Ha vuelto Cristiano y ha vuelto el Real Madrid más anotador de la temporada. El equipo blanco vivió un calvario con la reconocida "falta de gol" a principios de campaña. La ausencia de CR7 tras su sanción, y la poca aportación goleadora que ofrecieron Bale y Benzema, obligó al joven Asensio a liderar el caudal ofensivo merengue. Pero eso ya es pasado. Tras unos meses más que titubeantes (que seguramente, lo han privado de la pelea por la Liga), la plantilla de Zinedine Zidane ha empezado a ver puerta con una asiduidad ligada a su historia. Marca casi sin querer. Y encomendada a un Cristiano Ronaldo en su máximo esplendor.

No hay más que ver los registros del actual campeón de Europa en sus últimas trece jornadas ligueras (las que van en este 2018). 43 goles, una media de 3'3 dianas por partido, y una eficacia a raíz de la última media hora de juego que se ha visto reflejada con 17 tantos. La importancia de estos goles no es la misma que aquellas que se lograron en el curso pasado, cuando la cabeza de Ramos sobrevolaba cada área contraria y las actuaciones de Morata, Asensio e incluso Mariano desde el banquillo, generaban puntos. Pero sí que tienen un valor en forma de confianza y continuidad que ha ayudado a los futbolistas merengues a creer más en sí mismos.

Antes del trascendental duelo contra el PSG en la ida de los octavos de final de la Copa de Europa, cinco goles a la Real Sociedad en el Santiago Bernabéu. Después de la jornada europea, otra manita al Betis, esta vez en el Villamarín. Restando tres días para viajar a París, victoria contra el Getafe (3-1) y posterior a la eliminatoria en el Parque de los Príncipes, triunfo en Ipurúa con gol de Cristiano a falta de cinco minutos. Es decir, el Madrid ya no lucha por la Liga, pero sí lo hace por su determinación y credibilidad de cara a la UEFA Champions League, ese campeonato que le puede salvar la temporada.