Portero menos goleado de toda la Segunda División. Guardameta que más penalties ha detenido esta campaña. Azote de contrarios y quebradero de cabeza de entrenadores, elogiado por rivales y observado atentamente por equipos de Primera. Es una de las principales causas de que el Plásticos Romero Cartagena ocupe puesto de ascenso directo a falta de cuatro jornadas para el final. Se trata, por supuesto, de Raúl Jerez Pagán.

P: ¿Cuál es el secreto de la magnífica temporada del equipo? ¿Y de la tuya en particular?

R: El equipo es la base de la temporada pasada, pero por lo que sea entonces no nos salió bien, cogimos una racha mala y no supimos levantar cabeza, fuimos arrastrándola con altibajos. Esta temporada hemos cogido una racha buena, unida al buen grupo que hay y a que se están haciendo bien las cosas. Vas cogiendo confianza, coges una dinámica positiva y eso te hace estar arriba compitiendo.

En mi caso, yo creo que no hay secreto. Si hay que decir una palabra, es trabajo, es ilusión. A mí me gusta trabajar mucho y me da igual que estemos arriba o abajo. Otra cosa no sé, pero esfuerzo y trabajo siempre tengo.

P: Siempre dicen que a los niños les gusta marcar goles más que otra cosa. ¿Por qué elegiste ser portero?

R: De pequeño no me gustaba ser portero, quería correr y ser jugador. Empecé muy tarde en el fútbol sala, con 16 años y con amigos, nada serio. Un amigo me dijo que necesitaban un portero porque a mí se me daba bien desde el colegio, me llamó porque iban a hacer un equipo en Alcantarilla y les hacía falta un portero. Así empecé, como aficionado con amigos, entrenábamos un par de veces a la semana y era por diversión más que otra cosa.

P: Una virtud y un defecto de Raúl como jugador.

R: Virtud es que me gusta mucho trabajar, querer siempre hacer las cosas bien, no escatimo en el esfuerzo. Si tengo que dejarme la piel, aunque sea en un entrenamiento, me la voy a dejar. No soy el que va a entrenar y no lo hace al 100%. No me gusta. Cuando hago cualquier deporte, siempre doy el máximo, nada de medias tintas. Como defecto, soy muy cabezón para algunas cosas, me cuesta dar el brazo a torcer. Siempre me han dicho que tengo que resaltar las virtudes y esconder los defectos, y ese es el buen jugador. Me lo dijo Kike Boned y siempre me he quedado con eso.

P: La posibilidad de ascenso, ¿motiva o desconcentra?

R: A mí me motiva, yo soy una persona muy tranquila y no me pongo nervioso para casi nada, tanto en lo deportivo como en lo personal. El ascenso me motiva, llega un partido importante y a mí eso me pone, yo juego para esto. El que llegue la semana que viene o la siguiente y nos juguemos un partido a vida o muerte, eso es para lo que yo juego, para lo que entreno todos los días. Personalmente, me motiva mucho.

P: En ElPozo luchaste por títulos, en Santiago lo hiciste por entrar en los playoffs, y ahora en Cartagena peleas por ascender. ¿La motivación es igual para cada situación?

R: Cada situación es diferente y cada época es diferente. Estuve en ElPozo, en Santiago y ahora en Cartagena con objetivos distintos en los tres sitios. Pero cuando te exiges a ti mismo el máximo, te pones tu propio objetivo. Para el equipo es el ascenso, para mí es dar el máximo en la portería a diario, y siempre voy a eso. Ojalá se consiga el ascenso. Soy muy cabezón y me considero muy trabajador, soy muy competitivo, tengo que ganar siempre y no me gusta que me metan ni uno.

P: Háblanos de Juan Carlos Guillamón como técnico y de Manolo Granados como entrenador de porteros.

R: Juan Carlos, dentro de la inexperiencia -porque lleva pocos años en la Segunda División y el resto ha sido con las bases del Plásticos y categorías inferiores-, yo creo que está haciendo muy buen papel. Los números hablan: en su primera temporada consigue meterse en playoffs, en la segunda no se consiguió pero lo luchamos hasta el final, y ahora estamos luchando por el ascenso. Eso te habla de que hay un cuerpo técnico y unos jugadores que hacen bien las cosas. En ese sentido, Juan Carlos parte de una base que es la ilusión que tiene por jugar en Primera, porque él nunca ha estado en Primera, y eso le ayuda a motivarse más y a querer hacer las cosas mejor, y a nosotros también nos ayuda.

