En medio del caos institucional y deportivo que atraviesa el Real Betis, se disputaba un partido por el que hace unos meses el conjunto verdiblanco se dejó el alma para poder disputar, aunque cuando más se luchó fue la temporada pasada para volver a jugar competición europea. Esto llenó de ilusión a una afición que, como siempre, se volcó con su equipo. Pero después de estar últimos y casi en Segunda División, la ilusión se ha transformado en desolación. Prueba de ello era la triste entrada que presentó el Benito Villamarín, algo nada habitual en un club que tiene 32.000 socios, pero en las gradas solo estuvieron 11.825. La protesta más destacada fue la de la peña más radical de los heliopolitanos, los Supporters Gol Sur, que no entraron en el campo y estuvieron todo el partido animando, aunque también realizando muchos cánticos contra los jugadores y la directiva.

Hasta siete cambios con respecto a los once futbolistas que disputaron el último partido de Liga hizo Gabriel Calderón, que ya avisó que iba a hacer rotaciones. Parece que estos funcionaron, ya que después de saltar al campo en medio de una tremenda pitada, a los tres minutos Dídac Vilà puso por delante a los suyos con un gran disparo cruzado desde la línea de fondo. Primer gol del lateral con la elástica de las trece barras y el choque se le puso muy de cara al cuadro español. A partir de ahí, el cuadro bético tuvo el control del envite en la primera mitad, donde generó múltiples ocasiones de gol liderados por un gran Leo Baptistao, que por fin jugó en su posición.

Ahí la renta pudo ser mayor, pero es que a este equipo le cuesta una barbaridad meter un gol y luego lo terminó pagando. Esos 45 minutos fueron solo un triste espejismo, pues el Betis de la segunda parte volvió a ser inoperante, desastroso y desganado. Todo esto permitió que el Rubin Kazan, con un jugador menos durante muchísimo tiempo, empatara por mediación de un penalti que no existió. El encuentro terminó con un empate a uno que obliga a os verdiblancos a marcar un gol en Kazán si quieren continuar en la Europa League.

El hispano-brasileño fue el que más lo intentó. La más clara para el jugador cedido por el Atlético de Madrid, llegó tras marcharse solo en una buena jugada individual, que terminó en saque de esquina tras una buena parada de Ryzhikov. Además, las cosas no se lo podían poner mejor al conjunto bético, pues Prudnikoz, que vio dos amarillas en dos minutos, dejó a los suyos con diez antes de la media hora de juego y provocó una falta que a punto estuvo de terminar en gol de Perquis.

Si destacado fue el primer tiempo de Baptistao, también lo fue el de Cedrick, pero parece no tener afinada la puntería. El único acercamiento de un Rubín Kazan totalmente desaparecido llegó en el minuto 37, pero Adán, realizó una gran intervención para enviar a córner el disparo de Torbinsky. Las sensaciones eran inmejorables, y más comparadas con las últimas actuaciones de los verdiblancos, pero la renta al descanso parecía muy corta.

Tras la reanudación, el técnico argentino se dio cuenta que la eliminatoria se podía dejar muy encarrilada y decidió dar entrada a Rubén Castro en lugar de Chuli, que no tuvo su noche. Al igual que Nosa Igiebor, que se fue pitado, y dejó su sitio a Nono. El ritmo y la intensidad del partido era prácticamente inexistente. El estado de forma del Betis dejaba mucho que desear y, con uno más, tocaba el balón de forma lenta e inoperante. En estas, una falta absurda de Lolo Reyes fuera del área, que el colegiado belga Serge Gumienny consideró que era penalti, permitió al conjunto ruso empatar el encuentro.

Esto hizo que los verdiblancos se pusieran muy nerviosos y las imprecisiones fueran una constante. Hasta tres saques de esquina tuvieron los de Calderón en el tiempo añadido, pero es que a estos futbolistas les cuesta hasta centrar bien en un córner. Así terminó un partido que empezó muy bonito y terminó una vez más en tragedia. El Betis no fue capaz de pasar del empate ante un equipo que no existió sobre el césped, que jugó 63 minutos con un hombre menos y que está en pretemporada. Pitada monumental y una plantilla que de nuevo se marchó abatida. La semana que viene toca viajar a Rusia, donde hace un frio insoportable, para intentar estar en los octavos de final.

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Fotos del texto: as.com

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Sobre el autor
María Trigo
Extremeña y periodista. Intento hacerme un hueco en este complicado, pero apasionante mundo de la comunicación. Estoy casada con el deporte y soy amante del fútbol. Creo firmemente que el trabajo y el esfuerzo son la base de todo aquello que te propongas hacer en la vida. Pueden leerme en VAVEL y escucharme en Deportes COPE Sevilla