La vida de este año 2013 va espirando poco a poco. Los últimos coletazos de él, invitan a la reflexión, a pensar y hacer balance de 365 días repletos de altibajos en una institución asentada ya en la élite del fútbol nacional desde hace una década exacta. Este dato, los diez años en la Primera División, son la muestra del trabajo bien hecho y el hito más importante de la historia del Getafe. Este curso está marcado por este hecho, además de haber cumplido los 90 años desde su nacimiento allá por el 1923.

El décimo año del Getafe en Primera División quedó escrito en la clasificación allá por el mes de mayo. Un décimo puesto y 47 puntos fueron más que suficientes para que de manera holgada los azulones sellasen la permanencia para brindar a su afición otra campaña más de fútbol de Primera. Además, Luis García se ha convertido este año en el entrenador azulón con más partidos en Primera, superando a Míchel.

Europa se volvió a escapar

Una temporada exenta de sufrimiento no fue suficiente para acabar con buen sabor de boca una liga más que digna. El Getafe, como institución, está adquiriendo unos tintes de conformismo muy nocivos en casos como los de los dos últimos finales de temporada. Con opciones de entrar en puestos europeos tras una prematura salvación ocho jornadas antes de terminar, los de Luis García se dejaron llevar los últimos compromisos sembrando lo que meses después estallaría en un amistoso sin aparente peligro como para tambalear un proyecto asentado más de dos años.

Tan sólo una victoria, frente a la Real Sociedad en medio de un mar de derrotas que aún así dejaron al bloque a tan sólo tres puntos de la novena plaza, que de manera puntual dio acceso a las eliminatorias previas de Europa League.

Abdel Barrada, un negocio perfecto

Tres años antes este chico estaba anotando goles en la Segunda División B de nuestro fútbol y en un suspiro pasó a formar parte de un sinfín de listas de candidatos para reforzar plantillas de la talla del Milán, Arsenal o Real Madrid. Sin embargo, aquel chico que se paseaba por el panorama nacional defendiendo la cantera azulona fue llamado por Luis García para, con el paso de los meses, convertirse en la bandera, el estandarte, el principal bastión de un Getafe que bailó al ritmo del marroquí durante dos temporadas.

Su venta este pasado verano era un hecho, algo que todo azulón tenía más que asumido. La sorpresa fue, que, con las numerosas ofertas que el mediapunta tenía sobre la mesa de ligas como la Premier League, se decantara por aceptar la de el Al-Jazzira de Luis Milla o Nilmar, entre otros.

‘Rescatado’ de la cantera del París Saint-Germain, Abdel Barrada dejó en las arcas del club alrededor de 10 millones de euros, además de incontables alegrías a una grada que lo adoraba y que, no es descabellado decir que lo sigue adorando.

La consolidación pasó por mantener el bloque

Mantener a León y Moyá habría sido una quimera años atrásBien es sabido en los aledaños del Coliseum Alfonso Pérez que el Getafe siempre se ha caracterizado por ser un club que vende bien y compra aún mejor. Bien, este año no ha sido así. Es un claro síntoma de que el Getafe puede permitirse mantener jugadores por mucho que las altas esferas del club pongan la voz de alarma de que la economía no está bien. Mantener a Moyá o Pedro León hace pocos años habría sido cuanto menos una quimera. Sin ir más lejos, ya fue imposible mantener al muleño su primer año en el club. Tiempos distintos y diferentes necesidades pero el jugador estaba fuera del equipo prácticamente al segundo de iniciarse el mercado estival.

Llevarse a los jugadores que despuntan en el ‘Geta’ está costando cada vez más. Abdel, anteriormente mencionado, salió para equilibrar una balanza que no vio más necesidades para traspasar a sus estrellas. Hasta el último momento Moyá estuvo sonando para reforzar al Atlético de MAdrid pero, esa falta de necesidad provocó que Ángel Torres no bajara ni un euro en sus pretensiones. Circunstancia utópica en temporadas anteriores. Hombres como Álvaro Vázquez o Paco Alcácer, que no cuajaron una buena temporada a las órdenes del técnico de Carabanchel salieron del Getafe para dar paso a piezas que mejorarían unos cimientos bien estructurados.