Manolo es muy parecido, no lleva muchos años como entrenador de porteros pero se le ve que lo hace con mucha ilusión y con muchas ganas. Siempre viene y te pregunta, quiere aprender, va viendo cosas en Internet, va a clínics, y tiene ilusión. Cuando la gente trabaja con ilusión dentro de si eres mejor o peor, al final eso mueve mucho más que si tengo más calidad o menos. En ese sentido, agradezco que venga con esa ilusión y que me ayude en todo lo que pueda.

P: ¿Qué te aporta compartir vestuario con Javi Matía?

R: Yo le comparo mucho con Kike Boned. Son figuras que han tenido una trayectoria extensa, que han luchado muchos años en la categoría de Primera División, que saben mucho y esa experiencia es un grado. Aprendes que hay momentos en los que tienes que tener cabeza, momentos en los que tienes que pararte a pensar un poco más, que te va a dar más pensar diez segundos más que correr diez metros más. Esa experiencia luego la trasladas a la pista y te aporta mucho.

P: ¿Has tenido algún portero de referencia desde que empezaste?

R: Cuando yo empecé a dedicarme a esto de manera semiprofesional, el único portero que yo tenía era Juanjo, que era el que estaba cuando empecé. Como compañero era excepcional. Pero al no haber empezado desde pequeño, no tengo una figura a la que haber visto por televisión. Cuando empecé, Juanjo es en quien yo me fijaba porque él estaba en un momento extraordinario. Es un gran portero y una gran persona.

P: ¿La llegada de Chico ha servido para estimularte y luchar más todavía para ganarte la titularidad?

R: Por mi forma de ser, no me fijo en el portero que está. Cuando estaba Isi, yo me exigía igual que ahora con Chico. No porque un portero sea mejor o peor, sino porque yo me exijo a mí mismo. Creo que te equivocas si te exiges fijándote en lo que tienes enfrente. Tienes que exigirte a ti mismo un poco más cada día, y de esa manera consigues una línea positiva. Si te fijas en los demás, no tienes referencias. Prefiero exigirme a mí mismo.

P: ¿Pero tú estás bien físicamente?

R: Tuve molestias en el partido de Melilla, cuando me dijeron que me hice el esguince. A raíz de eso, no he vuelto a tener molestias. Físicamente, estoy muy bien.

P: El mejor entrenador que hayas tenido.

R: Guardo muy buen recuerdo de mi época en el filial [de ElPozo] con Fuentes. Empecé con él, fue el que me dio la oportunidad, y eso me hace tener un buen recuerdo. Cada uno tiene una cosa y sería injusto para otros elegir a un solo entrenador.

P: El mejor jugador que hayas visto sobre una pista y el mejor con el que hayas compartido vestuario.

R: Paulo Roberto. Él marcaba la diferencia, la gente iba a verlo a él. Te hablaban de ElPozo y te hablaban de ir a ver a un tal Paulo Roberto. Él era la referencia. Y con los que he compartido vestuario, para mí el mejor es Kike Boned. Un jugador campeón del mundo y que ha ganado prácticamente todo pero que conserva la humildad y te ayuda en todo, que sepa explicarte cosas que cuando llegas allí nuevo. Él no tenía porqué pararse y ayudarte, pero lo hacía. Siempre me echaba una mano, fue con quien hablé y medié a la hora de renovar cuando estaba en ElPozo. Era más que un jugador, era una referencia que se extendía a todo el vestuario.

P: Una regla que quitarías y otra que pondrías en el fútbol sala actual.

R: Está de moda el cinco para cuatro, pero a mí la verdad es que me gusta. Sí creo que habría que adaptarlo, pero me gusta porque es una alternativa más. Hay equipos que se están pasando a la hora de usarlo, ya no es un recurso sino un medio y creo que habría que limitarlo. Y si pudiera, volvería a pasar de banda con la mano, porque te daba mucha más alternativa en la estrategia, mucho más espectáculo.

P: Un sueño que te quede por cumplir en el fútbol sala.

R: El máximo es llegar a la selección, pero eso ahora mismo es irreal. Me tengo que fijar en el que tenemos, y el objetivo es ascender. La temporada que viene ya te marcarás otro objetivo, pero ahora prefiero marcarme solo el ascenso.