Con el West Brom en mala racha, el Everton viajó a The Hawthorns con la intención de seguir arreglando una temporada que se había torcido desde el comienzo. Sin embargo, el miedo y la conformidad llevaron a que ambos equipos se repartieran los puntos un partido nimio.

La falta de fútbol favorece al West Brom

Desde el pitido inicial, los locales dejaron claro cuál sería su modo de juego, con balones largos y tardando poco en sus transiciones hacia el ataque. El Everton esperaba a que aparecieran los errores y esa pasividad les llevó a cometer el error que supuso la primera ocasión del encuentro.

Desde la izquierda pusieron un buen centro cerrado hacia la portería que tocó Rondon con el pie en boca de gol. Sin embargo, el venezolano no pudo dirigir con acierto y se le escapó junto al palo izquierdo de Pickford. Tampoco esto hizo despertar a los de Allardyce que seguían muy lejos de la portería rival. De hecho, el West Brom volvió a hacer peligrar el 0-0 con tres centros cruzados consecutivos que no acertaba a descansar con certeza el Everton.

Rondón se lamenta tras una ocasión. | Imagen: @Everton

Poco a poco cambió la posesión y los Toffees tendieron a establecer el ritmo del choque. Pero de nuevo un centro lateral sirvió a los locales para rondar el gol. Un potente remate de Dawson dentro del área pequeña no encontró portería mientras Pickford seguía la trayectoria con la mirada.

Cada vez más el partido estaba en el lugar que buscaba Alan Pardew, con espacios a la contra para Rondón, Jay Rodríguez y Brunt. La presión de los locales para la salida de balón de los tres centrales del Everton era poca, pero en el centro del campo no permitían la circulación cómoda de balón. Así conseguían que pasaran los minutos sin acercamientos sobre la portería de Foster.

Allardyce durante el choque. | Imagen: @Everton

Pero el encuentro entró en un periodo en que ambos conjuntos tenían errores, ninguno de los dos era capaz de mover el balón con claridad y no había acercamientos a las áreas. Se enfangó el fútbol y se convirtió en una tarde dura en The Hawthorns.

Solo Chris Brunt, con un tiro desde la frontal del área, recuperó un destello de clarividencia. Rechazó la zaga del Everton un centro desde la derecha y el norirlandés remató con la izquierda y tuvo que trabajar Pickford. Esta acción metió un poco de ritmo ofensivo en el partido de cara a los locales, que en los siguientes minutos se acercaron al gol de nuevo. Pero las imprecisiones en el último pase y los fallos en el remate aéreo obligaron a mantener el 0-0 hasta el final de la primera mitad.

Un joven aficionado del Everton. | Imagen: @Everton

Mucho miedo y pocos goles

El segundo tiempo arrancó de la misma manera que terminó el primero. El Everton quería tener la posesión sin arriesgarse, pero de nuevo el que pegó primero fue el conjunto local. Rondón encontró un pase entre líneas que tuvo que definir dentro del área con la izquierda y se le marchó muy desviado. En esa acción, el punta venezolano notó unas molestias en su cuádriceps derecho y tuvo que ser sustituido por Robson-Kanu.

Según transcurrían los minutos, la sensación era de que sólo un error en alguna de las dos defensas sería determinantes. Ambos conjuntos preferían poner balones largos sobre los centrales del equipo contrario y esperaron una segunda jugada o una brecha. Para ello entraron en el Everton Lennon y Niasse por Calvert-Lewin y Bolasie.

Allardyce cambió a sus jugadores más adelantados después de que ninguno de los dos sustituidos hubieran tenido ninguna repercusión en el transcurso del partido. Pero ni aun así varió en nada la situación del choque. Pickford seguía siendo el portero con más intervenciones, pero desde la salida de Rondón, no hubo ningún peligro. Tan pocas cosas ocurrían que la primera amarilla fue cerca del minuto setenta, para Dawson, por una falta sobre Martina.

También Pardew quiso mover el banquillo, pero no parecía tener intención de buscar el gol. Dejó el terreno de juego Livermore para que entrara Krychowiak en el centro del campo. Pero el protagonista siguió siendo Dawson, que en un lance con Sigurdsson en la línea divisoria pudo ver la segunda amarilla.

Davies durante un lance del partido. | Imagen: @Everton

Pero un par de acercamientos en cada área y los primeros síntomas de cansancio en los futbolistas permitieron que se abriera el choque con llegadas claras sobre la meta de Pickford, un centro que no remató Phillips por centímetros, y una ocasión que detuvo Foster tras una serie de disparos en la zona de influencia del portero.

Cuando Pardew vio peligrar el estilo de fútbol que había conseguido imponer, logró que sus jugadores empezaran a acumular saques de banda muy próximos al área, muchos saques de esquina que cada vez se convertían en más peligrosos. Con el potencial aéreo de Hegazi, Evans y Dawson, entre otros, tuvo que hacerse fuerte Jordan Pickford y lograba atenuar el peligro.

Rondón remata en la primera mitad. | Imagen: @WBA

Ya entrados los últimos diez minutos, tuvo Phillips la oportunidad de adelantar a su equipo con un lanzamiento de falta desde la frontal. Pero el ‘10’ no estuvo acertado a lo largo del encuentro y tampoco lo estuvo en ese disparo. Caían los minutos y la lluvia en el estadio y seguían sin ver goles. Kieran Gibbs lo quiso probar con un disparo a un centro desde fuera del área, pero tampoco acertó ni siquiera sobre la portería.

 Niasse también tuvo la ocasión de adelantar al Everton con un rebote que se encontró dentro del área. Pero no acertó a superar a Foster en el primer remate y el segundo, con el exterior, fue a las manos del portero. Durante el tiempo añadido de tres minutos, volvieron a intentarlo los locales pero no encontraron con certeza el hueco. La última la tuvieron en un córner que puso en marcha Brunt y un par de centros que no tuvieron rematador.

Bolasie pelea con Barry. | Imagen: @WBA

Empate que no vale nada

Los Toffees regresan a casa con un punto que les deja novenos, en tierra de nadie. A ocho puntos de la zona europea y a diez del descenso. Por parte de los Baggies, no consiguen salir del descenso y siguen decimonovenos. No han ganado ningún partido de Premier desde la segunda jornada.

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