Además de mantener a jugadores importantes, la llegada de hombres como Mosquera, reforzado de manera extraordinaria tras su cesión en el Real Madrid Castilla, Roberto Lago o Escudero aumentaron la calidad de una plantilla con los cimientos muy bien plantados y con una idea fija, la de un entrenador que arrancaba la pretemporada por tecer año consecutivo en las filas del Getafe. Todo pintaba bien dentro del grupo pero, una afición desencantada y sin ilusión tras el desastroso final de temporada no hizo más que seguir aumentando ese pesimismo que aumentaba partido tras partido de pretemporada.

La amargura y la gloria en tan sólo dos meses

El Getafe se acogío a la unión para salir de la crisis deportivaTras una pretemporada nefasta en cuanto a resultados, desoladora y que inundó de pesimismo a toda la parroquia azulona se llegó al inicio de liga. Las cosas no fueron en absoluto a mejor, todo lo contrario, la grada comenzó a buscar culpables en cualquier lugar, buscar explicación a esa continuidad de malos resultados iniciada allá por el mes de abril cuando el Getafe empezó una decadencia en su juego que tuvo su final en el bochornoso 6-1 en el trofeo Puchero en Alcorcón. Aquella humillación, pese al carácter amistoso del encuentro supuso un punto de inflexión, un lugar de partida. El problema fue cogido a tiempo y la solución estaba clara: unión.

Todo cambió, como si del ying y el yang se tratase los azulones no fueron ni una sombra del equipo que semanas atrás se vio. Las victorias empezaron a llegar de una manera que, sorprendettemente para el panorama del fútbol colocó al ‘Geta’ en posiciones europeas durante varias jornadas. Un abismo de luz se vislumbraba y un pasado que parecía lejano no databa más allá que dos meses atrás. El fútbol es efímero y el Getafe lo sabe. La victoria frente al Villarreal, cuarto clasificado en aquellos momentos demostró que esa unión se había consumado, que todos iban a una y que el equipo madrileño iba en serio.

De Fede a Lisandro, una transición perfecta

La llegada en enero de Federico Fernández, desconocido para muchos regaló al Getafe quizás el mejor central que ha tenido en sus filas. Su contundencia atrás y su olfato goleador en jugadas a balón parado hicieron las delicias del Coliseum. Recordado es su partido frente al Atlético de Madrid en el que desesperó al mismo Radamel Falcao sin dejar pasar ni una ocasión a la estrella colombiana. Pero no todo adquiere tintes de bonanza ya que, su estancia en Getafe fue corta por su calidad de cedido y sin opción a compra. El mercado estival estuvo marcado entre otros nombres con el suyo, pero finalmente Rafa Benítez decidió contar con el zaguero argentino que no recaló de nuevo en el sur de la capital.

Otro central argentino, de características similares a las de Fede aterrizó en el Coliseum. Lisandro Lopez, nombre de killer y confundido con el astro que deslumbró en el Lyon llegó de una manera similar al internacional albiceleste. Cedido y sin opción de compra por parte del Benfica ha ido a más en la temporada anotando hasta la fecha de hoy tres goles, uno de ellos al Barcelona, que supuso el éxtasis de una afición que vio posible la victoria frente a los blaugranas. Contundente atrás y con una limpia salida de balón, ha encontrado en Mosquera y Pedro León sus socios perfectos.

El mejor gol

Sin duda alguna Pedro León es el nombre propio si se habla y busca el mejor gol del Getafe del 2013. Su espectacular falta desde el medio del campo frente al Real Betis enloqueció a la grada del Coliseum y puso en pie a seguidores de ambos equipos. Además, la celebración del jugador de Mula señalándose el escudo del Getafe terminó por conquistar a todos los citados allí que no dudaron en ovacionar y corear al extremo en el momento de su sustitución.

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Foto del cuerpo 1: ABC
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Foto del cuerpo 3: Beatriz Cobos | VAVEL
Foto del cuerpo 4: Terra
Foto del cuerpo 5: Zimbio