Antonio Conte sorprendió con su alineación en la ida de los octavos de la Champions League frente al Barcelona. Salió sin ningún delantero centro y dejo en manos de la línea de tres mediapuntas, que formaron Hazard, Pedro y Willian, todo el peso del ataque. El cometido del resto del equipo fue resguardar su portería, cortocircuitar la conexión de los centrocampistas del Barça con Messi y surtir, cuando pudieran, de balones muy profundos a los tres atacantes.

La idea la plasmaron a la perfección sobre el verde de Stamford Bridge ya que, en una gran primera parte en la que los culés apenas pisaron área, el mejor jugador del Chelsea, Willian, mandó dos disparos espectaculares a la madera. El brasileño fue el jugador más peligroso del partido.

Impredecible en sus movimientos, salía con facilidad tanto a su diestra como a su zurda, amenazando a Ter Stegen con las dos piernas. La sociedad con Hazard funcionó a la perfección, siendo Pedro el que realizara un trabajo más oscuro. En la segunda mitad, el partido transcurría de la misma manera hasta que en un saque de esquina, el Barcelona cometió un error garrafal al dejar al hombre más inspirado del campo solo en la frontal del área. Hazard vio a su amigo Willian solo en la media luna del área; cuando este recibió el balón, tuvo que orientarse para darle un efecto de fuera a dentro y mandar el balón al fondo de la red.

"Ha sido uno de mis mejores partidos en el Chelsea. Parecía que tenía un truco para mandar el balón al poste. El empate vino por un error nuestro pero jugamos muy bien, podemos ir a Barcelona y hacer un buen trabajo de nuevo", comentaba Willian.

Asimismo, y en sintonía con su compañero Cesc Fábregas, Willian comentaba que el de vuelta será un partido muy diferente: "jugar en el Camp Nou es totalmente diferente y tenemos que ir con la misma mentalidad e intentar ganar el partido".