Las bajas inundaban la previa del encuentro que enfrentaría a Jaén Paraíso Interior y Montesinos Jumilla. El ambiente estaba enrarecido, pues ni Fabián Robledo, por parte amarilla, ni Ique, en la orilla quesera, estaban disponibles para sus entrenadores en susodicho partido, lo que, en cierta forma, igualaba a los planteles de ambos (por la magnitud de esos baluartes) si a Jumilla no acarreara otras ausencias como las de Zamora, Cristian y Lore. Los murcianos llegaban más diezmados por sus efectivos y heridos por el encuentro de la pasada fecha, donde cayeron por 7-12 ante Uruguay Tenerife. La reacción era necesaria.

De cierta manera, en el Jaén FS también se había producido un altibajo. Dejaron escapar una renta de dos goles en Tudela, lo que les dejó un sabor extraño en su rendimiento, parecido al que experimentaron en Santa Coloma cuando se les fue la victoria a falta de cuatro segundos para el final. No obstante, regresaban a La Salobreja, que se ha convertido en el fortín particular de un club y, sobre todo, de una afición, que espera cada dos semanas el día de partido para animar a los suyos. No es casualidad que, al término del encuentro, sumaran su cuarto triunfo consecutivo en propio feudo en lo que va de Liga, lo que iguala todas las victorias que consiguieron durante la pasada campaña en el mismo escenario. Eso sí, jugando nueve partidos menos.

El comienzo del choque, sin embargo, no derivó demasiadas alegrías. Ni para un equipo ni para el otro. Ni siquiera para la grada, que veía un juego frío, errático, sin un ritmo de juego continuado y un gran número de interrupciones (demasiadas), lo que era palpable en la intensidad de los jugadores, con pérdidas en las entregas de los balones e imprecisiones en acciones que a simple vista no entrañarían dificultad alguna. Jaén Paraíso Interior, como es habitual, iniciaba sus ataques con una sucesión de pases, buscando espacios, en el que Carlinhos suplantó eficientemente a su compañero Fabián. El brasileño se mostró solvente en las acciones, contundente en el corte y efectivo cuando se sumó en ataque (lean los próximos párrafos). Pero esta familiaridad en el juego, que a los ojos de los aficionados locales ya se ha vuelto costumbre, le faltaba algún ingrediente, como si no estuviera del todo cocinada. No se terminaban de asegurar las jugadas.

Chino, que se enfrentaba a su exequipo, rompió por primera vez la monotonía en una arrancada de velocidad por la banda derecha murciana, que había dejado una pradera bellísima a la que sólo le faltaba un camino de rosas y un cartel que anunciara: "Chino, introduzca aquí su acción individual". La galopada, provocada por un error en la cobertura del cuadro visitante, acabó con Chico repeliendo el balón con su pie izquierdo. Aarón, para responder la correspondencia, visitó por dos veces la meta de Prieto, una de ellas en soledad después de una preciosa maniobra de Palermo, en la que se impulsó el balón de una zapatilla a otra con tal celeridad que el balón deseaba pasar por aquel hueco sin que nadie le tocara. A los cinco minutos, Emilio y Campoy quisieron imprimirle ritmo al partido con un par de acciones con robo, pero para entonces este ya estaba acoplado en la pereza.

El mayor temor del Jaén era él mismo. Y Prieto, que es un excelente guardamenta y un irregular jugador de pies, capaz de asistir tanto al compañero como al adversario. Esta vez, le sirvió un balón a Pichí que, desconcertado por lo generoso de la hospitalidad, sólo pudo volver a golpear con el balón al portero. Inmediatamente, Víctor Montes aprovecharía el contraataque resultante para ver volar a Chico, espectacular durante toda la noche. Una de las capacidades de los jiennenses —ya dicha— es la ejecución de la estrategia. En un saque de banda, Campoy se tocó el pecho y el balón acabó irremediablemente en acción de peligro. Llega un punto en el que se presiente el daño. Pero no fue el único peligro: Emilio filtró pases al interior de la zaga de Montesinos y rascó alguna ocasión antes de que Chino siguiera recorriendo bandas desiertas sin más acompañante que su motivación.

