El origen del Paris Saint-Germain se remonta a 1970, como resultado de la fusión entre el Paris FC y el club de la comuna francesa Saint-Germain. Desde entonces, tres han sido los choques oficiales entre el club galo y el Fútbol Club Barcelona con un balance de una victoria, un empate y una derrota. Unas estadísticas muy igualadas para los que han sido los clubes de moda de sus respectivos países durante mucho tiempo. Con permiso del sheikh Al-Khelaifi y su lucrativa inversión, la primera época dorada del Paris Saint-Germain data de los años ochenta cuando el cuadro Rouge-et-Bleu se adjudicó dos Copas de Francia (1982 y 1983) y una Liga (1986). Ya de lleno en la década de los noventa, una ampliación de capital en el club parisino permitió la posibilidad de contratar jugadores más cotizados en el mercado.

En 1995 un París Saint-Germain plagado de estrellas como Weah, Raí y Ginolá aterrizó en el Camp Nou tras haber recogido el relevo hegemónico europeo del Olympique de Marsella que ganó la Copa de Europa de 1993, la única 'orejona' que yace en las vitrinas del fútbol francés. Les Parisiens estaban avalados nada menos que con la Copa de Francia 1993 y el actual título de Campeón de Liga. Por su parte, el Fútbol Club Barcelona atravesaba horas bajas. La relación entre Cruyff y la directiva del club presidida por Josep Lluís Núñez hacía aguas y la estrella del equipo, el mago danés Michael Laudrup, se marchó nada menos que al Real Madrid. El declive del virtuoso ciclo del Dream Team comenzó a fraguarse en la dolorosa derrota de Atenas ante el Milan en la final de Champions el año anterior y esa temporada sirvió para ampliar la agonía de un extenuado Barcelona. No satisfechos con ello, la escuadra azulgrana tuvo que presenciar como el Real Madrid les arrebataba el sueño de ganar la que hubiera sido la quinta Liga consecutiva para los de Cruyff.

El PSG llegaría a la eliminatoria en una buena posición en Liga, aunque finalmente el Rennes ganaría el campeonato francés. Además, los parisinos llegaban clasificados a los cuartos de final de la Copa de Francia, ronda en la que eliminarían al Nancy para plantarse en semifinales. Aquel año el Paris Saint-Germain repetiría el triunfo en Copa de 1993 al doblegar en la final al Estrasburgo por 1-0.

Partido de ida en el Camp Nou: la benevolencia de Weah se conformó con el empate

En un moribundo otoño de 1995 desembarcó el Paris Saint-Germain en el Camp Nou. Se enfrentaba un equipo que había dejado atrás los mejores años de sus existencia mediante un estilo paradigmático, con otro que se encontraba de lleno en la que era, hasta entonces, la mejor generación de su joven historia. El equipo francés se formó con Lama, Cobos, Colleter, Kombouaré, Roche, Le Guen, Bravo, Guérin, Weah, Valdo y Ginola.

La estrella del equipo y de la noche fue, sin duda, George Weah. Descubierto por Arsène Wenger en 1988 cuando estaba a las órdenes del Mónaco, el liberiano rápidamente demostró una explosiva capacidad goleadora y una rompedora potencia que hacía añicos las zagas rivales. Su efusiva irrupción en el fútbol europeo no dejó indiferente a nadie. Tanto es así, que fue nombrado Balón de Oro ese mismo año, cambiando las normas del premio. Hasta entonces, el prestigioso galardón entregado por la revista France Football estaba reservado únicamente a jugadores europeos. La adjudicación del jugador liberiano (también elegido Balón de Oro africano en 1989, 1994 y 1995) cambió la normativa. A partir de entonces, el anhelado premio individual puede caer en manos de jugadores no necesariamente europeos.

El Barcelona, por su parte, se alineó con Busquets, Ferrer, Guardiola, Koeman, Sergi, Bakero, Korneiev, Stoichkov, Iván, José Mari y Begiristain. Fue un encuentro en el que la referencia goleadora culé pasaba por Korneiev, un frustrado fichaje por parte de la directiva como desesperado intento por reconducir al Barça por el viejo camino del éxito. Pero se equivocaron. No obstante, el encuentro acabó 1-1 con gol del ruso para los azulgrana, mientras que George Weah anotó para los parisinos.

Una de las acciones de más bella factura del partido fue la elástica que el liberiano, escorado por banda izquierda, le hizo al defensa Ronald Koeman, que rozó la cepa del palo defendido por Carles Busquets. El ex del Mónaco era un delantero con una habilidad, potencia y velocidad exquisitas. Ese increíble regate sería patentado años después por Ronaldo en el Inter de Milán y sublimado por Ronaldinho Gaúcho en Barcelona.

