Se acabaron los experimentos. Las bajas, las distracciones del mercado y otros factores que se escapan al conocimiento del aficionado pusieron patas arriba la plantilla rojilla en las dos últimas semanas. El descalabro frente al Athletic y en el no menos humillante partido de El Madrigal incorporaron al miedo como un nuevo activo dentro de la plantilla rojilla. Hasta Javi Gracia titubeó sentando a su delantero estrella frente al Villarreal. Pero hoy, en casa y frente a un equipo de su "misma liga", Osasuna volvió a la normalidad. La normalidad de sufrir hasta el último segundo, la normalidad de los infartos de miocardio en las gradas cuando el rival se acerca al área rojilla, la normalidad de fallar lo imposible, etc. En definitiva: sudar, sufrir, temblar, pero llevarse la victoria en El Sadar.

Silva y Arribas volvieron al once tras sanción, Riera y Cejudo tras perder la titularidad ante el Villarreal

La normalidad también se recuperó en el once. Volvían Arribas y Silva tras cumplir su partido de sanción, y volvían Oriol Riera y Cejudo tras calentar el banquillo de El Madrigal. También volvió Andrés. No es que no jugara los partidos anteriores —de hecho, fue titular—, pero estuvo ausente. Hoy se asomó tímidamente por su marco, incluso dio algún susto en los primeros minutos, pero todo acabó con final feliz: él mantuvo su portería a cero y tuvo una intervención salvadora ante Colunga en los últimos minutos; la grada se lo reconoció y coreó su nombre. También apareció por Pamplona, tras varios partidos de vacaciones, la seguridad defensiva. Lotiès, Arribas, Damià y Marc Bertrán estuvieron imperiales. La pareja de centrales fue un muro y los laterales cerraron sus bandas como si su vida dependiera de ello. Quizá se sufrió algo más por alto, pero, a decir verdad, eso también es un ingrediente común en los partido de Osasuna esta temporada.

Al final, todo salió a pedir de boca. Para los locales y su público, claro; porque el Getafe se sumergió más aún en su particular pozo de incertidumbre. A los azulones se les vio con ganas de agradar, salieron a morder y llevaron la iniciativa en la primera parte, incluso tras el 1-0. Sin embargo, como reza el dicho, a perro flaco todo son pulgas y, por mucho empeño que pusieran, hoy a los hombres de Luis García Plaza no les salía nada. Un Luis García cuyo puesto ha quedado en entredicho tras los últimos resultados —no conoce la victoria desde el pasado 29 de noviembre— y para el que la derrota ante Osasuna podría ser la puntilla. Afortunadamente para los madrileños, su buen inicio de temporada les permite mantener todavía cierto colchón con la zona de peligro, que, igual que para los rojillos, queda a cinco puntos a la espera de lo que suceda esta tarde en Pucela, donde se enfrentan Valladolid y Eche: primero en descenso y último en puestos de salvación.

Oriol puso orden

El partido comenzaba con un susto sobre la portería rojilla. Un centrochut made in Pedro León apunto estuvo de sorprender a Andrés en el minuto 1 de partido. El golpeo del murciano cogió efecto y su compatriota metió las manos con timidez quitándose la pelota de encima y dejando el balón muerto en el área pequeña. Borja llegó muy forzado y no pudo embocar su posterior remate, pero la jugada fue suficiente para poner en tensión al meta rojillo, que no pasa por su mejor momento tras varios errores de bulto en las últimas jornadas.

Se palpaba el miedo en El Sadar. Miedo en Andrés, miedo en la defensa y miedo en la grada. Todos tenían miedo menos los once jugadores del Getafe, que salieron a comerse a su rival. Los madrileños iniciaban su presión casi en el área rival y Osasuna tenía problemas hasta para mandar de un pelotazo el balón al otro campo, como bien claro dejó Andrés pocos minutos después en un despeje suyo que golpeó en Lotiès y apunto estuvo de volver a poner en aprietos a la defensa.

Con el de hoy, Oriol Riera iguala al máximo realizador rojillo de la temporada pasada: Kike Sola (9)

Sin embargo, Osasuna contaba con un hombre enrabietado. Ya en los pocos minutos que estuvo en cancha frente al Villarreal, Oriol Riera se mostró concentrado y agresivo, molesto por la mala racha del equipo. En el Madrigal hizo el gol de la temporada y rompió su sequía de un mes sin ver puerta, aunque al final no sirviera para nada; pero hoy era otra historia. Con el balón pocos metros por delante del área defendida por Andrés, el catalán trazó un desmarque de crack rompiendo la defensa y dejando Roberto Lago en la estacada. Gato Silva, todo un experto en desplazamientos en largo, vio el movimiento de su delantero y envió un pase milimétrico sobre su posición. El de Vic no falló. Ante la salida de Moyá, el ex del Barça sorprendió con una vaselina de superclase y puso el 1-0 en el marcador. Gol número 9 de la temporada para él, que, con media temporada por delante, iguala al máximo goleador rojillo del curso anterior: Kike Sola.