El partido no quería goles. Los rechazaba. Todos. Y cuando no era él, era Pichí, cuya espalda sirvió de diana en el lanzamiento de falta de Emilio cuando ya se veían centenares de puños en alto en La Salobreja. Falsa alarma y Constantino que les buscaba las cosquillas. Tras el amago de tanto, se encadenaron tres minutos en los que Jaén dispuso de hasta cinco ocasiones de peligro, a las que todas respondió Chico con solvencia, como si cada resoplo contrario le agrandara un centímetro más sus alas. Estas desaparecieron al llegar al minuto 16, cuando Carlinhos filtró un balón a Chino, que estaba escorado ligeramente a la banda izquierda, y le devolvió la pelota como se entregan los anillos de compromiso: con la medida exacta. Al brasileño le vino bien el molde y su chut acabó en gol.

En la siguiente, sin tiempo para que los andaluces se abrazaran, Eloy Rojas frenó el reverso de Aarón a 10 centímetros de la frontal del área y la falta se convirtió en empate. Pizarro la lanzó con las correspondientes reacciones de impotencia de los locales, que se giraban hacia la red por posibles desperfectos. Un minuto después, Carlinhos volvería a convertir a Jumilla en mantequilla tras colarse nuevamente con apoyo en Campoy, que estaba en banda derecha y que repitió la devolución de alianza para acabar con la segunda puntera y el segundo gol amarillo en la portería de Chico. Dos jugadas idénticas en dos minutos y Carlinhos con dos tantos en un bolsillo y el cariño de la grada rompiendo el otro. Instantes después, Pizarro volvería a deshilachar las mallas contrarias con una volea preciosa, que instauró de nuevo el empate. Los últimos coletazos antes de llegar al descanso correspondieron a Carlinhos, Emilio y Rojas, con todos acabados en córneres y sin modificaciones en el marcador.

El segundo tiempo empezaría con idéntico arreón, que incluso en una de las jugadas acabaría con un palo de Campoy (todo sutileza) y posterior triangulación exquisita entre el catalán, José López y Cuco con lucimiento final (otro más) de Chico. En ese poso sosegado de Jaén en la triangulación se intuye un trabajo para controlar los impulsos y mantenerse serenos en el caos. No es la primera vez que tratan la pelota con mimo cuando sólo escuchan los chillidos impacientes de los aficionados en busca de una definición rápida. Mantienen la calma. Mientras Jaén dominaba, Eloy Rojas a punto estuvo de introducir el balón en su propia portería, arraigando en él una extraña alergia a las frontales del área (véase el porqué del primer gol de Montesinos). Toda esa incertidumbre defensiva la compensaba con la claridad en el ataque, donde estuvo dinamizador y eficiente. Eligió pases correctos en los que su compañeros no tuvieron fe para proseguir.

Montesinos tenía presencia en la intensidad, pero ya no mantenía la agresividad de la defensa individual con ahínco. Seguía empatando con actitud en la retaguardia, pero sin ideas en el ataque más allá de aprovechar los errores contrarios. Les hizo daño que Emilio volviera a incrustarse dentro de su rombo, donde encontró un hueco para provocar una falta y, consecuentemente, el primer gol de Dani Martín, en la que pareció controlar con la mano antes de lanzar a portería. Fue el momento en el que Prieto comenzó a disponer de balones largos a sus compañeros, con más suerte en unas ocasiones que en otras, pero siempre arañando segundos.

La sensación era que Montesinos debía apretarse la camisa y arremangarse para bregar contra su propia apatía ofensiva. Hubo un atisbo, quizás tardío, antes de que Dani Martín diera un palo y, en otra jugada, pisara y protegiera la pelota como si poseyera un campo gravitatorio a su alrededor (nadie podía quitársela) y girara en el interior del área para batir por segunda vez a Chico. Éxtasis en Martín, quien celebró su cuarto gol en los últimas tres jornadas, con éxito en todas ellas.

Quedaban cinco minutos para el final del encuentro y Gea no introdujo a Alamiro como portero jugador hasta que quedaban 3:30 minutos. No pudieron los jumillanos perpetrar la defensa jiennense porque carecieron de velocidad, lo que en algún momento pudo costarles algún gol más. Bastó, sin embargo, con el marcador que se lucía.

Continúa de esta forma la "maldición" de los murcianos con los jiennenses, a los que nunca han ganado (dos empates y tres derrotas), y acaban la jornada en penúltima posición, con seis puntos, habiendo encajado dos derrotas consecutivas. Su situación es delicada, pues acumulan siete derrotas y los rivales directos pueden distanciarase. En el otro extremo, Jaén FS sigue codeándose con los "grandes" en tercera posición (21 puntos) y con el ánimo en Júpiter. No quieren dejar de sonreír.

