El club vinícola, descendía a falta de cuatro jornadas a la categoría de plata del fútbol sala español, tras caer derrotado en su propio feudo 4-6 ante Ríos Renovables Zaragoza, un partido que Bodegas Juan Gil Jumilla jugó más con el corazón, pero que le fue imposible remediar la lastrada imagen a lo largo de la campaña.
Si no era suficiente un solo descenso, en el ámbito deportivo, varios días atrás, empezaron los rumores ante la posibilidad de que el club murciano descendiera incluso una categoría más, es decir, verse en Segunda B, o por otro lado, directamente desaparecer, problema que ya rondaba al club en años anteriores.
En el día de ayer, el club hacía oficial el secreto a voces, el club se había inscrito en la categoría de bronce de la LNFS, por motivos de patrocinio, así lo definía el club en sus redes sociales, esto se debe a que el club perdía a su actual patrocinador - tras no recibir una respuesta positiva - principal fuente de ingresos de la entidad deportiva, como en la mayoría de casos de los clubes de la LNFS.
De esta forma el club se veía en la obligación de inscribirse en Segunda B, tras la imposibilidad de cumplir con el pago de 16.000€ de la plaza de Segunda División, pago que debían de haber cumplido antes del 30 de junio.
El club había tratado de revertir la situación con la firma de varios equipos filiales, con la mínima posibilidad de no consumar su desaparición, además del convenio firmado con el ayuntamiento de Jumilla días previos a la noticia, de esta manera el club vinícola recibía una suma de 50.000€ para tratar de conservar su club.
Este pago por parte del Ayuntamiento era insuficiente para cubrir la planificación deportiva pensada en primera instancia por el conjunto, ya que la tasaba en 100.000€ incluso apostando por gente de la región uniprovincial de Murcia, lo que reduce notablemente el gasto.
Cierto es que, por el momento, se desconoce el grupo en el que ingresará el club blanquiazul, pero la simple confirmación de que el club participará en Segunda B puede resultar positiva, ya que existía la pequeña posibilidad de que la zaga de Murcia, no se inscribiera en Segunda B y consumara su desaparición ante la falta de capital.
A pesar de esto último, la escuadra presidida por Juan Antonio Jiménez sigue sin contar actualmente con un apoyo económico de cara a la siguiente temporada para que esta resulte más tranquila para una entidad que pasa por uno de sus momentos más bajos. El club debe de cuadrar todavía todos los gastos de cara al siguiente año deportivo, a esto se suma la cierta obligación de conformar una escuadra competitiva que sea capaz de devolver a la zamarra blanquiazul al lugar donde corresponde.