Con un Messi sorprendentemente indolente y un Iniesta poco participativo, Neymar asumió el rol de líder para brindar al Camp Nou su primera gran actuación como barcelonista y conducir a su equipo a una sufrida victoria que llegó después de que el Sevilla empatara en el minuto 92. Antes, Rakitic había recortado diferencias en un partido que hasta ese momento fue dominado plácidamente por un Barcelona que con el 2-0 creyó que el partido estaba sentenciado.

Emery, fiel a su estilo, construyó una barricada defensiva que al poco agresivo Barça le costaba derribar. Xavi e Iniesta comenzaron menos verticales que en otras citas, convirtiendo el control de la posesión en un infructuoso dominio.

Un par de disparos de Neymar rechazados por Beto espolearon a una afición que se entusiasmaba cada vez que el brasileño encaraba a un Coke que fue sobrepasado durante todo el partido.

El Sevilla, tímido en la primera parte

El Sevilla, en las pocas ocasiones en que recuperaba el balón, prefería no combinar para no ofrecer al Barça ninguna opción de contraataque. Gameiro, único punta, apenas entró en juego en la primera mitad debido a la escasa intención combinativa de un equipo que se encomendó al oficio y la suerte.

Neymar se erigió como la estrella de su equipo

Neymar se erigió como la estrella rutilante de su equipo, eclipsando a un Messi apático quizá por el cansancio acumulado estas dos últimas semanas. Una jugada espectacular del exjugador del Santos en la banda izquierda a punto estuvo de convertirse en el primer gol, que lograría momentos después Daniel Alves.

Adriano, omnipresente siempre en las acciones ofensivas de su equipo, puso un centro preciso al segundo palo para que Alves, libre de marca, hiciera un remate picado de cabeza al primer palo que esta vez no pudo detener Beto. 1-0 y momentánea tranquilidad en el Camp Nou.

Tras el gol, el Sevilla; lejos de buscar la portería defendida por Valdés, se agazapó más aún en su propio campo, situación que aprovecharon los atacantes del Barcelona para buscar las cosquillas a un Beto que una noche más estuvo colosal.

Apasionante segunda mitad

El Sevilla, temeroso de abrirse y así dejar espacios, otorgó la responsabilidad del encuentro a los cerebros del Barcelona, que no estuvieron especialmente acertados. Rakitic, al mando de las operaciones sevillistas, aprovechó la aparente debilidad del centro del campo culé para comenzar a inquietar a un equipo en exceso confiado tras el gol.

Tanto fue así que Cala consiguió un gol rematando de cabeza un córner que no valió para empatar. Muñiz Fernández se encargó de anular un tanto que, a todas luces, pareció legal. Cuando el Sevilla parecía que había encontrado la senda que le llevaría a la gloria, Neymar volvió a encontrar los espacios que solo el carioca es capaz de encontrar. Messi fue el receptor de un pase de la muerte que pareció certificar la defunción del Sevilla. Nada más lejos de la realidad.

Rakitic recortó diferencias a diez del final

Vitolo, genial en la parte final, asistió a Rakitic para que, de disparo cruzado, recortara diferencias cuando todo parecía ya perdido. La entrada al campo de Cesc no sirvió para dar profundidad al atascado ataque del Barça que, a dos minutos del final, veía cómo un atrevido Sevilla empataba gracias a un remate de Coke.

Marin, que entró en el tramo final del partido, tuvo en sus botas la victoria pero, de nuevo, el campeón se alió con la suerte para vencer. Alexis, tras un rechace de Beto, bajó a la tierra a un Sevilla que mereció haber salido vivo del Camp Nou.