuperada al completo la temible delantera, en Liverpool se permiten la licencia de soñar. Philippe Coutinho, Roberto Firmino, Mohamed Salah y Sadio Mané son el motivo. Los cuatro fantásticos se han configurado como uno de los mayores miedos para las defensas de toda Inglaterra, las cuales aún no saben el método más efectivo para detenerles. Pero éstos tienen también la difícil tarea de cumplir partido tras partido y hacer frente a las bajas con las que ha de contar el entrenador alemán, ya que para este fin de semana, Marko Grujic, Adam Bogdan, Alberto Moreno, Joel Matip y Adam Lallana no están disponibles. Dura tarea de reconstrucción táctica la que tiene el germano por delante para hacerse con los tres puntos.

Alabado seas, Allardyce

Es prácticamente una evidencia el decir que ni Ronald Koeman ni David Unsworth eran los entrenadores indicados para dirigir a todo un Everton. Lo dejaron en descenso, deambulando por todos los campos del Reino Unido. Hasta que llegó Sam Allardyce, el salvador de los Toffees sin ninguna discusión. Tan solo tres partidos lleva el británico al frente, pero le han bastado para meterse a la afición en el bolsillo y volver a dibujar sonrisas. Nueve goles anotados y ninguno encajado. Tres victorias consecutivas. West Ham, Huddersfield y Apollon como verdugos. A ocho puntos del farolillo rojo. Es momento de disfrutar y los azulones lo saben.

Sin embargo, como suele ser habitual, no todo pueden ser buenas noticias en las proximidades de Kirkdale. El Everton debe hacer frente a dos importantísimos reveses. El primero, la enorme carga que supone el no haber ganado en Anfield desde el siglo pasado, en 1999. El segundo, el overbooking en la enfermería, pues el técnico inglés cuenta con siete ausencias para viajar a la casa del eterno rival: Leighton Baines, Ross Barkley, Yannick Bolasie, Seamus Coleman, Ramiro Funes Mori, Maarten Stekelenburg y James McCarthy. En consecuencia, Morgan Schneiderlin, Wayne Rooney, Calvert-Lewin y Ademola Lookman, entre muchos otros, han salido al rescate de estos toffees para mantener viva la llama de la esperanza.

Turno frente a los micrófonos

En las respectivas salas de prensa, Jürgen Klopp y Sam Allardyce analizaron el choque entre ambos. El técnico alemán comentó: "Soy consciente de la dificultad del encuentro. Conozco bien al Everton y creo que si mostramos nuestra mejor versión podemos hacernos con la victoria". Mientras, el natural de Old Park Farm explicó: "El derbi es un partido muy importante para los dos equipos. Me aseguraré de que los jugadores mantengan su buen hacer y estado de ánimo para sacar puntos de Anfield".

Posibles onces iniciales