Última jornada para este grupo B, donde todos sus integrantes comenzaban sus partidos con posibilidades para estar presente en la siguiente ronda. Unos más opciones y otros menos, pero en 90 minutos bien sabemos que puede ocurrir cualquier cosa. A Gales le temblaban las piernas, si perdía hoy y Eslovaquia ganaba, quedaría fuera de esta Eurocopa. Por su parte, los rusos llegaban con menos presión, ya que solo les valía ganar. No tenían nada que perder e iban a salir a por todas. Rusia realizó cambios arriesgando, entró Mamaev y Glushakov, dos jugadores atacantes y de los mayores asistentes del equipo. En Gales entra Voke como 9 tras la derrota ante Inglaterra. Se avecinaba un partido bonito.

Desde el principio del partido Gales demostró ser el único que iba a por el partido. Los de Coleman presionaron desde el primer minuto muy arriba al equipo ruso, y desde el primer minuto imprimieron mucha velocidad a su juego. Nada más empezar, la tuvo Bale. Tras una carrera por la derecha, en la que se metió para dentro, se hizo hueco y disparo con mucha intención aunque Akinfeev detuvo dicho disparo. Los de Slutski no entraban en el partido, parecía un equipo que iba al ritmo que Gales le imponía, como si de una hipnosis se tratase.

Rusia no esperaba ser golpeada tan pronto

Rusia no reaccionaba ante el torbellino que suponía Gales. No se les vio tocar el balón durante 1 minuto seguido durante los primeros compases del partido, ni pasar del medio campo para atacar. Gales llegaba y llegaba al área de los rusos y tanto tentó a la suerte Rusia que al final se volvió en su contra. En el minuto 10, Rusia intenta montar una contra que Gales corta a la perfección en el centro del campo. El balón le cae a Allen, que se da la vuelta y realiza un pase al espacio a Ramsey, éste se la pica al portero por encima y pone el 0-1 en el marcador para Gales, de momento se colocaba como primera de grupo y dejaba a Rusia como colista.

Gales en ese momento bajo el pie del acelerador y se dieron un descanso, una pausa en su derroche de potencia, de fútbol, de poderío. Rusia en estos momentos empezó a tocar el balón atrás sin ningún peligro. Gales robaba el balón e iniciaba con mucha velocidad la jugada de ataque, dicha velocidad volvía locos a los rusos que iban 3 o 4 marchas por detrás. Así en una de estas contras, Bale, se cruza de banda a banda con el balón y se la abre a Taylor que estaba solo sin vigilancia. Éste con todo el tiempo del mundo, falla el primer disparo, recoge el rechace y ya sí que la mete en el fondo de la red tras un tiro muy blandito y asegurando.

Partido para enmarcar de los Coleman, superiores en todo

Gales estaba siendo terriblemente superior a su rival de hoy. Ramsey, Allen, Voke, Bale fueron de los jugadores más completos. Tocaban, esprintaban, presionaban, Daba gusto ver jugar a este equipo que estaba demostrando mucha competitividad, mucha seriedad y que estaba metiendo miedo de cara a los octavos de final. A todo esto, Gales seguía siendo líder del grupo en estos momentos. Aquí empezó a reaccionar levemente Rusia, aunque ver la cara de desgaste de Slutski en el banquillo no animaba. Tímidamente empezó a atacar y en el minuto 27 tuvo el primer disparo a puerta, tras un saque de Akinfeev que se cuela entre los defensores y caza Dzyuba que dispara como puede, sin embargo apareció Hennessey.

Gales estaba bien plantado, y salvo ocasiones aisladas, los rusos no significaban peligro alguno. Los de Coleman esperaban y cuando robaban salían rápido. Así llegó otra contra manejada por Bale que llegó al borde del área rusa, ahí se cayó y logró pasársela a Voke, que de primeras intentó a cruzársela a Akinfeev sin alcanzar el éxito. La primera parte moriría con este guión, con una Rusia sin argumentos y sin ganas, y con Gales como una moto, siguiendo hilando contraataques y tocando el balón a la perfección cuando le tocaba. Así ambos equipos enfilaron vestuarios, con este 0-2 que sentenciaba el partido prácticamente. Mucho tenían que cambiar las cosas para que las cosas se revertieran.

Comenzaba la segunda mitad del partido. Estos últimos 45 minutos fueron de poco fútbol y de mucho control. Rusia introdujo cambios en el campo pero de poco le sirvieron. Estamos hablando de una selección que no conforma un equipo, el juego colectivo tanto defensivo como ofensivo es inexistente. Una selección que llegó con dudas y se va peor todavía. Con una crisis de identidad y de fútbol enorme, cuando se avecina el Mundial en su país.

Bale consiguió su gol en el minuto 67

El partido en la segunda mitad estuvo frío, con Gales controlando el partido y no exigiéndose demasiado, ya que el resultado le valía y no era necesario desgastarse físicamente. Venían los octavos de final, una batalla sin precedentes y no se podían tener bajas. Sin embargo, el equipo empujó y propuso el mismo fútbol de la primera mitad hasta que Bale logró marcar su golito. A pase de Ramsey, Bale se la picó a Akinfeev que veía como le metían otro gol similar al primero. 0-3 y Gales era una fiesta.

Lo que vino después. Cambios inteligentes por parte de Coleman y un fútbol sin dueño. Una Rusia muy dolida, devastada que no sabía qué estrategia tomar en lo que restaba de partido. Slutski perdió la fe definitivamente, y la impotencia se empezaba a reflejar en los semblantes de los jugadores rusos, que tocaban en campo propio sin posibilidad de llegar a portería, incapaces de generar peligro. Tarde plácida la de Hennessey. El portero galés no tuvo ningún trabajo, ningún peligro que despejar.

Había un equipo que creía en él, y otro que no

Por su parte, Gales si creaba peligro absolutamente sin querer, hilaba pases rápidos y con velocidad destrozaba al equipo ruso. Nunca han tenido un partido tan fácil en ataque, tan inspirador. Bale y Allen abandonaron el terreno de juego para descansar y el partido se fue deshaciendo poco a poco sin nada que resaltar. Golpe encima de la mesa de los de Coleman, que siguen haciendo historia entrando en octavos de final. Esta selección tiene mucha confianza y los ánimos por las nubes. De seguir así, puede dar la sorpresa, seguir creciendo en esta competición y llegar lejos.

Por otro lado, Rusia tendrá que hacer autocrítica en el viaje de vuelta a Moscú. Los rusos no supieron montar un centro del campo sólido, quizá por las bajas o por las nuevas caras que invadieron a esta selección. Pero sin duda alguna, esta ha sido la clave del desastre ruso, el no encontrar un centro del campo que superara al de sus rivales. Sin un centro del campo que genere ocasiones, que toque el balón, todo es mucho más difícil. Decepcionados los aficionados rusos lloraban desconsolados, esperaban que su selección diera la cara hoy y optara a la repesca como mínimo.

Al final no fue así. Eriksson pitó el final y ambos equipos se felicitaron y saludaron a sus aficionados, agradeciendo el buen ambiente. Gales sigue en la competición y por su parte, Rusia vuelve a casa. Muy superior Gales, con un Bale pletórico que tiene la oportunidad de seguir demostrando el buen jugador que es, liderando a esta selección junto a Ramsey y Allen.

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Sobre el autor
Antonio Gutiérrez
Periodismo en @infoUMA Fanático del deporte. Aprendiendo de mis errores, Never give up