El Geta no se descompuso

Sin embargo, lo que previsiblemente podía haber sido una bajada de brazos y moral para el equipo visitante, animó a los madrileños a continuar con la tónica marcada. Con las líneas algo más resguardadas, eso sí, los azulones cogieron la batuta del partido y obligaron a Osasuna a agazaparse en su campo a la espera de una contra; contras que, por otra parte, no lograban trazar.

Lafita, en una buena combinación con Maricá y tras un espectacular control orientado, tuvo la segunda clara de los madrileños, pero su disparo desde la frontal no cogió fuerza ni dirección. Más tarde, era el propio jugador maño quien volvía a probar fortuna tras un centro desde la derecha de Arroyo, pero, una vez más, el golpeo fue directamente a las manos de Andrés. Osasuna, por su parte, se limitaba a crear peligra en jugadas ensayadas a balón parado. En una de ellas, apunto estuvo de llegar el segundo, pero De las Cuevas no pudo controlar en el área cuando se encontraba solo en un dos contra cero con Oriol.

No obstante, el Getafe, poco a poco, fue perdiendo fuelle. La abrumadora presión inicial quedó en nada y Lotiès y Arribas se imponían con solvencia a las acometidas de los delanteros azulones, que se limitaban a tirar desmarques infructuosos ante los balones largos de sus centrocampistas buscando la espalda de la defensa. Solo en un saque de esquina a los 33 minutos sorprendió a la zaga navarra que vio con el remate de Lafita en el primer palo tras centro de Roberto Lago se estrellaba en la madera.

Lesiones y cambios al final de la Primera parte

Cuatro lesionados en apenas cinco minutos: Maricá y Rafa en el Getafe; Puñal y De las Cuevas en Osasuna

Dos intervenciones casi consecutivas de las asistencias médicas para atender a Maricá y Oriol Riera cortaron definitivamente el dominio y la agresividad del Getafe. El autor del único gol hasta el momento se reincorporó sin problema, pero el delantero rumano no tuvo tanta suerte. El ex jugador de Shakhtar y Schalke, entre otros, volvió al verde, pero a los pocos minutos pedía el cambio con gestos de dolor. Sería solo el primero.

Cuando Colunga se desprendía del chándal para sustituir a su renqueante compañero, las asistencias tenían que volver a intervenir ante una mala caída del capitán rojillo Patxi Puñal. El de Huarte se aquejaba de la rojilla e, inmediatamente, Lolo se ponía la camiseta para saltar al terreno de juego aprovechando el cambio de sus rivales.

Se reanudaba el partido tras varios minutos de parón entre sustituciones y asistencias y Osasuna apunto estuvo de sorprender al Getafe a la salida de un córner. El balón botado por Armenteros es despejado a la frontal por la zaga madrileña donde esperaba De las Cuevas para sacarse un zurdazo de la chistera que obligó la estirada de Moyá, quien posteriormente estuvo muy rápido para evitar un segundo remate de Cejudo que llegaba con todo al área pequeña.

Sin embargo, esta jugada solo fue un espejismo de continuidad. El capitán visitante Rafa también pedía el cambio y dejaba su puesto a Alexis. Era el minuto 43 y apenas habían pasado cuatro minutos del último desafortunado incidente. Pero, es que, un minuto mas tarde, una entrada del propio Alexis sobre De las Cuevas dejaba tendido al alicantino sobre el verde. Las cámaras captaban el gesto fruncido del alicantino pidiendo sus sutitución a Javi Gracia. Roberto Torres, que más adelante sería decisivo, entraba en el partido y Muñiz Fernández añadía tres de descuento por las interrupciones, aunque ya todos en Pamplona pensaban en la segunda mitad.

Un partido loco

Pero si alguien pensaba que la mala fortuna de ambos equipos —con dos cambios obligados por dos lesiones cada uno— iba a achantarles o, al menos, obligarles a reducir la intensidad del duelo, estaba muy equivocado. El tándem Pedro León-Lafita-Diego Castro llevaban el nerviosismo a la grada rojilla. No así a la defensa donde, si en la primera parte fueron Lotiès y Arribas, esta vez era Damià quien daba una clase magistral de posicionamiento táctico para cortar y despejar todos los balones que amenazaban la portería de Andrés.

