Corrían los años 80, concretamente un 23 de septiembre de 1982 cuando se inauguraba el entonces nuevo Miniestadi. El FC Barcelona se acababa de proclamar campeón de la Recopa de Europa tras ganar al belga Standard Lieja por 2-1. Sin mucha expectación y sin ser conscientes de ello en aquel instante, todos los asistentes pudieron presenciar el debut del que sería y es una de las grandes instituciones del Barça. Un joven valenciano con aspecto corriente y aún siendo jugador juvenil, entró sustituyendo a uno de los grandes emblemas del fútbol: ni más ni menos que Diego Armando Maradona.

Más de veinte años después, ese chiquillo sigue siendo recordado por todos los culés como uno de los jugadores más incombustibles que ha pasado por el club. Un espejo para todos los actuales pupilos azulgranas que están aún con el fútbol de formación. Con él aparecía un proyecto deportivo en emergencia que a día de hoy se continúa siguiendo en el fútbol base del club barcelonés; la apuesta por la cantera, la instrucción de pequeños futbolistas que crezcan con la filosofía del club.

Discreto pero firme, Guillermo Amor se fue haciendo un hueco en el primer equipo. Pero empecemos por el principio. Nacido con Benidorm como marco, un invierno de 1967. El 1980 llegó al conjunto azulgrana como juvenil. A pesar de su aparición en 1982, no fue hasta 1988 cuando finalmente debutó (y esta vez con paso firme, llegando para quedarse) al primer equipo en el histórico Trofeo Joan Gamper. En ése momento firmó el inicio de una trayectoria de 10 años en el club. Sumó un total de 550 partidos jugados, siendo una de las leyendas azulgranas que más encuentros oficiales ha disputado. Cifra sólo superada por Xavi Hernández, Migueli (549), Carles Puyol, Rexach (449) y Víctor Valdés.

Incombustible e imprescindible. Esas serían dos palabras que lo podrían definir. Fue uno de los peones esenciales en el Dream Team de Johan Cruyff. Pieza clave en la columna vertebral del juego del Barcelona. Siendo mediocentro, una de las posiciones que el club azulgrana más ha cuidado, uno de los símbolos de la casa, organizaba el juego del Barcelona. Un auténtico capitán forjado en casa.

UN PALMARÉS ENVIDIABLE

- 1 Copa de Europa (91/92)

- 2 Supercopas de Europa (1992 y 1997)

- 2 Recopas de Europa (1988/89 y 1996/97)

- 5 Ligas de España (1990/91, 91/92, 92/93, 93/94 y 97/98)

- 3 Copas del Rey (1989/90, 96/97 y 97/98)

- 4 Supercopas de España (1991, 92, 94 y 96)

- 2 Copas de Catalunya (1990/91 y 92/93)

DE JUGADOR A DIRECTOR DEPORTIVO

A pesar de que jugó en otros equipos tras abandonar el Barcelona, su atadura con el club azulgrana fue tal que a día de hoy es el Director Deportivo del Fútbol Formativo desde el año 2010, como también estuvieron ligados otros compañeros suyos como Andoni Zubizarreta, Josep Guardiola o Eusebio Sacristán. Una auténtica institución para el club y para lo que significa la filosofía de un equipo que desde hace más de veinte años prefiere una buena formación de cantera al talonario.