Unión como premisa. Los jugadores salían al terreno de juego con el objetivo de seguir sumando puntos para reforzar, una vez más, el liderato. Y así lo hicieron. En un partido en el que con el prolegómeno de reencuentro amistoso, Ernesto Valverde se alineaba con Leo Messi y Paco Alcácer en ataque, bastándole 45 minutos para sentenciar un partido en el que su equipo demostró tener una doble faceta.
Con las ausencias destacas de Luis Suárez y Sergio Busquets, Ernesto Valverde apostaba por un once inicial en el que Andrés Iniesta empezaba como suplente en el banquillo. Los azulgranas sellaron una importante victoria antes del parón por compromisos internacionales, pisando el acelerador y teniendo en cuenta que apenas quedan nueve jornadas para conseguir llegar a la expectativa que llevan tanto tiempo dejando al descubierto, consiguiendo sumar 29 jornadas seguidas sin conocer la derrota y dando un golpe de autoridad en la competición liguera.
Los más pequeños también fueron partícipes del once inicial. Con Ter Stegen bajo palos, Sergi Roberto, Gerard Piqué, Umtiti y Jordi Alba en la zaga defensiva, Rakitić, Paulinho y Coutinho en el centro del campo y Dembélé y Leo Messi en ataque, Ernesto Valverde le daba minutos a Paco Alcácer a falta de un Luis Suárez que cumplía sanción y que presenció la victoria azulgrana desde el palco familiar del crack argentino.
El de Torrente aprovechó la titularidad para hacer el primero en el marcador. Ante un Athletic endeble y que no se terminaba de hallar en el Camp Nou, la goleada fue impedida por un Kepa Arrizabalaga que atajó la efectividad azulgrana con la ayuda del palo derecho de su portería incluida, frenándole ocasiones claras a Philippe Coutinho.
Poco trabajo recibió Ter Stegen bajo palos por parte de un Athletic que nulo en oportunidades de peligro y en creación de juego, no lograba obtener la posesión del esférico, queriendo reaccionar a contracorriente en los últimos minutos del encuentro con Aduriz y Williams ya en el terreno de juego.
La batuta bilbaína la llevó Lekue, quien se echó a los leones a sus espaldas y le plantó cara a un equipo que pudo haber hecho más daño por su efectividad. El lateral dejó buenas sensaciones en medio del caos y protagonizó las salidas de juego del Athletic de Bilbao.
Las buenas sensaciones blaugranas las dejó el francés, Ousmane Dembélé. Poco a poco, con su juego eléctrico y buena zancada, va demostrándole a la afición que tiene nivel para jugar en el Camp Nou, convenciendo a un Valverde que ya le empieza a dar más minutos en el terreno de juego. Dembélé evidenció la buena conexión en ataque con Leo Messi, recuperó algún que otro balón y dio ráfagas de luz con su compañero y recién llegado también al club, Philippe Coutinho.
Leo Messi nunca defrauda y el Camp Nou lo sabe. Liderando la batuta azulgrana, el argentino salió con ganas al terreno de juego y dribló una vez más a una de sus víctimas favoritas. El rosarino alcanzó la cifra de 542 goles con el primer equipo, sumando un gol más, encabezando la tabla del Pichichi con 25 y respondiendo a las expectativas que en su día, su padrino en el terreno de juego cuando subió de La Masia, Ronaldinho, puso en él, dejándole a los mandos del dorsal 10.
Leo Messi fue la pólvora azulgrana y una vez más, hizo y deshizo a su manera e incluso se animó a bailar. Con el 1-0 en el marcador, el argentino se veía obligado a sentenciar un partido sin respuesta por parte de los bilbaínos. Y así lo hizo. El 2-0 fue obra suya, ciñendo un balón al palo izquierdo de la portería de Kepa Arrizabalaga. Esta vez, el rosarino cambió la forma de dedicar el gol y en medio de tanta expectación, con los focos de atención en su figura, demostró sus dotes de baile en el área del rival a lo Yerry Mina, dedicándole el gol a Luis Suárez.
Los de Ernesto Valverde se adelantaron pronto en el marcador y dejaron rápidamente al Athletic de Ziganda relegado en un segundo plano. En el puesto número 13 de la tabla clasificatoria de LaLiga Santander, los bilbaínos ven imposible la hazaña de conseguir entrar en los puestos europeos y el positivismo se vio ennegrecido por su finiquito en Europa.
Entre recuperaciones y efectividad, los azulgranas pisaron el acelerador de la batalla liguera. Mucho margen de error no queda y mucho tienen que fallar los de Ernesto Valverde para no alzarse con el campeonato después de tantas acciones meritorias.