Los cántabros acudieron ayer por la tarde a la localidad asturiana de Villaviciosa, patria de la sidriña asturiana, para enfrentarse a su equipo hermano del Sporting de Gijón, en el modesto estadio de las Callejas, con un equipo plagado de jugadores de las categorías inferiores del conjunto racinguista, con un ojo puesto en las resoluciones de la LFP sobre el ascenso en los despachos del Real Racing Club, en detrimento del Deportivo de la Coruña (finalmente salvados sobre la bocina) o en todo caso de la AD Alcorcón, el último clavo ardiendo que le queda a los montañeses para retornar por la puerta de atrás a la Liga Adelante, a pesar de no contar con el beneplácito de una gran parte de los aficionados, que no considerarían honroso un ascenso fuera de los terrenos de juego.
El encuentro fue utilizado por Paco Fernández a modo de test para ver a los jóvenes pupilos de los distintos filiales racinguistas, ante un conjunto mucho más curtido y hecho, como es el conjunto rojiblanco, a la vez que aprovechó para que sus hombres fuesen adquiriendo el tono físico necesario para llegar en óptimas condiciones al inicio de la campaña.
Julián Luque vuelve a sonreir
El Racing saltaba al terreno de juego en una más que evidente desventaja respecto de su rival, debido no sólo a la diferencia de categoría en la que militan ambas escuadras, sino además porque los asturianos llegaban a dicho compromiso mucho más rodados que los cántabros, siendo el de ayer el quinto amistoso de los rojiblancos, mientras que para los racinguistas suponía su estreno oficial en la pretemporada.
Desde los primeros compases del encuentro los santanderinos se presentaron muy bien asentados en el terreno de juego, cubriendo los espacios y peleando cada balón como si les fuera la vida en ello, sabedores de la gran oportunidad que se les brindará con toda seguridad la próxima campaña, debido a los problemas económicos que asolan a la entidad racinguista, que se verá obligada a recurrir al filial para completar un plantel muy descompensado a estas alturas de la pretemporada.
Por su parte Sandoval presentó un once inicial bastante parecido al que presumiblemente podría poner en liza en el debut liguero, consiguiendo hacerse con la posesión del balón, limitándose los racinguistas a presionar en busca de un robo del cuero que pudiese propiciar una contra con la que sorprender a los asturianos.
La seguridad y jerarquía mostrada por los racinguistas Alassane y Guitián parecían bastar para maniatar a un Sporting incapaz de llegar con peligro a la meta de Saúl Figueroa, mostrando un gran sentido de la anticipación, además de una considerable contundencia en sus acciones.
El encargado de mover al Sporting fue el veterano Casquero, exjugador racinguista de infausto recuerdo para los cántabros desde la famosa final copera ante el Getafe, era el encargado de llevar la manija del equipo, apoyándose contínuamente en un Barrera más adelantado, buscando conectar con los hombres de arriba; de esta manera lograrían llegar tímidamente en el minuto 6 con un tímido remate de cabeza que Saúl atrapó sin excesivos problemas.
En los cántabros, la velocidad de Koné en la banda era el recurso más peligroso de los racinguistas durante toda la primera mitad, haciéndose con sus galopadas, dueño y señor de la banda derecha santanderina, pero las oportunidades no terminaban de llegar, hasta que en el minuto 20 de encuentro fruto del saque de una falta sin aparente peligro, Mandi derribaba clamorosamente a Guitián dentro del área en su intento de remate a portería, situación señalada de inmediato por el colegiado como penalti.
El canterano Julián Luque, condenado al ostracismo la temporada pasada, era el encargado de ejecutar la pena máxima y batir a Cuéllar, colocando el 0 - 1 en el marcador, ante el júbilo de los jovencísimos jugadores racinguistas.
La sustitución de Casquero por Bustos, limitó más si cabe el potencial creativo gijonés en la medular, lo que aprovechó el Racing para intentar aumentar la cuenta en dos ocasiones antes del pitido final del primer período, el primero en el minuto 29 de encuentro, en una falta ejecutada magistralmente por Durán que a poco está de sorprender a la defensa rojiblanca y posteriormente con un remate del recién llegado Borja Granero, que había sustituido minutos antes al propio Durán y que fue despejada a córner por la zaga asturiana.
Justo antes de finalizar la primera mitad, el Sporting dio un aviso de lo que faltaba por llegar en la segunda mitad, al inquietar la meta racinguista con un saque de falta por parte de Carmona, que Scepovic estrellaba contra el poste del cancerbero canario del Racing de Santander.
De esta manera se llegaba al descanso, con el Racing por encima en el marcador y un Sporting incapaz de generar jugadas de peligro ante un prácticamente inédito Saúl Figueroa.
Penalti, gol y partido para los gijoneses
El segundo tiempo fue aprovechado por Fernández para ejecutar un interminable carrusel de cambios que desdibujó un tanto al equipo cántabro, si bien los racinguistas arrancaron en los primeros minutos con una más que aceptable imagen que daba la impresión de que el encuentro iba a continuar con el guión escrito durante la primera mitad.
De esta manera el Racing parecía decidido a ir por el segundo gol desde el pitido inicial, pudiendo adelantarse en una jugada combinativa entre Iñaki y Pereda, que éste no logró introducir en el interior de la meta defendida por Alberto, a pesar de salir lamiendo el palo. Tan sólo un minuto después era Sañudo quien tras robar el esférico en un derroche de potencia y sacrificio, armó una contra rapidísima que remató él mismo y en la que la providencial intervención del meta contrario, impidió que subiera al marcador.
Una tercera ocasión para los cántabros llegaría en el minuto 58 de encuentro cuando Pereda primero y Sañudo después no lograron nuevamente batir a un segurísimo Alberto.
Minutos después se produjo un fuerte encontronazo entre el meta racinguista Saúl Figueroa y Mendy, al intentar el cancerbero canario impedir que el asturiano se beneficiase de una mala cesión. Una vez atendidos por los servicios médicos, ambos jugadores pudieron reincorporarse con normalidad al juego.
Sin embargo, tanto perdonar de cara a puerta le costó caro a los santanderinos quienes en el minuto 63, provocaron un penalti en su área, que Mandi se encargaría de transformar en el empate del Sporting de Gijón, 1 - 1, para desconsuelo de los hombres de Paco Fernández.
Los racinguistas todavía recuperándose del tanto de la igualada asturiana sufrirían un nuevo varapalo 6 minutos después, cuando López Garai conectó un prodigioso testarazo que entró como un obus en la meta defendida por Figueroa, que nada pudo hacer por evitar que el 2 - 1 subiese al marcador, para desesperación de los racinguistas, que habían sido bastante superiores hasta ese momento.
Poco después Leandro tuvo en sus botas la posibilidad de devolver las tablas al marcador, pero el exracinguista Bernardo fue el encargado de desbaratar la ocasión al repeler con su cuerpo el remate del cántabro.
El encuentro todavía concedió una nueva ocasión al Racing para lograr la igualada en el minuto 44 de encuentro, cuando Messina no logró rematar un rechace de Alberto dentro del área, escapándose la oportunidad de los montañeses de hacer justicia en el marcador.
Buena piedra de toque en definitiva para los cántabros, que merecieron más en el encuentro, pero en el que la mayor contundencia de los gijoneses de cara al marco contrario les otorgó la victoria en el encuentro.
Sportinguistas y racinguistas jugaron un disputado partido en Calleja. Foto: Pañeda / eldiariomontanes.com.