Luis Aragonés ha fallecido este sábado por sorpresa en una clínica madrileña a los 75 años tras no poder derrotar a una enfermedad que se mantuvo en secreto de cara a la opinión pública. Se había retirado hace dos meses de los banquillos de modo oficial. 

El exseleccionador nacional, entre otros cargos, jugó en Huelva durante una temporada, 1958-1959, cedido por el Real Madrid. Era un joven que quería labrarse un camino futbolísticamente hablando y acabó haciéndolo en el eterno rival, el Atlético de Madrid.

Tan ligado a Huelva estuvo hasta tal punto que su mujer la conoció aquí y se casaron posteriormente cuando él jugaba contra el Betis.

En el partido ante el Alcorcón se ha guardado un minuto de silencio, al igual que en el resto de encuentros de la LFP para un hombre del fútbol que está siendo homenajeado.