Osasuna también tenía sus oportunidades en estos primeros minutos del segundo tiempo. Primero era Cejudo quien no podía rematar con claridad un córner servido por Armenteros para, posteriormente, ser el 'Gato' Silva quien probara fortuna con un potente disparo desde fuera del área.

Este primer arreón tras el descanso culminó con un mano a mano de Colunga sobre Andrés que Damià sacó bajo palos y una intervención salvadora de Moyá en la que el ex portero del Valencia metió el pie para evitar el remate de Oriol Riera, que entraba solo tras un error de Alexis Ruano dejando pasar el balón a sus espaldas. No se llevaban ni cinco minutos tras la reanudación y cada equipo ya había tenido tres acercamientos peligrosos sobre el área rival.

El partido prometía y la intensidad, las prisas y la agresividad crecían a medida que avanzaba el partido. Los errores en pases y controles comenzaron a sucederse con demasiada frecuencia en ambos conjuntos abriendo el partido para alegría del 'Geta', que comenzó a encontrar balones a la contra. No obstante, sería Armenteros quien tendría la más clara de este segundo tiempo. Solo, con tiempo y espacio, en uno contra uno frente a Moyá, el argentino, más pendiente del linier que del balón, estrelló el balón sobre el cuerpo del meta azulón.

Recta final y puntilla de Torres

Osasuna sabía que un partido así no le interesaba y, por medio de Silva, intentó poner orden con posesión y toque en la medular. Sin embargo, el cansancio comenzaba a hacer mella en los jugadores y los espacios crecían. Las contras se sucedían y con ellas las malas decisiones. Nuevamente eran las jugadas a balón parado las que llevaban mayor peligro real sobre ambas porterías, especialmente la visitante. Lotiès primero, en un saque de esquina, y Roberto Torres más tarde, en un centro envenenado desde el lateral, pusieron en apuros al portero del Getafe.

Pero, poco a poco, los azulones se hicieron con el balón y, con más corazón que cabeza, embotellaron a Osasuna en su cancha. Michel dejaba su puesto a Gavilán y Borja Fernández se quedaba como único jugador en la medular. El Getafe vendía el centro del campo en pro de la acumulación de hombres arriba y casi le sale bien, de no ser por la actuación estelar de Arribas, que taponaba cualquier intento de remate de los delanteros madrileños. Solo una vez lograron superar el muro rojillo, pero esta vez fue el resurgir de Andrés Fernández, rapidísmo y a lo pies de Colunga, quien detuvo cualquier opción de disparo sobre su portería.

Oier había entrado por Cejudo, en una claro síntoma de que Osasuna buscaba mantener el resultado con uñas y dientes, a pesar de la cantidad de opciones a la contra que se presentaban en estos últimos minutos. En la mayoría de los casos, los jugadores rojillos prefirieron aguantar el balón o mardar un pelotazo que arañara unos segundos al crono, pero Roberto Torres no es de ese tipo de jugadores. El canterano volvió a demostrar su hambre de gol anotando la sentencia en una jugado muy peculiar. Con todo el equipo azulón buscando el empate, el navarro lanzó una contra acompañado por Armenteros hasta plantarse en el área con un claro dos contra cero frente a Moyá. Sin embargo, cuando lo fácil era dársela al argentino para que este marcara a placer, decidió definir el mismo y dar la puntilla a los madrileños y, quien sabe si a Luis García: 2-0, minuto 87.

Muñiz que, por cierto, no estuvo nada acertado en las pequeñas decisiones, dejó tres de añadido, pero el partido ya estaba muerto. El Getafe lo intentó, más por coraje que por otra cosa, pero ni siquiera Arroyo solo a un metro de la portería pudo mandar el balón entre los tres palos. El partido tocaba a su fin y Osasuna lograba una victoria balsámica que le devuelve a la senda del triunfo y deja atrás los dos últimos resultados. El Getafe, por su parte, cumple su octavo encuentro consecutivo sin conocer la victoria y quien sabe si en su próximo compromiso, frente al Real Madrid en el Coliseum, estrena nuevo inquilino en su banquillo.

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Sobre el autor
Asier Ganuza
Albacete y Murcia. Periodista. Redactor jefe y editor de la sección de Osasuna en VAVEL.com. Contacto: [email protected] // twitter.com/Asiertrece.