Nada está escrito en el Sala y así lo quiso demostrar Argentina. Ninguna de las favoritas se alzó con el título en Colombia: ni Brasil, ni España, ni Italia, ni Rusia. Esta Copa del Mundo estaba reservada para un bloque que ha demostrado constancia, sacrificio, orgullo y pasión por este deporte.

Los de Giustozzi, líder absoluto y máximo responsable de este éxito, han puesto la guinda al gran mundial que venían haciendo, donde han demostrado ser con conjunto muy constante, muy fuerte defensivamente y peligrosísimo en ataque. Rusia tiró de individualidad y buscó en exceso a Eder Lima y Robinho, máximos referentes del conjunto ruso.

GOLPE Y REMONTADA

El partido empezó como toda final debe empezar: con mucha intensidad y respeto hacia el rival. Ambas selecciones comenzaron muy organizadas y atentas, y aunque llegaba alguna ocasión para los dos equipos, no se llegaba con claridad. Hasta el ecuador de la primera mitad, que entre Gustavo y el larguero evitaron el primer tanto del partido para Argentina. Rusia desplegó todo su arsenal y con una paralela entre Robinho y Rómulo y un segundo palo a Eder Lima, que sacó sus armas de pívot empujando y haciéndose hueco para el remate, llegó el primer gol del partido (1-0). Cuando parecía que abrir el marcador a falta de 5 minutos para llegar al descanso podría ser un duro golpe para Argentina, los de Giustozzi reaccionaron rapidísimo anotando enseguida el 1-1 tras un tiro lejano que no logró blocar Gustavo y el rechace sirvió para que un jugador argentina sirviera en bandeja al segundo palo el gol a Alamiro Vaporaki.

Ya cuando parecía que llegábamos al descanso en tablas a todo, Argentina aprovechó que Rusia contaba con 5 faltas para a falta de 20 segundos sacar provecho y provocar la sexta en una jugada aislada con poco peligro. Y desde los 10 metros logró ponerse por delante Argentina con un tiro inapelable a la escuadra de Lea Cuzzo, que ponía el 1-2 en el marcador al descanso. Máxima igualdad pero los albicelestes acabaron mejor la mitad.

PURO CORAZÓN Y SACRIFICIO

Todos sabíamos del potencial de Rusia para darle la vuelta a la situación y la facilidad que tiene de hacer mucho peligro con nada, y así empezó el segundo tiempo. En el primer minuto, otra combinación de la dupla Robinho-Eder Lima acabó en el empate ruso en una acción de clase mundial de pivotaje del 8 ruso (2-2). Pero de nuevo Argentina reaccionó de inmediato y aprovecho otro mal rechace de Gustavo para que Alan Brandi pusiera el 2-3 en el luminoso, sin apenas tiempo para asimilar el empate ruso. No conforme, los argentinos siguieron desplegando su vistoso juego hasta conseguir una magnífica jugada combinativa para que Brandi acabara anotando de nuevo, haciendo el 2-4 y poniendo algo de tierra de por medio.

Pasaban los minutos, y se empezaba a notar esa tensión típica de una final en la que ambos equipos se juegan tanto. Rusia tocaba y tocaba y lograba llegar a la portería argentina, pero un espectacular Nicolás Sarmiento lo atajaba todo y parecía que hacerle un gol iba a costar más que trabajo. A falta de 5 minutos, ya con ambos equipos en 5 faltas, Rusia puso toda la carne en el asador y empezó a jugar de 5. Seguía el asedio ruso pero el bloque argentina era defensivamente un muro, literalmente. Y cuando Rusia llegaba a portería Sarmiento no daba opción. Fruto de ello, un robo de la albiceleste acabó con un tiro desde su campo de Constantino Vaporaki para hacer el que parecía el definitivo 2-5 a falta de 1 minuto y medio para acabar.

Finalmente, Rusia logró el tanto jugando de 5, en una acción donde Liskov marcó para acercarse en el marcador (3-5). A falta de 20 segundos, llegó la sexta falta de Argentina y el consecuente penalti que consiguió anotar Eder Lima, de nuevo (4-5) e imponía el nerviosismo en el conjunto albiceleste que veía que Rusia podría tener una última opción para empatar el partido. Pero no fue así, y se le volvió a escapar una final a Rusia 7 meses después, tras perder ante España el último Europeo.

TRABAJO Y MÁS TRABAJO

Giustozzi ha logrado formar un bloque unido con un mismo objetivo y que salían cada partido como si fuera el último. Fruto del trabajo de 3 años, de mucha progresión en el fútbol sala argentino, y de muchos jugadores que vinieron a Europa, gran parte a Italia para curtirse como jugadores.

Poco más de un año después de conseguir alzarse como Campeona de la Copa América, batiendo a la todopoderosa Brasil, ahora logra dar un golpe de autoridad y presentarse como una de las grandes selecciones en el panorma del fútbol sala mundial en los próximos años.