Gea felicita a ambas plantillas

Juan Franciso Gea se mostró agradable y comprensivo tras el partido: "Quiero felicitar a Jaén Paraíso Interior y a la ciudad porque han sido justos vencedores. Al final, se ha impuesto la lógica. Nosotros pretendíamos romper su imbatibilidad, cosa que no ha podido ser, aunque creo que hemos hecho un partido muy 'majete'. Queríamos coger autoestima después del partido de la jornada pasada. Tengo confianza plena en el partido de la semana que viene, que es de nuestra Liga, tenemos que dar el do de pecho definitivo [contra Santiago]. El partido ha estado muy igualado. Como Dani [Rodríguez] y yo nos conocemos, ha sido un choque táctico y bonito de ver para la afición, que ha estado muy bien".

Preguntado sobre qué aspecto ha sido decisivo, descartó el "bajón físico". "Tenemos enfrente un equipo que ha jugado muy bien y que se ha confeccionado muy bien, aunque no con tanto renombre, pero se nota el trabajo que han hecho en la cancha. En cuanto a la mano de la jugada de su tercer gol, que tengo mis dudas, desde mi ignorancia en el reglamento, no pasa nada si se han equivocado. No podemos enjuiciar a los árbitros. Han hecho un buen arbitraje en líneas generales", ademitió.

El técnico aseguró que no le pone nervioso ni le acompleja perder partidos, ni tampoco se siente mejor o peor que Dani Rodríguez por no poder ganarle en las últimas temporadas. Por otro lado, analizó el cambio de una temporada de éxito, cuando disputaron Copa de España y playoffs, a otra, donde son penúltimos: "Trabajamos de la misma forma que el año pasado, pero los resultados no son los mismos. No creo que esto sean Matemáticas. Estoy convencido que saldrá en la segunda vuelta. No estoy satisfecho con la derrota, pero sí con el partido. La Copa no nos preocupaba el año pasado y este menos. Queremos hacer 12 puntos en cada vuelta para salvarnos. Hay que ser realistas y objetivos".

Dani Rodríguez cree que tienen los "deberes hechos" antes de enfrentarse a Barça e Inter

El entrenador jienense calificó la situación que atraviesan: "Estamos contentos por el resultado, cada jornada que pase quedan menos puntos para estar matemáticamente clasificados para la Copa de España y sabemos que ahora vienen dos partidos en los que va a ser muy difícil puntuar. Tendremos que seguir remando más jornadas para meternos en la Copa". En cuanto al partido, aseguró que "el resultado es de fútbol sala". "Creo que nos lo hemos merecido aunque no hemos hecho nuestro mejor partido. Ellos han jugado a no perder, en la primera parte han metido las más difíciles. En un partido de Primera siempre van a ser difícil, cuando pensemos que no es así, nos equivocaremos. Hemos estado precipitados en el ataque, sobre todo, en los balances. Podrían haberse adelantado un par de veces en el marcador y tuvimos que arriesgar porque sabíamos cómo iban a venir ellos. La segunda parte hemos estado más acertados", dijo.

También se refirió a la jugada polémica del partido: "Creo que el rebote de Dani ha sido dudoso y puede ser que haya sido mano, pero en otras ocasiones tampoco nos ha favorecido a nosotros el arbitraje". Su equipo adoleció de alguna imprecisión en determinadas fases del partido, a lo que respondió que es "normal" y que puede ser que él mismo "no haya transmitido sosiego a los jugadores". "Creo que va a ser muy complicado y con estos dos partidos [contra FC Barcelona e Inter Movistar] tenemos la tranquilidad de que los deberes están hechos. Además, hay muchísimo que ganar y poco que perder. Haciendo las cosas bien intentaremos llegar al final del partido con opciones, aunque sabemos que ambos equipos en una jugada te lo puede estropear todo", detalló.

Por último, agradeció el apoyo de la aficion: "La principal victoria del equipo es ver el pabellón lleno. Es lo principal que hemos conseguido esta temporada: que la gente se enganche al equipo. Ahora tenemos esa responsabilidad de no decepcionar a nuestra afición".