En el primero de estos encuentros el equipo ruso salió a plantear un partido serio, con ganas, con intensidad desde el principio. Lo que provocó el gol tempranero de Kokovic, que a las 6 minutos ya había puesto por delante a su equipo. Pero para llegar lejos en una competición como la que se avecina, debe de presentar unos credenciales más sólidos que una gran motivación. Las principales fortalezas del equipo de Slutski radican en su ataque, liderado por el goleador Dzyuba, y por una cantidad de jugadores de banda desorbitada, como Shatov, Kokorin, Glushakov, Golovin. Jugadores de banda que se refugiaban en su parcela del campo y en su velocidad.

Otro punto positivo de este equipo es su gran defensa veterana y que se logra compaginar muy bien. A pesar de sus limitaciones, saben achicar el peligro que les llega con una gran solvencia. Con la ayuda del todocampista, Denisov, el conjunto de Slutski se muestra compacto en defensa. La República Checa, en el partido que anteriormente estábamos comentando, despertó y empezó a jugar al fútbol, ahí es donde Rusia sufrió, ya que carece de jugadores en el centro del campo que sepan arrebatarle el balón al equipo contrario. Slutski ha apostado en estos encuentro por un 4-3-3, con Denisov como pivote, y dos centrocampista más de corte ofensivo, con lo que en tareas defensivas, el equipo lo nota.

Rusia sufrirá mucho ante un equipo que mime el balón y controle el partido

Cuando la República Checa empezó a tocar el balón y a mimarlo, Rusia solo era capaz de hacer daño a su rival a través de la contra, saliendo rápido buscando a su bandas. Sin embargo, los de Vrba no se pusieron nerviosos y lograron darle la vuelta al marcador dejándolo en 1-2. Cech intervino para blocar cualquier ataque ruso y el partido acabo con la victoria de los Vrba. La imagen dada en este partido de los Slutski no fue mala, ya que sabían de la superioridad de la República Checa y le regalaron el balón, también gracias al gol tempranero de Kokorin.

En el partido contra Serbia la historia cambió, y ahora si era necesario dominar y tener el balón, y ahí fue donde vimos las consecuencias de no tener un centro del campo sólido ni un ataque demoledor. El equipo de Slutski arrancó dormido y casi llega el gol de los serbios. Después, poco a poco el equipo ruso comenzó a dominar el encuentro, sin encontrar el hueco para llegar a la portería contraria, y sin encontrar esa superioridad por las bandas. Sin embargo, cuando perdían el balón, sufrían una barbaridad y el equipo serbio se encontraba con una autopista si quería salir con velocidad, ya que 5 jugadores estaban casi siempre volcados al ataque, más los laterales que subieran. Este desbarajuste debe ser corregido por Slutski cambiando el sistema, cambiando jugadores o el planteamiento de los partidos, porque en una Eurocopa el rival nunca perdona.

A estas debilidades, se le suma la baja de última de hora de Dzagoev. Uno de los jugadores más importante de este conjunto que no podrá estar en la Eurocopa debido a una lesión. Dzagoev es ese mediapunta que une a la defensa y centro del campo con la delantera, que dirige el juego y que tiene una gran pegada como demostró en la pasada Eurocopa siendo el máximo goleador de su equipo. Su lugar no está siendo ocupado por otro jugador ya que los de Slutski no cuentan con un jugador de estas características, con lo que no hay nadie que una el ataque con Denisov o la defensa, creando un gran vacío en esta zona del campo.

Por delante quedan partidos contra Inglaterra, Gales y Eslovaquia

Aun así, en ambos partidos, Rusia gozó de varias oportunidades, varias ocasiones claras provenientes de jugadas por la banda, o de inclusiones de sus extremos para el medio. Con Dzyuba en la delantera, un jugador alto y con hambre de gol, que aprovecha cada oportunidad que tiene, es más fácil hacer gol. El gol marcado ante la República Checa fue un disparo de Kokorin, y el de contra Serbia, un disparo de Dzyuba tras una gran jugada de Kokorin. Esas son las bazas que tiene que explotar el equipo de Slutski, su rapidez y velocidad en ambas bandas, a la hora de montar contras. Y por otro lado, de su pegada, el equipo ruso tocó mucho el balón en la frontal del área contraria queriendo llegar hasta el final, si cambia eso por centros o disparos, puede hacer mucho daño a sus rivales.

Para mejorar, y por donde le pueden hacer daño, es en la inferioridad que tienen en el centro del campo. Un equipo que salga a controlar el partido cometiendo pocos fallos, acabará ganando el partido debido a la incapacidad de imponerse en el centro del campo del equipo ruso, que aprovechará cualquier error para fulminar a su rival. Esperamos a una Rusia conservadora, intensa al principio de los partidos, regalando el balón a sus rivales y que cuando posea el balón intentará montar jugadas rápidas por la banda buscando a Dzyuba. Por delante, tres rivales de primera categoría como son Gales, Eslovaquia e Inglaterra. ¡Que empiece la competición!

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Sobre el autor
Antonio Gutiérrez
Periodismo en @infoUMA Fanático del deporte. Aprendiendo de mis errores, Never give up