Para situar aquella semifinal de la que hoy se conoce como la Copa del Rey, se hace preciso efectuar un breve repaso por la actualidad social de aquella época y esta nos lleva a los festejos por la coronación de Alfonso XIII, que cumplía su mayoría de edad con 16 años. Juan Padrós, primer presidente del Madrid F.C (actual Real Madrid) y uno de los fundadores del club, que también ejercía como jugador del equipo, vislumbró en el mencionado dato la excusa perfecta para organizar un campeonato de fútbol al que acudieran los mejores equipos de España. Con esa firme idea el mandatario catalán daría un primer paso, que no sólo serviría para la creación de la actual Copa del Rey, sino también del mundialmente conocido 'Clásico'. Con fecha 16 de abril, Juan Padrós se dirigía a Joan Gamper, presidente del F.C Barcelona para invitarle al evento, y 3 días más tarde el club culé confirmaría su presencia.

Aquel torneo, al que se denominó concurso recibía el nombre de Copa de la Coronación y en él se inscribieron, finalmente 5 equipos: F.C Barcelona, Bizcaya (una fusión del Athletic Club y del Bilbao F.C que a la postre se proclamaría campeón), New Foot-ball Club, Español de Barcelona (actual R.C.D Espanyol) y el propio Madrid F.C. El evento acabó convirtiéndose en la primera competición nacional en España y tal fue su éxito en el seguimiento que a partir de aquel momento decidió fijarse su celebración de forma anual variando, eso sí, su nombre y pasando a llamarse Copa del Rey.

Dada la escasa participación de equipos que inauguraron la competición, se llevó a cabo una ronda de partidos que darían acceso directo a la final, y en la denominada semifinal fue donde tuvo lugar el primer encuentro en Copa del Rey, el primer choque de la historia entre el Real Madrid y el F.C Barcelona. La contienda tuvo lugar a las 11 de la mañana en el mismo emplazamiento donde se disputarían todos los encuentros, el Campo de Polo del Hipódromo de La Castellana, que había sido cedido al Madrid F.C para la realización del campeonato. Ante 2.000 espectadores, catalanes y madrileños empezaron a escribir una historia cuya magnitud ellos mismos desconocían.
Por aquel entonces, un F.C Barcelona que hoy se caracteriza por su cantera, disponía sobre el terreno de juego a 6 futbolistas extranjeros en su alineación: Reig, Pamies, Witty, Llobet, Terradas, Meyer, Valdés, Parsons, Steinberg, Gamper, Morris y Albéniz. Por su parte el Real Madrid contaba sólo con un extranjero en sus filas. De igual modo, una plantilla, la madridista, que hoy se caracteriza por no ser demasiado extensa, a petición de su propio técnico, contaba por aquel entonces con 37 suplentes, mientras que los 11 que saltaron al terreno de juego fueron Sevilla, Molera, M. Giralt, Góngora, Spottorno, Palacios, Johnson, José Giralt, Neyra, Armando Giralt y Celada. El colegiado de la contienda sería el jugador del Bizcaya, Arana, algo impensable en el fútbol actual.
Los azulgrana saltaron al terreno de juego con una camiseta similar a la que el equipo luciera en el año del centenario a modo de conmemoración. El azul y el granate se dividían en vertical sobre su pecho, mientras que en el pantalón lucían el color blanco; por su parte los madridistas lo harían con el habitual uniforme blanco, adornado por aquel entonces con un cinturón rojo y dorado.
Pese a que el Real Madrid contaba por aquel entonces con apenas 2 meses desde su fundación y el equipo acusaba de manera notable la falta de práctica en su juego ante los barcelonistas, más rodados en esas lides, el resultado al descanso era de 1-0. Steinberg había sido el autor del solitario gol que ascendería al marcador en favor del Barcelona en aquella eliminatoria que se disputaria a partido único. La reanudación le puso las cosas más complicadas a los blancos y de nuevo Steinberg aumentaría la ventaja para los suyos con el segundo tanto del encuentro. Pero el Madrid no quería limitar su papel en aquella competición a ser el mero organizador que pasaba sin pena ni gloria y a pesar de la superioridad manifiesta de su rival, logró recortar distancias por medio de José Giralt. La sentencia definitiva llegaría de botas de Gamper al transformar un penalty por manos del futbolista murciano del Real Madrid, Álvaro Spottorno.
La victoria por 3 tantos a 1 daría el pase a la gran final al Barcelona, mientras que el Madrid disputó un partido de consolación en el que New Foot-ball Club debería haber sido el rival; su retirada, sin embargo, enfrentó a los madridistas al Español de Barcelona, frente al que logró su primera victoria en un campeonato.
En una época poco dada a dar a ofrecer cobertura a este tipo de eventos deportivos son pocas las referencias e imágenes que pueden encontrarse sobre este partido. La prensa no se hizo un excesivo eco, pese a lo cual sí existen algunas reseñas de la que fue la primera Copa del Rey, a pesr de que la Real Federación Española de Fútbol no la contabiliza como tal.