Y eso que el partido empezó muy bien para Paraguay, que se adelantó en el minuto 13 gracias a un gol de 2o palo de Francisco Martínez a pase de Salas (1-0). A pesar de la intensidad sudamericana, los iraníes lograron el empate en una acción de córner en la que Esmaeilpour envió un mísil a la misma escuadra en un tiro lejano imparable (1-1). Cuando parecía que iban a llegar en tablas al descanso, los de Carlos Chilavert en un rechace consiguieron volver a adelantarse en el marcador (2-1), sorprendentemente tras lo visto en el parqué del Coliseo Bicentenario de Bucaramanga.

Pese al resultado, los iraníes salieron a la pista con ganas de demostrar por qué pudieron eliminar a la campeona Brasil, y así fue. Con dominio absoluto y tras llegadas incisivas, Irán volvió a poner el empate (2-2) en el marcador tras otro bonito disparo a media distancia de Mehdi Javid, entrando también por la escuadra. Y tras seguir con el asedio, los asiáticos lograron ponerse por primera vez en el marcador tras un gol en superioridad después de una rigurosa y polémica expulsión de Ayala (2-3). Ya con todo de cara y con pie y medio en semifinales, Irán recibió un tercer gol en una jugada de falta aislada de René Villalba en la que Samimi no estuvo acertado (3-3), llevando así el partido al tiempo extra. 

En la prórroga solo se veía miedo. Miedo a perder todo lo que habían conseguido hasta ese momento ambas selecciones. Pero como el sala, a veces también es justo, Esmaeilpour volvió a marcar para anotar el 3-4 justo cuando ambos equipos ya se mentalizaban para los penaltis (a falta de 20 segundos). Aún así, Paraguay la tuvo y tiró al palo a falta de 9 segundos, en la última oportunidad del partido.

Resultado justo en un partido tenso y competido en el que Irán puso más para pasar a semis de un Mundial de Fútbol Sala, 22 años después. Le espera Rusia en un partido que se espera apasionante y en el cual seguro que no le pondrá las cosas fáciles a los de Eder Lima, Robinho, Rómulo y compañía.

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