Venció, convenció y deleitó ante el Lyon. Las balas de los pistoleros penetraron en el arco de Lloris. El Bernabéu se vistió de lejano oeste y sobre el tapete desfiló una pléyade de forajidos sedientos del veneno que lleva por nombre gol. Por momentos, el verde dibujada siluetas que evocaban a los gigantes de antaño: Wayne, Eastwood, Fonda, Bronson, Peck, Stewart o Cooper. Visto por todos lo que aconteció anoche, el artículo se va a centrar en una visión genérica, pragmática y clasificadora del manejo en esta temporada de las diferentes fases y transiciones que se generan en la jugada de turno; así que, cortita y al pie, al tajo. Por orden de mejor a peor desenvolvimiento:

-Transición defensa-ataque. Un ciclón con espacios, un vendaval a altas revoluciones,  un tornado en la circulación. La disposición en el contragolpe es digna de velocistas, mutando el testigo a balón. A esa velocidad, no hay equipo en el planeta que transite con tanta calidad. A ese nivel de frenetismo, el culmen de la precisión técnica está destinado a unos pocos. Tras la pérdida, el equipo arma el ataque con la formidable figura de Xabi en la sala de máquinas: desplazamiento en largo buscando ganar el espacio o pase en corto para lanzar con balón a los estiletes. Por delante de la línea horizontal del balón, en un suspiro, varios jugadores están capacitados para traspasar líneas. Özil, Ronaldo, Di María, Higuaín, Kaká, Benzema, Coentrao, Callejón o Marcelo. Una escuadra diseñada para que la salida sea fluida, ágil y certera. Kaká empieza a carburar e Higuaín es un cuchillo en la arrancada. Verticalidad extrema y, en escasos toques, el peligro hace acto de presencia.

-Fase defensiva. El equipo no sólo responde en el pressing adelantado (a 65 metros de portería, sino que también domina el repliegue, en posicional, con las líneas alineadas diligentemente. Cierra bien los espacios con Khedira y Xabi protegidos en zona. Carvalho es el mariscal de los cruces cortos y de tirar el fuera de juego, Pepe su poderoso escudero. En el juego aéreo quedaron atrás los problemas defensivos, en su mayoría han sido solventados. Casillas ha mejorado la técnica en balones altos. Tanto él como los zagueros defienden mejor los centros laterales. A veces, les cuesta a Marcelo y Ramos cerrar correctamente el espacio entre lateral-central. La lectura táctica de Arbeloa es superior.

-Fase ofensiva. Dominio del golpeo, facilidad para merodear por el área, polivalencia, cambios de orientación con Xabi, potencia…varias cualidades pero un defecto bien marcado que complica la fluidez en esta fase cuando el contrario cierra filas en torno a su portería: dificultad para jugar con posesiones largas y en escenarios embotellados. Ronaldo no tiene capacidad para conducir con balón pegado, Di María suele recurrir a la acción individual, Higuaín no suma con balón y en el eje se disparan los problemas para batir líneas. No hay un clarividente plan colectivo en este marco. Özil-Benzema es la mejor solución asociativa en carril central, ambos son top en juego combinativo interior. Kaká en zancada y pared ofrece también alternativas. El esperado es el turco Sahin, la manija deseada para dividir y conducir. Gana enteros el equipo ante partidos cerrados.

-Transición ataque-defensa. El factor más problemático en lo que llevamos de temporada. El equipo se alarga en demasía, la híper-verticalidad juega una mala pasada cuando lo único que se divisa es el arco rival, la pérdida no es de calidad y expone al entramado, el retorno es largo y exigente. Para colmo, hay determinados puntales que no atraviesan su mejor momento físico. Xabi es uno de ellos. Llega tarde al balón dividido, es carne de amarilla en el tackle, está obligado a abarcar demasiado ancho ante el descuelgue de numerosos efectivos (Khedira parece contrarrestar el hándicap). Otro es Carvalho. Se le ha visto perder con facilidad la posición y llegar tarde a los cruces largos; pero lo más inusual es la salvaguarda en coberturas que le proporciona Pepe. Él, Carvalho, central especialista en corregir posiciones, ahora siendo rectificado por otros. La lesión del portugués ha dejado que Ramos baile con Pepe, credencial superior el de Camas en espacio largo. El efecto dominó determina que sea Arbeloa (conceptos tácticos sobresalientes) el idóneo para cerrar la zona. La décima pasará por este cuarto punto.