Sin apenas tiempo para el descanso después del duelo entre España y Argentina en Leganés, y con el consiguiente traslado de Madrid a Barcelona, ambas selecciones se volvían a medir en Cornellá. De nuevo, la intensidad y tensión en el juego predominó durante estos segundos cuarenta minutos.

Y al igual que en el Pabellón Europa de la localidad madrileña, el choque comenzó con un temprano de Argentina. Una vez más, Cuzzolino era el encargado de hacer el 0-1 para los de Diego Giustozzi. Y, tal y como se había escrito el guion del partido del día anterior, inmediatamente llegó la réplica española. Si en tierras madrileñas fue Sergio Lozano el que hizo el 1-1, en esta ocasión fue Raúl Campos, que remachó en boca de gol una buena jugada individual del ala barcelonista.

Entre gol y gol, llegó el momento emotivo del anoche. Jordi Torras, que fue titular, se retiraba del terreno de juego entre aplausos, homenajes y mucha emoción. El último capitán en un torneo oficial de España ponía fin a trece años de éxitos con La Roja de las dos estrellas, dejando atrás numerosos títulos y un total de 135 internacionalidades. Desde ya, el catalán es una de las leyendas del fútbol sala nacional, donde los más jóvenes tendrán que tomar como referencia para conseguir los logros que se cosecharon antaño.

Al descanso se llegó con el resultado de 2-1 gracias al gol de Avellino en propia puerta. El jugador sudamericano introdujo en su propia meta la pelota al desviar un pase al área de Fernandao, el cual fue uno de los jugadores que más daño hizo a la defensa albiceleste.

El choque, como ya sucediera veinticuatro horas antes, fue muy caliente. Cada vez más, según pasaban los minutos. Tras el paso por vestuarios, esta situación se afianzó aún más, teniendo su momento cumbre con la expulsión de Carlos Ortiz, ya en el ecuador de la segunda mitad. En Leganés, los de José Venancio López no supieron aprovechar un total de cuatro minutos en superioridad a causa de las expulsiones de dos jugadores de Argentina. En Cornellá, le tocaba defenderse en inferioridad de los ataques del rival.

Pero sucedió lo contrario. A pesar de tener un jugador menos en pista, España consiguió ampliar diferencias en el marcador. Un pase largo de Miguelín era culminado por Pola, que sigue su idilio con el gol en este curso. Acto seguido, aún en superioridad numérica para Argentina, Kiki Vaporaki ponía el 3-2, que a la postre resultó definitivo.

Los de Diego Giustozzi buscaron la igualada jugando con portero-jugador pero el premio del empate no llegó, por lo que España volvió a hacer doblete de victorias, en esta ocasión ante un rival de mucha entidad.