Cita crucial en la historia contemporánea del equipo de Pío XII. El conjunto amarillo se jugaba media vida en la tarde de este sábado en un encuentro que por el otro bando también suponía algo más que tres puntos, ya que los pimentoneros, tras el descenso administrativo del Guadalajara, se jugaban todo en este último y fatídico encuentro.

Más que el último partido de la temporada regular, los de Sergio Lobera afrontaban el choque como si de una final se tratase, un partido a vida o muerte en el que solamente valía ganar, o al menos sacar un mejor resultado que su rival directo, la Ponferradina.

Los amarillos salieron con varias sorpresas en el once titular por decisión técnica. Se quedaron en el banquillo jugadores como Murillo, Hernán, Thievy o Chrisantus, en lo que sería uno de los mejores banquillos de toda la categoría, sin duda.

Lobera quiso dar continuidad al once que formó en la victoria contra el Numancia la anterior semana y alineó a Barbosa, Pignol, Deivid, David García, Dani Castellano, Javi Castellano (en sustitución del sancionado Vicente Gómez), Nauzet Alemán, Vitolo, Momo, Javi Guerrero y Tato.

Por su parte el Murcia, que se jugaba la existencia en la Segunda División, salía al terreno de juego con Javi Jiménez, Molinero, Óscar Sánchez, Mauro, Tagliafico, Acciari, Albiol, Nafti, Matilla, Saúl y Kike.

Una final

Como si de una final propiamente dicha se tratase, los dos equipos, que se jugaban mucho, salieron al campo con la tensión y el respeto propio de las grandes citas. La transcendencia del choque era evidente, tanto que los dos equipos en los primeros instantes no querían saber nada de la posesión del balón.

En los primeros compases se dieron varias tentativas por parte de ambos equipos, aunque conforme transcurría la primera parte, los locales fueron creando las ocasiones en detrimento de una Unión Deportiva que quizás se vio algo más tranquila a sabiendas de que el ex amarillo Mauro Quiroga, ahora en las filas del Lugo, había puesto tierra de por medio con sus dos goles a la Ponferradina.

La relajación por parte de los amarillos era evidente, el coraje de los pimentoneros por conseguir marcar, aún más. Una vez más, y como viene siendo costumbre en los últimos meses en la parroquia amarilla, Mariano Barbosa era el jugador más destacado de largo. El meta argentino realizó paradas de gran mérito ante las acometidas locales, destacando por encima de todas una colosal parada ante un Saúl que se quedó solo ante Barbosa y dudo excesivamente en la definición.

El segundo periodo comenzaba con la UD algo más enchufada, mostrando una iniciativa en los primeros minutos que no fue tal en la primera parte. Los amarillos tuvieron la oportunidad de adelantarse en el marcador por medio de un disparo de Javi Castellano que salió rozando la portería de Javi Jiménez.

Minutos después, Javi Guerrero tuvo franca la oportunidad de disparar a gol pero un contrario se zafó a tiempo y no le dejó rematar. A partir de esto, el partido siguió por los mismos derroteros que en el primer tiempo y se pudo ver a un Murcia más ambicioso en contraposición a Las Palmas.

Gol local y miedo visitante

Ante esta situación, Sergio Lobera se decidió por dar entrada a un Thievy que sorprendentemente se había quedado en el banquillo, quizás para aprovechar su velocidad y el cansancio rival en la segunda parte como factor esencial. Pero de poco serviría el cambio, ya que en el minuto 61 un gran lanzamiento de falta de Matilla acabaría en las mallas, siendo imposible de atajar para Mariano Barbosa.

Tras este primer tanto murciano, los fantasmas de la UD empezaban a aflorar, el equipo amarillo necesitaba más que nunca anotar un gol que diera tranquilidad. Pero el gol no llegaba, los locales eran superiores y se tornaba difícil la empresa. Para más inri, no llegaban noticias positivas desde el Ángel Carro, la Ponferradina anotaba el primer tanto y minutos después, a falta de poco menos de diez minutos para la conclusión, empataba la contienda.

Agonía para conseguir el objetivo

Mientras, en la Nueva Condomina, estaba más cerca el segundo gol local que el empate amarillo, pero una vez más, el salvador de la UD, lo hizo de nuevo e impidió el segundo gol del Murcia.  La tensión y los nervios eran evidentes, Las Palmas ya no dependía de si misma para clasificarse, si la Ponferradina anotaba un tanto más, se acabaría el sueño, no habría playoffs. La multipantalla y los transistores eran el foco de atención de todos los aficionados amarillos en ese momento, los cuales prestaban más atención al partido de Lugo que al propio.

El partido en Murcia acabó finalmente con el resultado de uno a cero, pero absolutamente nadie se movía tanto del verde como de sus asientos. Los pimentoneros esperaban a que terminase el partido en Huesca, que acabó en tablas lo que supuso que los locales mantuvieran la categoría, se desató el júbilo e incluso hubo invasión de campo.

Paralelamente, los amarillos prestaban atención a lo que pasaba en el Lugo-Ponferradina, tanto locales como visitantes pudieron alterar el marcador en varias ocasiones, pero el resultado finalmente no se movió y Las Palmas pudo, por fin, celebrar la clasificación a los playoffs de ascenso a Primera División.

Los amarillos concluyen la temporada regular en la sexta posición obteniendo 66 puntos (40 como local y 26 como visitante) sumando 18 victorias, 12 empates y 12 derrotas; anotando 62 tantos y recibiendo 55. Vitolo fue el máximo realizador de los grancanarios con 15 goles.

Este miércoles, Las Palmas afrontará la primera eliminatoria de la promoción de ascenso ante el tercer clasificado, que fue el Almería. El partido de ida se disputará en el Estadio de Gran Canaria a las 21:00 (hora canaria) y la vuelta acontecerá el sábado en los Juegos del Mediterráneo.

En este partido, los abonados amarillos tendrán que pagar para ver el encuentro. Las cifras oscilarán entre los 5€ a los 19€ en la categoría de adulto y para los no abonados, será desde los 19€ a los 59€.

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