A pesar de que le quedaba aún un año de contratación con el Athletic, Iban Zubiaurre se ha desvinculado definitivamente del club al que ha estado ligado durante los últimos ocho años, para firmar con el Racing de Santander por las próximas dos temporadas.

Sin apenas participación, en Lezama ningún entrenador contaba con su confianza, y en todos estos años, tan sólo ha jugado cuatro partidos con la camiseta rojiblanca.

Bien es verdad que, a priori, al club bilbaíno le sedujo el talento de un joven Zubiaurre salido de la cantera de la Real, queriendo hacerse de inmediato con los servicios del de Mendaro. Tanto es así, que aun teniendo contrato en vigor con el club guipuzcoano, el Athletic decidió saltarse las leyes para fichar a un jugador con un futuro que creían prometedor. El resultado de esta acción se saldó con los 5 millones de euros que, tanto el Athletic como Zubiaurre, tuvieron que abonarle a la Real Sociedad. 

Pero el camino de rosas que conducía al guipuzcoano hacia el éxito en Lezama se vio truncado por la incursión de Iraola. El de Usúrbil  le puso las cosas más que difíciles, desbancándolo de su puesto, y dejándolo en el banquillo llegando a ser un espectador más. 

Ahora, por fin, y tras jugar en condición de cedido en  Elche,  Albacete y Salamanca, Iban Zubiaurre ve la luz al final del túnel. Después de firmar por dos temporadas con el club cántabro, equipo que todavía no tiene asegurada su categoría, y con una plantilla aún por engranar, el lateral espera poder recuperar el tiempo perdido como futbolista, y disfrutar del su profesión tras ocho largos años de penitencia.