Todo comenzó en aquel agosto de 1996 cuando Bruce Rioch fue despedido. Un mes después, Arsène Wenger llegaba al banquillo de, en aquel entonces, Highbury. Desde ese momento, el francés comenzó una revolución no solamente en los Gunners, sino en toda Inglaterra, con su fútbol que se caracterizó por el dominio del balón y juego de toques con jugadores que pasaron a lo largo de la historia como Dennis Bergkamp, Thierry Henry, Patrick Vieira, Cesc Fàbregas, hasta Mesut Özil en el plantel actual.

Apenas en la temporada siguiente a su arribo, el ex entrenador del Mónaco se consagró campeón de la sexta edición de la Premier League luego de estar a 12 puntos de diferencia del líder de ese entonces, Manchester United, que terminó siendo escolta. Ese equipo comenzó a mostrar las figuras que podía tener, como Ian Wright, Dennis Bergkamp, una de las grandes estrellas de la institución que se consagró con su técnica individual y definición, Tony Adams, David Platt, Patrick Vieira y David Seaman. Juntos formaron la base para el equipo campeón que ya iba mostrando señales de su ideología de posesión y asociación entre sus jugadores.

Pero no fue el único título ese año, ya que en la FA Cup venció al Newcastle por 2-0 gracias a los goles de Marc Overmars y Nicolas Anelka. Ya en la temporada siguiente, debió disputar la final de la Community Shield al ganarle al conjunto que, en ese momento, era dirigido por Sir Alex Ferguson. En 1999, nuevamente tuvo que jugar en Wembley debido a que, en esa oportunidad, los Reds Devils se tomaron revancha de lo que fue la liga del año anterior y se quedaron tanto con la Premier como la FA. 

Arsenal seguía en las primeras posiciones luchando cabeza a cabeza con el United cada año por ser el mejor de Inglaterra. Además, ya se veía la buena vista de Wenger para fichar juveniles, que eran poco conocidos en ese momento, para después hacerlos explotar en un equipo que siempre mantenía una base de los mismos jugadores, lo que hacía más fácil la adaptación. Así fue el caso de uno de los mejores fichajes en la historia del equipo Gunner como lo fue Thierry Henry en 1999.

Ya en el siglo XXI, los dirigidos por Arsène Wenger comenzaron con la obtención de la Premier League, la FA Cup y la Community Shield, todo entre los años 2001 y 2002, adelantándose a lo que iba a ser una de las temporadas más fascinantes de esta competición y que lo conseguiría el técnico francés.

La temporada de 2003/04 fue sencillamente perfecta para el Arsenal y estará en la memoria de todos los amantes de la Premier League. Campeón de la liga, superior a todos los rivales, sin perder ni un solo partido, ganando 26 y empatando en 12 ocasiones alcanzando los 90 puntos, lo que los llevó a ser conocidos como los "Invencibles".

Ese equipo estaba conformado por Jens Lehmann en el arco, los centrales Campbell y Touré que le daban la seguridad y firmeza defensiva, más Lauren y Ashley Cole en los laterales aportando tanto en la marca como a la hora de atacar. En el mediocampo, Patrick Vieira era el encargado de cortar y distribuir con la claridad y precisión que lo caracterizó, junto a Gilberto Silva, que tenía como especialidad la marca. En los costados, Fredrik Ljungberg junto a Robert Pirès que eran los encargados de asistir a una de las mejores delanteras en la historia del fútbol, Bergkamp y Henry.

Más tarde, llegó la UEFA Champions League, donde el Arsenal logró disputar la final en la que le tocó perder ante el FCBarcelona en el Stade de France, uno de los golpes más duros para Wenger como entrenador Gunner.

Ese mismo año, gracias a las recaudaciones que iba teniendo el Arsenal y las ventas de jugadores que le trajeron muchos ingresos, se mudó de Highbury al Emirates Stadium, momento clave en esta historia.

A partir de allí, Arsenal nunca más se consagró en la Premier League, pasó mucho tiempo entre las primeras cuatro posiciones, pero no llegó a ser el líder otra vez. Cada título que consiguió fue en la FA Cup. Además, las grandes estrellas iban pasando a otros clubes, algunos se transformaban en importantes, pero al no conseguir grandes trofeos elegían partir a otros equipos, por ejemplo Van Persie al Manchester United, Fabregas al Barcelona y lo que seguramente pase muy pronto, la partida de Alexis Sánchez.

En la temporada anterior, fue el comienzo de la debacle en Londres. Por primera vez, después de 20 años, el Arsenal no clasificaba a la Champions League, sino que debe disputar la Europa League este año, algo con lo que los simpatizantes “Gunners” no están conformes, más allá de conseguir la última FA Cup. Este año podría ser el fin de todo. Sexto en la tabla de posiciones en la liga, lejos de los primeros lugares, eliminado de la FA Cup, el Arsenal solo cuenta con el consuelo de conseguir la Carabao Cup o la Europa League, competencias en las que sigue en camino.

Cuestionado por los refuerzos, ya que no contrató a los futbolistas de categoría que se necesita para armar un equipo a la altura del resto que están varios pasos por arriba, más allá de tener jugadores como Jack Wilshere, Mesut Özil o Alexandre Lacazette, Wenger está obligado a romper el mercado. Poco tiempo le queda para reivindicarse de este mal momento futbolístico donde no encuentra respuestas dentro del campo, ya que podría ser de las últimas temporadas en el banquillo del Emirates Stadium.

Un hombre como Arsène Wenger no merece el maltrato general más allá de los resultados actuales, sino el reconocimiento. La historia manda y señala que es uno de los grandes entrenadores a nivel mundial y que se transformó en el hombre récord con 810 partidos dirigidos por Premier League, por eso merece respeto. Pero, también, saber cuando un ciclo está cumplido para que no se opaque todo lo conseguido en sus primeros años en caso de no lograr la reivindicación.