La historia de Pablo Ricchetti en el Valladolid es una historia de amor y odio. Un jugador carismático del Pucela y querido por algunos sectores de la grada, pero odiado por otros. Desde que comenzara su carrera, el Real Valladolid es el equipo que más tiempo ha contado con Ricchetti en sus filas, siendo prácticamente el único en el viejo continente, salvo una breve y truncada aventura en Italia.

Nacido en Buenos Aires en 1977, Ricchetti comenzó su andadura en el mundo del fútbol a la temprana edad de siete años, formándose como jugador en las categorías inferiores del River Plate de Argentina. Durante catorce años Ricchetti perteneció al equipo franjirrojo, debutando con la edad de 19 años en la primera categoría del fútbol argentino. Dos años después, con 21 primaveras a sus espaldas, en 1998, Ricchetti fue traspasado a Colón de Santa Fe, perteneciente también a la Primera División argentina.

En Colón continuó creciendo y formándose, llegando a ser internacional en las categorías inferiores de Argentina. Con Pekerman a la cabeza de la selección olímpica, disputó varios encuentros preolímpicos con, entre otros, Pablo Aimar, Walter Samuel, Juan Román Riquelme o Javier Saviola.

Destacó en el centro del campo, pero sin una posición fija. Esto hizo que el Real Valladolid se fijara en aquel joven y talentoso mediocentro argentino, con la capacidad de ser polivalente y actuar en distintas posiciones. En el mercado de fichajes veraniego de 2000 el Pucela se hizo con sus servicios.

Años de blanquivioleta

Pablo Ricchetti vistió la elástica pucelana durante cinco temporadas, cinco campañas llenas de altibajos en las que nunca llegó a demostrar el por qué el Real Valladolid le trajo a España desde su país. Sus primeras temporadas apareció posicionado en el centro del campo, en una colocación más defensiva que su acompañante. Ricchetti nunca encontró su juego en la medular, y a pesar de mostrarse sólido al quite, su distribución del balón no llegó a ser óptima. Esto le hacía ganarse los pitos de la grada, que según él mismo afirmaba, le presionaba y desquiciaba.

En su última campaña como blanquivioleta, actuó en el carril derecho, dado el mal estado físico de Torres Gómez. De nuevo, no volvía a encontrar su lugar en el equipo, cometiendo sin fin de fallos y sin llegar a ser un lateral derecho determinante, tanto defensiva como ofensivamente.

Su temporada más participativa con el equipo fue la 2001/02, en la que disputó 23 encuentros con el Real Valladolid, partiendo en 16 de ellos como titular. Sin embargo, la temporada siguiente (2002/03) fue todo lo contrario. Ricchetti comenzó una guerra particular con Pepe Moré, entrenador del equipo por aquel entonces. Cansado de participar en la medular del campo, el argentino recriminó al técnico que le situara en una posición que no era la suya, pues él mismo se consideraba lateral. Expulsado de un entrenamiento por el técnico, Ricchetti admitió su deseo de abandonar el barco pucelano, pero esto no llegó y cumplió con su contraro.

Aventura en Italia y regreso a Argentina

Moré no continuó en el equipo, y Ricchetti disputó dos nuevas campañas hasta que en 2005, con su contrato vencido, firmara por el Ternana Calcio de la Serie B italiana. Su experiencia en el país italiano no fue satisfactoria, disputando a penas dos encuentros y regresando de vuelta a su Argentina natal.

Allí se enroló en las filas del Quilmes Atlético Club, participando con el equipo tan solo un año, y en abril de 2007, haciendo las maletas de nuevo para viajar a Estados Unidos. Su etapa en el país norteamericano, más concretamente en el FC Dallas por el que fichó, fue la más satisfactoria a nivel individual para Ricchetti.

Éxito en la Major Soccer League

Durante tres temporadas defendió los colores del FC Dallas, siendo capitán del equipo en repetidas ocasiones. En el año 2008 fue miembro de la defensa del equipo del año en la MSL. También fue reconocido a nivel de club, gracias a sus acciones humanitarias y contribuciones de caridad. Durante los tres años en los que estuvo enrolado al equipo norteamericano, consiguió demostrar su capacidad defensiva en el lateral, algo que no consiguió hacer en Valladolid.

Tras tres años en el Dallas, decidió abandonar la escuadra rojiblanca por problemas internos con el club, quedándose sin equipo durante unos meses en los que si bien tuvo ofertas, estas no le convencieron y decidió entrenarse de manera individual hasta encontrar un reto que le convenciera.

Finalmente, en el año 2012, su última campaña en activo (2011/12), fichó por el Deportivo Anzoátegui Sport Club de Venezuela, con el que se aupó con la Copa de Venezuela y el Torneo Apertura de Venezuela. A la finalización de esa temporada, abandonó el equipo venezolano.

Actualmente Ricchetti se encuentra sin equipo, disfrutando de su esposa y tres hijos, a la espera de poder, si el físico de lo permite, disputar una nueva aventura con otro equipo. Pablo Ricchetti, un jugador que no llegó a cuajar en el Real Valladolid, pero con el que disputó hasta 110 encuentros, dejando conatos del verdadero jugador que demostró ser lejos de Zorrilla.

Foto: El Mundo | Zimbio | Texasfutgol