Hasta la desgraciada lesión del pasado 24 de enero, a manos de un desafortunado Álvaro Arbeloa que fracturaba el primer metacarpiano de la mano izquierda del Santo de Móstoles, nadie podía vaticinar que el capitán del conjunto merengue y de la Roja, quien es considerado a los cuatro vientos como el mejor guardameta del mundo, perdería la titularidad de una portería que llevaba a sangre y fuego su nombre con letras de oro.

La tensión con el por entonces técnico del conjunto blanco, el luso José Mourinho y del preparador de porteros, Silvino Louro, con Iker, no ayudaban en absoluto en la recuperación del guardameta que día a día perdía los galones que había ganado a lo largo de los años con paradas antológicas que amarraban los puntos para la Casa Blanca, que se encomendaba a la gracia de su Santo particular en cada encuentro.

Su grave lesión sirvió de excusa al técnico de Setubal para firmar al por entonces suplente de Andrés Palop en el Sevilla FC, Diego López, como el sustituto del cancerbero internacional, quien regresaba a su casa tras su periplo por el Villarreal CF, en el que había demostrado condiciones más que sobradas para defender una portería tan complicada como la del conjunto blanco.

Las buenas actuaciones del meta gallego, sirvieron para apuntalar la intención no disimulada de José Mourinho, de arrebatar de cuajo los galones de Iker, jugando la baza de contar con un portero con hambre de éxito como Diego, que vivía una segunda oportunidad de triunfar en el club de su corazón, tras haber marrado flagrantemente en su primer intento de posicionar a Antonio Adán en el puesto de Casillas.

Con la recuperación de Iker, la tensión con el cuerpo técnico creció considerablemente, dada la falta de oportunidades concedidas al de Móstoles de disfrutar de minutos con la intención de recuperar lo antes posible la forma perdida por su lesión, de cara a llegar en la mejor forma posible a la Copa Confederaciones de la FIFA el pasado verano, donde el combinado nacional intentaría derrotar a los brasileños en su propio terreno.

Sin embargo, a pesar de que tanto Mou como Karanka reconocían la intensidad mostrada por Casillas en cada entrenamiento, no cedían en su consideración de contar con el lucense como la primera opción para defender la meta blanca.

El punto más candente se produjo en el último compromiso liguero en el que Diego López no jugaría por una pequeña intervención quirúrgica y el elegido por Mourinho sería el joven Jesús Fernández, en detrimento del de Móstoles, motivo por el que éste se mostraría seriamente contrariado, al no ser convocado para el encuentro, siendo Adán el segundo meta elegido a tal efecto.

La tensión por la situación profesional y personal del capitán merengue se trasladó a la Roja en la disputa de la Copa Confederaciones, en la que a pesar de la inactividad de Casillas, éste fue el portero elegido para defender la portería en detrimento de Víctor Valdés y de Pepe Reina; situación que de nuevo le devolvía la ilusión al portero madrileño.

Sin embargo, a pesar de tener una más que decente actuación en el torneo de los campeones de la FIFA, Iker se llevó un buen varapalo en la final disputada en el legendario estadio de Maracaná, en el que la Roja sería humillada por la anfitriona, la Brasil de Neymar, Hulk, Julio César y compañía, en el que dos goles de Fred, el primero de ellos cuando a penas se llevaban disputados 2 minutos de juego y un tercero de Neymar, daban la puntilla a la Selección campeona del Mundo, con Casillas defendiendo la portería.

La rescisión de mutuo acuerdo del contrato que unía a José Mourinho con el Real Madrid para regresar a su querido Chelsea, parecía suponer el final de las penurias del meta mostoleño, quien veía en la llegada de Carlo Ancelotti, la solución para su situación particular, aparentemente atribuida a su mala relación con el de Setúbal.

El carácter pacificador de Carletto, unido a su carácter moderador, poco amigo de las tensiones en los vestuarios, parecían ser la clave para el retorno por la puerta grande de Casillas a la portería merengue, en detrimento de su compañero, Diego López, quien a pesar de los rumores que le situaban lejos de la órbita blanca, se empecinaba en quedarse en Madrid, para pelear con uñas y dientes por mantener la titularidad ganada en opinión de muchos, por sus buenas actuaciones en el terreno de juego.

Tras una pretemporada en la que Diego López mantuvo el nivel mostrado en la anterior campaña, con paradas decisivas ante el Inter de Milán y en la que Ancelotti apostó por rotar a ambos porteros, si bien Iker se incorporaba un par de semanas más tarde por su participación en la Confederaciones, lo que le dio una ligera ventaja a Diego, que aprovechó como sólo el lucense sabe hacerlo, para ser el guardameta elegido por el técnico italiano en el debut en la temporada 2013/2014, en el Santiago Bernabéu, ante el Real Betis Balompié, en un encuentro en el que el gallego efectuó un par de paradas de antología que ayudaron al conjunto blanco para alzarse con la victoria por 2 - 1 ante los verdiblancos.

La decisión de Carlo ha sorprendido a propios y extraños, ahondando en la división existente en la afición madridista sobre quién debe ser el inquilino habitual de la portería blanca, un dilema que ya no parece deberse a un problema personal de Iker con su técnico, sino más bien a criterios deportivos, no compartidos por la mayoría de la afición madridista, si bien, cada vez son más las críticas acentuadas contra el capitán del Real Madrid.

La situación actual podría enconarse en las próximas semanas dependiendo de la decisión que pudiese adoptar el cuerpo técnico respecto de la suplencia del meta mostoleño, quien podría tomar la decisión de abandonar la disciplina blanca en el mercado invernal en el caso de sentir que no cuenta con opciones de jugar, lo que pondría en riesgo su participación en el próximo Mundial de Brasil este verano.

En este sentido, los primeros movimientos de algunos equipos para hacerse con los servicios del Santo ya habrían comenzado, tal y como apuntaba el Daily Mail en su edición de hoy, en la que aludía a un presunto interés del Arsenal de Arsene Wenger por contratar a Casillas, de cara a apuntalar una portería que con el madrileño les otorgaría un salto de calidad que podría acercarles a la conquista de un título.

Si en las últimas horas se ha barajado la posible intención de Ancelotti de rotar a sus dos porteros, lo cierto es que en su carrera, Carlo siempre ha tenido un portero titular, de forma y manera que de no cambiar su forma habitual de proceder, Diego López habría ganado de momento la partida al ángel que estaría poco a poco perdiendo sus alas.

Imágenes en el cuerpo del artículo: mundodeportivo.com; periodistadigital.com; lainformacion.com; nacion.com y espndeportes.com.