La historia de la creación de La Hoya Lorca es, sin duda, una narración curiosa e interesante del fútbol humilde: "Hace once años, un grupo de amigos del pueblo decidimos fundar un club como hobby para los directivos y también lo enfocamos para las escuelas de fútbol, en plan actividades para los niños. Poco a poco, el equipo sénior, donde jugaban algunos directivos, se fue consolidando e incluso iba consiguiendo ascensos desde la categoría más baja hasta que, casi sin darnos cuentas, llegamos a Tercera".

En principio el equipo no llevaba el nombre de Lorca, pero el Ayuntamiento se lo ofreció: "Los continuos fracasos del Lorca Deportivo y después del Lorca Atlético hacen que Lorca se quede sin fútbol. Entonces, el Ayuntamiento nos solicita que pasemos a jugar al Francisco Artés Carrasco e incorporemos el nombre de Lorca CF. Y así llevamos ya tres años".

El presidente y los jugadores son conscientes de que es un equipo humilde que cuenta con poco presupuesto, y así lo ha explicado el presidente: "El presupuesto es cercano a los 350.000 euros, con lo cual todos son mileuristas. Pagamos poco, pero pagamos. Con los futbolistas que firmamos hablamos muy claro. Pagamos lo que podemos y les decimos que este club para ellos debe servirles de escaparate, de trampolín, que aquí no se puede vivir del fútbol. Sin ir más lejos, Quique Pina se ha llevado al Girona a nuestro goleador Ortuño y ha fichado para el Granada a Josán, que lo tendremos hasta final de temporada. A todos les proporcionamos alojamiento y, a través de convenios con restaurantes, tienen la comida y el desayuno".

A pesar de ser un recién ascendido y de tener un presupuesto corto, ya mira con ilusión a la Segunda A. categoría a la que se acercan más cada semana. Sin embargo, el presidente explica que el ascenso no les da miedo: "Todos los ascensos que hemos tenido se nos han venido grandes, pero hemos salido adelante. Cuando subimos a Tercera la gente del pueblo me paraba por la calle para preguntarme y yo les decía que con trabajo se podía conseguir. No tenemos vértigo a la Segunda División, todo lo contrario. Si algo he aprendido en esta categoría hablando con unos y otros y sufriendo el día a día es que el ascenso sería nuestra salvación. A Segunda B hay que subir pronto y abandonarla enseguida, bien sea por arriba, ascendiendo, o por abajo, descendiendo. Muchos años en Segunda B es inviable".