Parece que fue ayer cuando una pequeña ciudad del sur de la capital se hizo un hueco entre los grandes del fútbol de nuestro país. Cuando lo que parecía una hazaña con características cuanto menos utópicas se efectuó. Como si de una epopeya, firmada por el más enrevesado de los literatos se tratase, aquella pequeña ciudad se haría grande, mayúscula, extraordinaria

Corría el año 2004, y el Getafe lograba un ascenso no planeado, pero no menos deseado por ello, con un Pachón intratable con cinco goles, que lo convertirían en inmortal.

Desde aquel día han pasado muchos nombres por ese pequeño equipo, que poco a poco ha ido madurando con el tiempo. Desde el mismo Sergio Pachón, hasta Adrián Colunga, pasando por un jovencísimo Riki, un inexplorado Granero, o un desconocido Boateng, todos ellas leyendas que aunque parecen lejanas, no abarca más de una década.

La importancia de esta osadía la podemos comprobar en el vaivén que ha ido oteando el club azulón en el resto de equipos. El Getafe ha visto al Villarreal a un paso de meterse en una final de Champions, y a la vez ver como el equipo modelo por excelencia, sucumbía la temporada pasada cayendo al pozo de la Segunda División. El Getafe ha contemplado como, unos de los equipos que acompañó al club en su viaje a primera, el Levante, descendía, y volvía a ascender dos ocasiones más. El Getafe ha visto muchas cosas en estos diez años, pero siempre desde el mismo sitio.

Hubo malas rachas, cuando el equipo pudo descender en dos ocasiones, pero, siempre predominarán los años de bonanza, años en los que la permanencia suponía poco menos que un título, y que una victoria ante un grande, como ocurría en la primera visita del Real Madrid al Coliseum, era considerada fiesta local.

Con el paso de los años, Getafe ha vivido todo tipo de partidos, en los que el aficionado lloró, orgulloso de su equipo cuando éste caía frente a un Bayern cruel, despiadado, despedazando los sueños, no de una ciudad, sino de un país entero; aquel día, España era del Getafe.

Pero también han manado lágrimas de alegría, cuando Getafe eclipsó el 'maradoniano' gol de Messi con una remontada gestada desde la esperanza. No había una forma más soberbia de coronarse que endosando un 4-0 a todo un Barcelona, que no sólo daba acceso a la primera final de la Copa del Rey, sino que ese triunfo daba acceso a la primera participación en la antigua UEFA del Getafe.

Muchos logros en tan sólo diez años de vida en la máxima categoría han aburguesado a la afición del Getafe, algo que no debe restar mérito a lo que esta temporada está aconteciendo, ya que los 42 puntos que otorgan la salvación casi definitiva se han logrado en 28 encuentros. Dos puntos en sólo dos jornadas no deberían emborronar este Getafe que pese a las dos derrotas seguidas sigue a tiro de piedra en la lucha por Europa.