Chelsea y Southampton se veían las caras en Stamford Bridge con objetivos bien distintos: los locales buscaban meter presión al Manchester United para intentar asaltar el segundo puesto y no aumentar la distancia frente al líder del campeonato. Por el contrario, los visitantes necesitaban los tres puntos para terminar de alejarse de los puestos de descenso y colocarse en una posición con la que empezar a mirar hacia arriba en la tabla clasificatoria. Con unos antecedentes favorables en los tres últimos partidos para los blues, el árbitro Roger East daba comienzo al encuentro. 

Los jugadores del Southampton antes de empezar el partido. Foto: premierleague.com

Ambos equipos comenzaron bien colocados y convirtieron los primeros quince minutos en una batalla en el centro del campo, donde el juego se paraba continuamente debido a las faltas que hacían uno y otro equipo. La primera ocasión llegaba en el minuto siete por parte de los saints con un disparo desde la frontal del área que Ward-Prowse mandaría a la grada londinense. Al Chelsea no se le veía apurado pero no conseguía llegar con claridad al área rival en este comienzo de partido. En minuto quince, un mal gesto obligó a Cédric Soares a abandonar el terreno de juego lesionado y en su lugar entraba Mario Lemina.

La lesión del jugador visitante pareció espolear al equipo dirigido por Antonio Conte, pues comenzó un asedio a la porteria rival con remates de todos los colores: Marcos Alonso lo intentaba desde el costado, N'Golo Kanté buscaba la escuadra y obligaba a lucirse a Fraser Forster e incluso el Southampton sacaba bajo palos un remate del central Gary Cahill a la salida de una falta. Fueron minutos en los que el conjunto local no paraba de asediar la portería visitante, sin que estos pudiesen reaccionar en toda la primera parte. Con el encuentro a punto de enfilar el descanso, Maya Yoshida hacía una falta a Eden Hazard en la frontal del área, lo que le costaba la primera tarjeta del partido al japonés. Además, con esta falta el Chelsea lograría ponerse por delante en el marcador: Marcos Alonso, desde el libre directo, ajustaba su disparo al palo izquierdo, haciendo imposible la estirada de Forster. El español perforaba por cuarta vez esta temporada la portería rival y dejaba campeando en el marcado un uno a cero que, a la postre, sería definitivo.

Marcos Alonso en el momento que golpea la falta que dio el gol de la victoria a su equipo. Foto: premierleague.com

En la segunda mitad los pupilos de Conte siguieron llevando el tempo del partido, donde Willian fue una continua pesadilla para los saints apareciendo por dentro y por fuera, creando continuo peligro en las inmediaciones del área. Del brasileño fueron las primera aproximaciones del Chelsea con dos disparos consecutivos que no lograron encontrar la portería rival. El juego de los blues no era brillante, pero si lo suficiente para maniatar al contrario. En busca de una reacción, Mauricio Pellegrino sacó del terreno de juego a Manolo Gabbiadini y metió un nueve más puro como es Charlie Austin. Este cambio tuvo efecto inmediato, ya que a punto estuvo el inglés de sorprender a Thibaut Courtois con un disparo a la derecha de la portería. 

Fue un espejismo, pues el Chelsea seguía sin pasar apuros y controlando el juego, pero sin conseguir marcar otro tanto que les diese tranquilidad el resto del encuentro. Comenzaban los cambios por parte del Chelsea, entrando de manera casi consecutiva los españoles Cesc Fábregas y Álvaro Morata por Pedro Rodríguez y Hazard, respectivamente. Por otro lado, el Southampton agotaba sus cambios dando entrada a Sofiane Boufal y sentando a Hojbjerg. El partido comenzó a ir de un área a otra, y en una de las ocasiones a punto estuvieron de empatar los visitantes: un pase en profundidad de Boufal fue recogido por Austin, que remató en el interior del área y el cual fue parado por Courtois bajo los palos. En otra acción apunto estuvo también los blues de aumentar la distancia en el marcador con un remate a quemarropa de Fábregas tras centro de Willian que, inexplicablemente, se perdería por la línea de fondo. Antonio Conte quiso reforzar la línea defensiva y agotó sus cambios con la entrada de Davide Zappacosta por Víctor Moses. Los últimos diez minutos fueron controlados a la perfección por el equipo local, sin recibir ninguna llegada peligrosa de la escuadra rojiblanca. Ryan Bertrand tuvo que abandonar el terreno de juego en el minuto noventa y dos por lesión y Marcos Alonso recibió una tarjeta amarilla en el noventa y cuatro que le impedirá jugar frente al Everton la próxima jornada por acumulación de cartulinas. 

Charlie Austin se lamenta de una ocasión fallada por él. Foto: premierleague.com

Con este resultado el Chelsea se queda tercero, empatado a puntos con el Manchester United y a la espera de lo que hagan estos mañana frente al West Bromwich. Se va consolidando en la tercera posición y abre un hueco provisional de cinco puntos con el cuarto clasificado. Por su parte, el Southampton queda provisionalmente duodécimo pero a tan solo tres puntos del descenso, que podrían ser dos dependiendo de los resultados que se den en lo que queda de jornada.