Ayer hizo siete años que Osasuna caía en la previa de la Liga de Campeones contra el Hamburgo. Después de empatar a cero en Alemania y de empezar ganando en Pamplona con un gol de Cuellar, Osasuna era eliminado en el último cuarto de hora, porque un jugador que en cuatro años en la escuadra alemana sólo iba a marcar cuatro goles, decidió que El Sadar no era mal sitio para dejar uno. Sin perder ninguno de los dos partidos, Osasuna era sacado del sueño en el mejor momento y el jugador que les retiró el edredón de par de mañana para madrugar se llamaba Nigel de Jong. Años después lo volveríamos a encontrar, un 11 de julio, arreando una de las entradas más salvajes que se han visto en un campo de fútbol, cuando casi atraviesa el pecho de Xabi Alonso en la final de Mundial de Sudáfrica 2010. Ganó la Roja, aunque jugó de blanco, pero da igual, nos sigue cuadrando para desarrollar nuestra teoría. Casualmente -o no de forma tan casual, como ya veremos-, ayer Xabi Alonso se lesionó y hoy le operaban en Murcia, ciudad en la que Osasuna consiguió su último ascenso fuera de casa, tan bien con camiseta blanca aunque sean rojillos vistan de lo que vistan, allá por el año 1980. Rojo, es preciso señalar, como el color con el que Xabi Alonso ganó con el Liverpool su única Copa de Europa hasta este momento. Otro dato.

Tres años después, en 1983, La Real fue injustamente eliminada de las semifinales de la Copa de Europa por un gol en fuera de juego que el árbitro no quiso anular. ¿Quién era ese equipo? El Hamburgo. Esto que aparentemente le perjudicaría a Osasuna no es así, porque ya no jugaba con los donostiarras Periko Alonso, que se había ido un año antes al Barcelona que juega con una franja casi roja, granate en su zamarra, cuyo hijo, Xabi, está en un quirófano de una ciudad en la que había, ahora lo desconozco porque la vida da muchas vueltas y por Murcia han pasado varios clubs, otro equipo que jugaba con camiseta roja y pantalón oscuro, como Osasuna. Xabi volverá a Primera desde Murcia, como Osasuna. Para reforzar los posibles cabos sueltos hay que señalar que la temporada pasada fue la primera vez que el Real Madrid jugaba con una equipación de color rojo, siendo Xabi Alonso un jugador destacado del cuadro merengue, o del equipo del sirope de fresa en este caso concreto. Nada es casual. Otro data más. El rojo gana en el relato, aunque luego pierdan.

Por todo ello, se puede concluir que Osasuna este viernes tiene muchas posibilidades de ganar al Athletic de Bilbao. La historia y la estadística está de parte del equipo navarro, es irrefutable. O no. En el 2001 vi jugar de local a la Real Sociedad en Pamplona, contra el Celta. Empate a cero en un horrible partido. Sólo digo que fue un 16 de septiembre, cinco días después de los atentados en Nueva York que derrumbaron las Torres Gemelas. Pero eso es otra historia, y quizás si la cuento, no haga sino liarlo todo un poco más y os perdáis definitivamente con mi conjetura.

¿Y por qué de todo esto se podrá preguntar alguien? Porque parece más lógico agarrarse a ese análisis que a otro más realista, pero menos verosímil, donde un entrenador vizcaíno, José Luis Mendilibar, que entrena a los pamploneses pueda conseguir ganar al equipo del que es socio, el Athletic de Bilbao. Equipo rojiblanco (ay, rojo, ya todo son dudas y castillos en el aire) que jugará de local en el estadio de Anoeta en San Sebastián, Guipúzcoa, domicilio de La Real Sociedad, enemigo número uno de los bilbaínos. A eso sí que no hay por donde meterle el bisturí de la tecla impresa porque te llamarían fantasioso, y con razón.

Nadie sabe nada aún del partido, se supone, pero, ¿y si Xabi Alonso sabe realmente algo? Podría ser, lo que sí sé es que espero que se recupere pronto, porque los columnistas que me gusta leer le necesitan para escribir sus mejores artículos. ¡Ánimo, guiputxi!

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Sobre el autor
Javier Ancín Salinas
De Pamplona y de Osasuna. Lector, paseante, observador... También escribo. [email protected]