Seis de enero de 2013. El frío invade las calles del barrio de Carabanchel mientras los cientos de aficionados del Puerta Bonita apuran un chocolate caliente con su respectivo roscón de Reyes mientras no pierden de vista el teléfono móvil para conocer el resultado del Puerta. Anclados en la séptima posición y a siete puntos del líder, el Trival, visitan el feudo del Colmenar, rival directo en su lucha por los playoff. Podría decirse que los Reyes Magos se portaron, ya que en aquel primer compromiso del 2013 el Puerta logró una importante victoria por un gol a tres que suponía un arranque de año inmejorable.

Sin embargo, la alegría para los hinchas porteños fue efímera y el Puerta salió derrotado de Parla en la semana posterior. Las dudas regresaron al vestuario local del Canódromo y se vieron acrecentadas con la derrota en casa ante el Alcorcón B, farolillo rojo de la tabla por aquel entonces. La igualada en casa ante el Real Carabanchel en el derbi barrial no mejoró los ánimos de un equipo que se mostraba incapaz de imprimir sus cualidades sobre el terreno de juego semana tras semana. 

Una racha triunfal

La primera victoria del año en el Canódromo llegaría el 17 de febrero, día en el que el Puerta Bonita vencía por dos goles a uno al Collado Villalba. Este triunfo supondría un antes y un después en la temporada del Puerta Bonita, ya que se encadenaban 10 puntos de los últimos 12 posibles y se rompía la escasez de victorias que los de Cerdán venían arrastrando en su estadio. Justo un mes más tarde, el 17 de marzo, el Puerta volvería a ocupar puestos de playoff. Era la primera vez que lo hacía en toda la segunda vuelta del campeonato y se lograba gracias a la victoria por la mínima ante el Rayo Majadahonda. El sueño de pelear un hipotético ascenso a Segunda B comenzaba a fraguarse.

El posterior empate sin goles ante el Trival y la goleada a domicilio en el 'otro' derbi de Carabanchel ante el Colonia Moscardó situaba, aunque pareciera imposible unos meses atrás, al Puerta Bonita al frente de la clasificación. La espectacular racha de 12 partidos sin perder, rota por el Real Aranjuez el 21 de abril, había empujado a los de Cerdán hacia el puesto más alto de la clasificación que defendería con uñas y dientes ante, curiosamente, el Colmenar en el Canódromo. El partido acabó con un agónico 4-3 conseguido por el Puerta Bonita en un final de choque no apto para cardíacos. El Puerta no solo tenía el billete para la disputa de los playoff, sino que tenía la oportunidad de ascender a Segunda B con la disputa de una única eliminatoria.

Un ascenso histórico

El 2 de junio pasó a la historia del Puerta Bonita. El San Juan visitaba el Canódromo con el ascenso en el aire tras el empate sin goles de la ida. El partido resultó trabado, con opciones para los dos equipos y con un ambiente inmejorable brindado por el aliento de los cerca de mil aficionados que poblaron las gradas del Canódromo. El gol de Rubén Blanco a los siete de la primera mitad desataba la locura en una hinchada que acabaría invadiendo el terreno de juego al término del partido. El Puerta Bonita acababa de hacer historia. Había logrado lo que en enero parecía difícil y lo que en febrero se consideraba imposible. El Puerta había dado un puñetazo a la historia y, desde ese mismo día, comenzaba a escribir su historia en Segunda División B.

El verano no fue fácil en las oficinas del Canódromo. Los nombres de jugadores que sonaban para reforzar las filas del equipo dirigido por Cerdán se amontonaban en los humildes despachos del feudo porteño. Sin embargo, el día en que Iván Amaya y Roberto Peragón, dos ilustres del fútbol madrileño, desembarcaban en el Canódromo la alegría se desbordaba en la parroquia blanquilla. Cumplido el sueño del ascenso, comenzaba a construirse, a base de un exhaustivo trabajo, el de mantener la categoría en el año del debut.

Final de año 'salvados'

Nadie dijo que sobrevivir en Segunda B fuera fácil. Y menos para un club de barrio como el Puerta Bonita. Con un sol de justicia y un calor asixiante debutaba el Puerta en la categoria de bronce del fútbol español. El invitado de lujo era el Amorebieta, quien se llevaría un punto tras el empate a cero final. Tras la primera derrota de su andadura en la categoría ante el Barakaldo y los posteriores empates ante Fuenlabrada y Leganés, la andadura de Cerdán al frente del Puerta Bonita tocaría a su fin. El hombre que había logrado el ascenso del Puerta se marchaba por la puerta de atrás y con apenas cuatro jornadas disputadas. El técnico interino, Miguel Sancho, enadenaría dos victorias consecutivas, las dos primeras de los porteños en Segunda B, ante Peña Sport y Laudio respectivamente. La afición del Puerta volvía a ilusionarse con el equipo y con la llegada de David Cubillo, ex jugador del Atlético de Madrid, Getafe y Rayo Vallecano, al banquillo del Canódromo.

No obstante, la ilusión poco a poco se fue diluyendo en las nueve jornadas consecutivas que encadenó el Puerta Bonita sin conocer el triunfo. Fueron nueve semanas duras tanto para la plantilla como para los hinchas. El Puerta había caído a la zona de descenso por primera vez en toda la temporada y la dinámica negativa parecía no tener fin. Fieles a su historia, los jugadores blanquillos se aferraron a la fe para revertir la situación y pasado mes de diciembre rompieron la racha tras golear en el Canódromo a un Toledo que llegaba a la cita en puestos de playoff.  La posterior victoria ante el Real Unión en el Stadium Gal tras dos empates consecutivos ponía punto y final a un 2013 de ensueño para el Puerta Bonita. Más de uno volverá a pedir a los Reyes que se cumplan los objetivos, porque a veces soñar tiene premio.

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Sobre el autor
Fernando Beltrán
Me he pasado la vida pegando patadas a todo aquello que me ha impedido soñar, que me ha impedido tener ilusiones y que ha trabado mis proyectos.