Diego Pablo  Simeone continúa retocando los automatismos del equipo campeón de la última edición de la Copa del Rey durante la pretemporada con una particular gira por diferentes rincones de Sudamérica. Sin Radamel Falcao pero con Martín Demichelis y Leo Baptistao entre otros, a la espera de la puesta a punto de David Villa, el técnico argentino sigue con el plan de perfeccionar un equipo que este año elevará el nivel  para jugar la mejor competición europea a nivel de clubes,  la Champions League.

Para ello, Simeone evalúa a sus jugadores contra equipos más rodados físicamente. Lo hizo contra Estudiantes de la Plata, en el que se vio un equipo sin ideas en tres cuartos de campo y con un déficit de instinto asesino en la definición de las jugadas. Contra Sporting de Cristal, el técnico argentino afrontaba otro partido en el que su rival sería nuevamente físicamente superior, ya que los peruanos se encuentran en el ecuador de la temporada, en segunda posición, a cuatro puntos del líder.

El Atlético de Madrid no acusó la falta de rodaje e impuso su ley durante los 90 minutos

El equipo rojiblanco no acusó la falta de rodaje en la primera mitad e impuso su propia ley a un Sporting de Cristal que jugó a lo que el Atlético de Madrid propuso. La entrada de Raúl García por Adrián modificó el juego del equipo, que se basó casi en exclusividad en encontrar el desmarque de Diego Costa a una de las bandas y a esperar una incorporación desde segunda línea de jugadores como Arda Turan o Raúl García.

El delantero brasileño certificó que aún hay mucho trabajo por delante en cuanto a afinar la puntería. Bastaron que pasaran cuatro minutos para que el brasileño se fabricara su primera ocasión, en un alarde de potencia que dejó atrás a su defensor para encarar a Penny y empotrar su lanzamiento contra el cuerpo del portero rival. No tardó mucho tiempo en generar una nueva ocasión, a través de otro desmarque, pero sin la fortuna de definir entre palos.

Diego Costa como solución

El Atlético de Madrid manejaba el ritmo del partido pero dejaba la sensación de que faltaba por acoplar aún las piezas, o lo que es peor, un síntoma de falta de alternativas en los recursos ofensivos. Se pudo ver con la distancia que había entre Diego Costa y la segunda línea de ataque. Como consecuencia, tanto Gabi como Tiago buscaban en largo las carreras del brasileño, que se desfogaba demostrando un punto óptimo de forma física.

La falta de puntería del Atlético de Madrid marcó la tónica general del encuentro, con un desacertado Diego Costa en los primeros 45 minutos

El juego del equipo rojiblanco mejoraba con el paso del tiempo. No había noticias del Sporting de Cristal en ataque, que concentraba esfuerzos en anular la velocidad del rival cuando superaba la mitad de campo. Las novedades en la defensa, con Demichelis como pareja de Miranda, garantizaban algún que otro error de entendimiento aún por pulir, que eran sufragados por el esfuerzo de los centrocampistas en el repliegue.

En la última parte de los primeros 45 minutos, Diego Costa pudo inaugurar el marcador hasta en tres ocasiones. El brasileño se fabricaba sus ocasiones y cuando no era así, salía airoso en los trompicones con los defensas. Pero la definición desesperaba al delantero, que se lamentaba por su mala fortuna de cara a portería. Fueron en estos minutos cuando se pudo ver que el Atlético de Madrid volcaba el peso del ataque hacia la derecha, con un Juanfran muy comprometido en las labores ofensivas y actuando casi más como extremo que de lateral.

Confianza en el bloque

Simeone optó por no introducir ningún cambio en el inicio de la segunda mitad para seguir probando con el grueso del once que disputará la Supercopa de España a doble partido contra el FC Barcelona. El técnico argentino sigue en su obsesión de dar minutos a estos jugadores con el fin de que entren en la dinámica competitiva lo más rápida posible.

El segundo tiempo continuó con la tónica de la primera  y es que el Atlético de Madrid llevaba el peso del partido y disfrutaba de las ocasiones, a pesar de que erraban en el momento crítico. Lo hizo Arda Turan, solo en una esquina del área grande, tras una magnífica combinación de Diego Costa hacia Koke. Y más tarde, por medio de un Filipe Luis que dejó tirados a 3 defensores con un maravilloso eslalon que se fue largo en el último toque.

Como el gol no llegaba, Simeone varió el esquema táctico y metió más dinamita al equipo. Sustituyó a Gabi por Leo Baptistao y dio entrada a Adrián retirando a un desacertado Raúl García. Los cambios rompieron el hermetismo rojiblanco en el centro del campo y dejaba espacios  en la transición defensiva, pero ganaba un plus a la hora de buscar el peligro.

Acoso y derribo

No fue suficiente para Simeone, que minutos después mando ingresar a Leo Baptistao y a Dani Aquino. Más mordiente en ataque. El brasileño se encargó de trasladar al terreno de juego la tensión que quería Simeone. Fue objeto de múltiples faltas en los primeros minutos e incluso gozó de una ocasión clarísima explotando su mejor virtud, la larga zancada que deja atrás al defensa y en el disparo, Peny reacciona rápidamente y bloquea la ocasión justó en la línea que delimita el área grande.  

Leo Baptistao cambió la cara del equipo y Mario Suárez marcó un golazo a los diez minutos de entrar en juego

Simeone se desesperaba por la falta de puntería de su equipo y por  las decisiones del árbitro, hasta tal punto que fue invitado a marcharse a uno de los extremos del banquillo, lejos del área técnica, para no incidir en las órdenes del juego. No reaccionó, incluso, con el único gol de su equipo a falta de trece minutos para el final. En una jugada individual de Adrián, el asturiano cede atrás al no tener opciones de incurrir en ataque, recibe Mario Suárez en la frontal y el canterano acomoda a la perfección el cuerpo para clavar su disparo en la escuadra, al palo largo de Peny.

No hubo reacción del Sporting de Cristal. Ni siquiera con el gol encajado. Apenas opuso resistencia y solamente ofreció oposición en los últimos minutos con el pique personal de Quina y Diego Costa, en el que el jugador local llegó tarde en una entrada al brasileño y éste le tomó la matrícula hasta el final.

Con el pitido del árbitro, el Atlético de Madrid suma su primera victoria en la Copa Euroamericana y la segunda de toda la pretemporada, antes de viajar a Uruguay, en donde se enfrentará al Nacional de Montevideo y en el que se incorporarán los uruguayos Cebolla Rodríguez y Diego Godín.