El encuentro comenzó con un tímido dominio del conjunto dirigido por Antonio Conte, que tuvo más balón en los primeros minutos, y más protagonismo en terreno de juego contrario. Ante un Manchester United que inició el partido más replegado, y apostando más por contraatacar, en los minutos de tanteo. Conforme fueron pasando, fue adquiriendo un mayor protagonismo con el balón, llegando a cuajar grandes tramos de dominio, generando bastante peligro por los costados con un Anthony Martial bastante incisivo por el costado izquierdo, aunque a pesar de ello, tuvo dificultades para terminar las jugadas por el centro. Los locales atravesaron bastantes minutos de dominio fluido, aunque fueron los londinenses los que se adelantaron en el marcador por medio de Willian, que tras su gran actuación en Champions se ha ganado un puesto temporal en el once titular, que batió a De Gea en el mano a mano tras una excepcional jugada de Hazard que le asistió.

Dominio inicial de los blues, cuyas posesiones fueron más útiles

Tras el tanto, los red devils perdieron bastante regularidad en el dominio, aunque empezaron a llevar un mayor peligro en sus acciones, llegando tanto por los costados, que ya habían explorado anteriormente, como por el centro donde la incorporación de jugadores como Paul Pogba estaban aportándole bastante profundidad, que con sus llegadas estaba empezando a vislumbrar la posibilidad del empate, que llegaría por medio de Romelu Lukaku, que batió a Courtois en el mano a mano, tras una gran jugada de combinación. Después de la igualada, el Chelsea mostró una gran entereza, una mayor regularidad futbolística que su rival y una sorprendente lucidez con el balón aún a pesar de la ausencia de Fábregas en su doble pivote, que estaba siendo compensada por la gran participación en el juego de Willian y Hazard.

Willian el autor del tanto de Chelsea | Foto: Premier League.
Willian el autor del tanto de Chelsea | Foto: Premier League.

Control red devil que fue a más con el paso de los minutos

El segundo tiempo comenzó con el conjunto blue llevando las riendas del juego y dominando el balón, ante un Manchester United que se mantenía bastante organizado en campo propio, juntando mucho sus líneas, de forma que en cuanto alguno de sus efectivos recuperase el esférico, pudiese salir al contraataque con bastante facilidad. Tal y como empezó a hacer pasada el primer cuarto de hora de juego, en el que asimiló el control de los visitantes, que no estaba derivando en ninguna ocasión de gol, y empezó a presionar arriba en la salida de balón, sin ningún resultado de primeras. Pues los de Antonio Conte estaban consiguiendo liberarse de tal persecución, y llegar a campo contrario sin la menor oposición, aunque su lentitud a la hora de tocar le estaba restando cualquier peligro que pudiese tener en los últimos metros.

Con el cansancio físico que traía consigo el paso de los minutos, y con algunos cambios como los realizados por Antonio Conte, que quitó a Hazard para meter a Pedro, el equipo de Mourinho se empezó a adueñar del partido, y empezó a rodear el área visitante con bastante regularidad, presionando sin la pelota, y abriendo hacia las bandas constantemente en el inicio de la jugada, de esa forma llegó el 2-1, cuando Lingaard remató en el corazón del área, un centro de Lukaku desde el costado diestro. Después del gol, el United se defendió con mucho oficio, empezó presionó mucho al jugador rival que tuviese la redonda, y en sus fases de posesión, se dedicó a protegerla imponiéndose con su físico, lo más lejos posible de su portería.

Lingard y Lukaku, los goleadores del United | Foto: Premier League.
Lingard y Lukaku, los goleadores del United | Foto: Premier League.

De esta forma, el partido concluyó con un Chelsea que sufría enormemente para elaborar una jugada mínimamente pausada, ante el enorme despliegue físico de su rival, que estaba mostrando una cara sorprendente de su faceta defensiva, dedicándose más a obstaculizar el juego del oponente, en lugar de proteger directamente su portería, mostrando además una mayor ambición de la que ha mostrado en otras ocasiones en esta situación, siendo muy directo cuando recuperaba, aunque estaba notando el cansancio, pues su persecución sobre la primera línea estaba siendo ineficiente, y pese a sus buenos propósitos no estaba consiguiendo terminar casi ninguna jugada, aunque desbarató las de su oponente al que no le dejó enlazar más de tres pases consecutivos, en los 15 últimos minutos de juego.