Dura derrota del CD Tenerife ante la AD Alcorcón en el Heliodoro Rodríguez López en una noche para olvidar. El conjunto madrileño llegaba al partido con un equipo plagado de bajas, con varios sancionados y otros tantos lesionados, y con la carga de venir de jugar entre semana un partido de vuelta en la Copa del Rey durísimo ante el RCD Espanyol. Todo parecía propicio para que los de Álvaro Cervera se llevaran la victoria, y consiguieran distanciarse de los puestos bajos de la clasificación, en los que se encontraban metidos los alfareros. Muy lejos de todo esto, los visitantes se llevaron una victoria trabajada, merecida y apabullante ante un Tenerife muy lejos de la imagen que suele ofrecer en los partidos de casa.

Malos augurios desde el comienzo

El partido comenzó muy disputado por ambos equipos, con mucha lucha en la zona central del campo, en busca de hacerse con la posesión para uno u otro conjunto. Sin embargo, desde muy pronto empezó a advertirse una mayor intensidad de los visitantes, traducido en una presión muy fuerte en todo el campo, y un juego muy agresivo y descarado de cara a buscar oportunidades. Así, con tan sólo diez minutos de juego transcurridos llegaba el primer aviso de los amarillos, cuando Roberto detenía en el mano a mano una muy buena oportunidad de Pacheco que no acertaba a anotar. Era tan sólo el aviso de lo que quedaba por venir, ya que poco a poco los de Miguel Álvarez se hacían con el mando del encuentro. De esta manera, a los catorce minutos de juego llegaba el primer tanto del partido: Rivero no acertó a cortar una contra en el centro del campo, propiciando que los jugadores se plantaran casi solos en la frontal, y tras un pase por alto a la espalda de la defensa que peinó otro delantero, Javito mandaba con un zurdazo inapelable el balón a las mallas.

Ante 7.937 espectadores, la segunda peor entrada de la temporada

Con el primer gol en el marcador, el equipo blanquiazul intentó reaccionar, más con coraje de algunos jugadores que con cabeza. En un intento desesperado por llegar más rápido al área rival, que casi no habían pisado, comenzaron a separar las líneas, propiciando que los jugadores del Alcorcón tuvieran mucho espacio para poder distribuir un esférico que casi no pasó por los centrocampistas tinerfeños. Cuando parecía que el equipo local conseguía acercarse a la zona de peligro, una posible falta sobre Aridane que el árbitro decidió no pitar se convirtió en una contra para los madrileños, que con un juego de pases rápidos entraron por la banda izquierda del ataque y, cuando el balón entraba en el área, un preciso pase a la frontal lo remató de nuevo Javito totalmente sólo en el punto de penalti. Dos a cero, y la ruptura total del Tenerife, sobre todo en cuanto a actitud sobre el campo.

Al filo del descanso, en el minuto cuarenta y tres, una nueva oportunidad, cómo no, de Javito, que cabeceó totalmente sólo en el segundo palo tras un mal despeje en un córner y sólo la madera evitó que cayera el tercero, provocaba los silbidos entre el respetable, que veía cómo los chicharreros bajaban los brazos con más de medio partido por delante.

Comienzo engañoso de la segunda mitad

Durante el descanso, Álvaro Cervera introdujo un cambio con la intención de dar más verticalidad al equipo, arriesgando mucho para meterse en el encuentro. De esta manera entraba al campo Chechu para sustituir a Rigo, quien si bien es verdad que no había estado demasiado acertado en las jugadas de ataque rivales, tampoco había sido de los peores, aunque seguramente el hecho de que tuviera una amarilla y su tendencia natural a jugar balones en largo provocó que fuera el sacrificado. Con este cambio, Ros retrasó un tanto su posición, ubicándose como falso central en defensa, apoyando al medio cuando el equipo subía al ataque.

Con la entrada de Chechu, el equipo dispuso de varias oportunidades en los primeros minutos de la segunda mitad, bien por la izquierda donde él se encontraba o bien por la derecha en combinaciones con Suso. Poco a poco, parecía que los locales intentaban volver a engancharse al partido, y los visitantes lo notaban. Tanto es así que ya en el minuto cincuenta y dos el árbitro amonestó al portero del Alcorcón por repetidas pérdidas de tiempo.

