El malagueño llega esta temporada a la Casa Blanca con la finalidad de seguir creando magia con el balón en los pies, como lo ha venido haciendo las últimas temporadas, tanto en el Málaga CF, como en la Selección Española Sub-21 con la que se proclamó campeón recientemente en el Europeo Sub-21 de Israel.

Isco destaca por su exquisita calidad técnica que le permite crear jugadas increíbles de la nada, con una capacidad para la gambeta propia de otra época y un talento natural para ver la jugada en su mente antes de que esta se produzca en la realidad, lo que le hace imprevisible para sus rivales.

A pesar de no ser un consumado goleador, cuenta con una excelente llegada y un buen disparo de media distancia, lo que le faculta no sólo para crear jugadas de peligro, sino también para culminar las suyas propias o las de los demás.

En el Real Madrid Isco debería de consagrarse como el crack mundial en ciernes que se le presupone y que ha despertado pasiones en el fútbol europeo defendiendo los colores del Euromálaga; pudiendo aprender de un Zizou y de un Ancelotti que a buen seguro serán capaces de sacar lustre a la mejor versión del mejor jugador joven del mundo.

El buque insignia del Euromálaga 2012/13

La temporada pasada Isco se erigió en el líder indiscutible del conjunto boquerón, consiguiendo mantener el tono competitivo de un conjunto que a pesar de la salida masiva de las grandes estrellas, echándose el conjunto a las espaldas y bordando una temporada perfecta en el que asombró al mundo del fútbol no sólo en la competición doméstica sino también en el debut del Málaga en la Champions League de la UEFA, torneo en el que llegaron a los cuartos de final del campeonato, quedando injustamente eliminados por el Borussia de Dortmund, de infausto recuerdo también para los madridistas.

El malagueño supo asumir su nuevo rol, destapando el tarro de las esencias futbolísticas, manteniendo prácticamente por sí sólo a un equipo que desplegó un fútbol sensacional a las órdenes del extécnico blanco Manuel Pellegrini, quien no dudó en intentar su fichaje para su nuevo proyecto en el Manchester City, si bien el jugador se decantó por intentar hacerse un hueco en la plantilla madridista.

Calidad y magia para la mediapunta merengue

En esta pretemporada, Isco está dando más de una pista de lo que puede llegar a dar en el conjunto blanco, destacando en su posición de media punta como un jugador que parece que lleve toda su vida jugando en un club como el Real Madrid, actuando con un desparpajo y un saber estar impresionantes, lo que motiva más si cabe a una afición blanca entusiasmada con su desembarco en el Bernabéu.

Heredero del dorsal 23 que en su día luciera el mismísimo David Beckham o el propio Mesut Özil en su primera etapa de blanco, deparará noches mágicas en el Bernabéu, debiendo demostrar que es capaz de estar a la altura de los mejores jugadores del planeta y que por ello ha firmado por el club más laureado de la historia del fútbol europeo.

Con su llegada el club ganará en calidad y visión de juego en los últimos metros, además de asegurarse en su plantilla a uno de los jugadores jóvenes con más futuro del panorama futbolístico mundial.

Su regate instintivo marcado por sus bruscos giros y cambios de ritmo le hacen imparable ante sus rivales, a lo que debemos añadir su gran capacidad de conducción del esférico, muy pegado al pie, utilizando su cuerpo para protegerlo, siendo prácticamente imposible arrebatarle el cuero de sus fantasiosos pies.

A pesar de ser un jugador netamente ofensivo, Isco destaca por gozar de una visión de juego privilegiada tanto para dar el último pase como para dar una auténtica exhibición en cada encuentro con su repertorio inagotable de centros, tanto en largo como en corto, lo que hacen de él un jugador único en su especie.

A pesar de parecer a simple vista un jugador lento, lo cierto es que su velocidad de pensamiento es superior a la de la mayor parte de sus adversarios, lo que le hace anticiparse al siguiente movimiento de sus rivales, supliendo su falta de condición física para ganarles en velocidad.

En su debe figura su excaso potencial ofensivo en el juego aéreo y en el bajo porcentaje de acierto en sus disparos a puerta, a penas un 10%, a pesar de contar con un buen disparo de media distancia.