George Weah consiguió el Balón de Oro, un galardón reservado entonces únicamente a jugadores europeosSe enfrentaban dos grandes equipos en líneas generales, sin embargo la movilidad ofensiva hilvanada por el Paris Saint-Germain fue manifiestamente superior. Weah formaba un tándem demoledor en la línea de ataque con David Ginola, uno de los delanteros franceses más cotizados ese momento junto con Eric Cantoná, por entonces en la disciplina de los Diablos Rojos. Ginola podía desempeñarse tanto de delantero como de extremo, era un completísimo regateador, con grandes capacidades técnicas y con un magistral golpeo de balón. Aunque la mala suerte se cebó con él. Fue duramente criticado por los medios, pues un fallo suyo ante Bulgaria dejó a Francia a las puertas del Mundial de USA 1994. Pese a la superioridad del conjunto francés, el partido acabó con empate a uno, dejando la eliminatoria abierta para el partido de vuelta.

FICHA TÉCNICA

FC Barcelona 1-1 PSG. 1/3/1995. Camp Nou. 114700 espectadores.

FC Barcelona: Busquets, Ferrer, Guardiola, Koeman, Sergi, Bakero, Korneiev, Stoichkov, Iván, José Mari y Begiristain (Eskurza 76').

PSG: Lama, Cobos, Colleter, Kombouaré, Roche, Le Guen, Bravo, Guérin, Weah, Valdo y Ginola (Raí 62').

Goles: 1-0 Korneiev (48'); 1-1 Weah (54')

Árbitro: Vaclav Krondl.

Vuelta en París: derrota que marca el fin de un ciclo

Enrique IV pronunció en cierta ocasión un aforismo que sigue latente hoy día: “París bien vale una misa”. Parece que los pupilos de Cruyff no tuvieron presente esa lapidaria sentencia durante el encuentro disputado en la ciudad del Sena. Justo dos semanas después, el Fútbol Club Barcelona se desplazó a París para intentar solventar la eliminatoria en el Parque de los Príncipes. El esperanzador resultado en la ida daba posibilidades al Barça de conseguir un billete a las semifinales de la Copa de Europa. Allí les esperaba un gran PSG, dirigido por un viejo conocido como Luis Fernández, que ya sorprendió en el Camp Nou y no se amilanó.

La principal novedad en el once inicial de Les Parisiens fue la inclusión de Raí en el equipo inicial, aunque ya hubiera disfrutado de algunos minutos en la ida. El brasileño, hermano de un ídolo de la canarinha como Sócrates, firmó un portentoso partido en el que incluso marcó un bonito tanto de cabeza, igualando un marcador que había sido estrenado por José Mari Bakero.

La derrota ante el PSG, supuso el principio del fin del Dream TeamEl PSG contaba con Vincent Guérin, un infravalorado centrocampista de contención que daría positivo por drogas en 1997, con la consiguiente suspensión deportiva. A él lo acompañaba su compañero tanto en el club como en la selección francesa, Paul Le Guen, desde comienzos de los noventa. El partido parecía decidido a resolverse en la prórroga, con un resultado idéntico al de la ida, sin embargo, sería precisamente Guerin quien desarboló al Barça con el gol que dejaba al equipo azulgrana eliminado de la Champions League a diez minutos del final.

FICHA TÉCNICA

PSG 2-1 FC Barcelona. 15/3/1995. Parque de los Príncipes. 45574 espectadores.

PSG: Lama, Cobos, Colleter, Kombouaré, Raí, Le Guen, Bravo, Guérin, Weah, Valdo y Ginola

FC Barcelona: Busquets, Ferrer, Sergi, Koeman, Nadal, Bakero, Iván, Stoichkov, Eusebio, Hagi (Abelardo 71') y Begiristain (José Mari 59')

Goles: 0-1 Bakero (49'); 1-1 Raí (72'); 2-1 Guérin (82').

Árbitro: Gerd Grabher.

¿Qué ocurrió después?

El PSG certificó su pase a semifinales de la Champions, en la que caerían eliminados ante el Milan de Desailly, Panucci, Costacurta, Baresi, Tassotti, Lentini, Di Canio, Savicevic y Boban, vigentes campeones de la 'orejona', que a su vez perderían ese año la final de Viena ante el sorprendente Ajax de Ámsterdam entrenado por Louis van Gaal.

Esta derrota no hizo más que evidenciar lo que parecía ser un secreto a voces. La situación en Can Barça era prácticamente insostenible y esa pecaminosa temporada se cerró sin ganar ningún título. Por si eso fuera poco, el Real Madrid ganó la Liga, dejando a los culés sin el quinto laurel consecutivo. El Barça acabó en un discreto cuarto puesto, a nueve puntos del eterno rival y en Copa del Rey cayó eliminado en octavos de final a manos del Atlético de Madrid. Decididos a compensar una temporada para olvidar, el Barça contrató ese verano a un hábil extremo de gran calidad que despuntaba en el Sporting de Lisboa: Luis Figo.

Fuente: www.fcbarcelona.es