Alexander Mesa, Nano, debutó en el minuto 60

Con el Tenerife volcado al ataque y el Alcorcón defendiendo como podía, el entrenador local decidió arriesgar un poco más, y así hizo debutar al canterano Alexander Mesa, conocido como Nano, que entró a los sesenta minutos por Raúl Cámara. Con este cambio, Chechu fue atrasado un tanto para que hiciera las veces de carrilero izquierdo, teniendo por delante a Nano. Con este nuevo cambio y las ganas y desparpajo del canario, el Tenerife volvía a meter al rival en su campo, aunque más por fuerza de empuje que por juego. Aun así, los alfareros seguían disputando las mejores oportunidades, y no pasaron verdaderos apuros, excepto en una jugada de córner donde Carlos Ruiz mandó el balón al palo con un cabezazo. Hay se terminó en partido de los locales, y corría el minuto sesenta y tres.

A partir de ese momento fue, aún más si cabe, un monólogo del Alcorcón, que moviendo el balón a su antojo privó a un Tenerife de toda posibilidad de reacción, si bien es justo reconocer que los propios jugadores del conjunto blanquiazul ya se habían encargado de arrojar la toalla con su bajada total de brazos. Ante un equipo apático, con tan sólo dos o tres jugadores que realmente parecían intentar tirar del equipo, los amarillos se encontraron a placer sobre el césped, y a pesar de que Roberto en varias ocasiones evitó algún gol más, con paradas en algunos casos de mucho mérito, los de Miguel Álvarez terminarían viendo portería varias veces más. En el minuto sesenta y seis, un nuevo error en el despeje por alto en un córner dejó el balón llovido en el centro del área, y Héctor Verdés, aprovechando que un compañero bloqueaba la salida de Roberto, envió con un cabezazo por alto el balón a la red. Caía el tercer gol visitante en el Heliodoro Rodríguez López justo cuando un sector bastante importante de los espectadores había comenzado a corear el nombre de Sergio Aragoneses, uno de los jugadores que ha salido recientemente de la disciplina blanquiazul.

La grada coreó el nombre de Sergio Aragoneses

Con este tercer gol, y sobre todo ante la penosa imagen que estaban dando la mayoría de jugadores, que no acertaban a dar dos pases seguidos y tampoco corrían a intentar recuperar la posesión, un buen número de los pocos aficionados que se habían dado cita en el estadio (ha sido, hasta el momento, la segunda peor entrada de la temporada en el Heliodoro) comenzaban a abandonar sus asientos. Poco después, y en medio de un vergonzoso espectáculo de desidia por parte de la mayoría de los jugadores chicharreros, el Alcorcón se gustaba y jugaba a placer, creando buen fútbol y disfrutando del partido. Con este panorama sólo era cuestión de tiempo que llegara algún gol más, y así fue en el minuto setenta y nueve cuando con una jugada colectiva de pases entre líneas dejaban sólo ante el portero a Juli, que no perdonaba y ponía el definitivo 0 a 4 en el marcador.

El partido acabó con la grada prácticamente vacía

A estas alturas, la mayor parte de la grada se había vaciado entre gestos de indignación, vergüenza y rabia, dejando a los jugadores prácticamente solos para afrontar los últimos diez minutos de partido. De esta manera, los instantes finales del encuentro se disputaron en medio de un escenario vacío, mudo de asombro y de vergüenza. Los pocos aficionados que consiguieron mantenerse en su asiento hasta el final, tan sólo pudieron ver cómo pasaban los minutos despacio, con un equipo impotente y agónico.

Datos para la reflexión

El partido ante el Alcorcón dejó datos para la reflexión. La última vez que el Tenerife había encajado cuatro goles en casa había sido el seis de marzo de 2011, cuando caía por 1 a 4 ante el Barcelona B. Para recordar la última derrota sufrida en casa por 0 a 4 tendríamos que remontarnos aún más, concretamente más de siete años, y es que fue el quince de octubre de 2006 cuando cayó por ese mismo marcador ante el Sporting de Gijón. Además, pocas veces en la memoria tinerfeñista se puede recordar que el equipo acabara un partido con el estadio prácticamente vacío.

Por buscar un dato positivo, lo único destacable fue el debut con el primer equipo de Alexander Mesa, Nano, futbolista que en las pocas ocasiones en las que tuvo el balón en sus pies demostró que puede ser un posible refuerzo para la primera plantilla de cara a la segunda vuelta, dejando claro que en casa también hay jugadores que son totalmente válidos para competir.

Video resumen del partido