El empate que logró el Real Valladolid ante el Levante supo a poco, casi con tintes de derrota, pues no sirve pare recortar puntos sobre los equipos que preceden en la clasificación y que marcan la línea de permanencia en Primera División. Sin embargo, en un choque en el que apenas intervinieron los porteros, destacó un hombre por encima del resto. Ese fue Valdet Rama, con el 19 a la espalda, aprovechando su oportunidad para brillar, por fin, en Zorrilla.

La historia del albano-kosovar en Pucela es la de un jugador prometedor, al que las buenas maneras le avalan, pero sin suerte durante los encuentros. Un futbolista que ha dejado conatos de su calidad, siempre saliendo desde el banquillo. Ejemplo de ello es el gol que logró ante el Athletic, más propio de jugadores como Messi, capaz de realizar un eslalon para esquivar defensores y clavarla en las mallas sin opciones para el portero.

Valdet Rama ha rendido siempre desde el banquillo más que partiendo de titular, algo que entendió Juan Ignacio Martínez, quien ha apostado una y otra vez, sin cansarse, en Omar Ramos. Pero la paciencia tiene un límite, y el técnico alicantino volvió a apostar por Rama en el día de ayer. Una apuesta que valió la pena esperar, pues no fue hasta la segunda parte cuando comenzó su recital.

Regates y más regates

El Real Valladolid se marchó a los vestuarios por debajo en el marcador, enésima vez que sucede en Zorrilla, a pesar de haber estado llevando el peso del partido. Los de Caparrós hicieron gala de sus características, y aprovecharon la única ocasión que tuvieron, y que tendrían, en todo el partido. Había que remontar otra vez, y la llave para abrir la defensa granota estaba perdida.

Ahí fue donde apareció Valdet, escorado a banda izquierda para jugar a banda cambiada todo el encuentro. El albano-kosovar comenzó a dibujar diagonales sobre el maltrecho césped de Zorrilla, superando una y otra vez a su par, Nikos Karabelas. El griego fue un juguete en la mano del pucelano, que se deshizo de él de una y mil formas. Pero no quedaba ahí, pues la mayoría de las jugadas lograba desbordar a dos y tres jugadores rivales, llegando hasta la frontal para buscar jugada.

El problema fue ese, encontrar a un compañero. El flanco derecho defensivo granota fue débil, pero no así el centro. A pesar de ello, la jugada del gol blanquivioleta llegó de esta forma, con una diagonal de Valdet Rama que abrió sobre Rukavina, desmarcado en banda. Después llegó el lío en el área, y el remate de Guerra, demostrando ser el más listo de la clase.

Con las tablas en el marcador, el Pucela buscó más, pero no lo encontró. Rama continuó driblando y regateando, realizando un sin fin de veces la misma jugada desde banda izquierda. Llevando el cuero hasta el centro del ataque pucelano para tratar de disparar o abrir a banda. Las ocasiones no llegaron, pero el 19 albivioleta demostró su calidad. Algo que ante la pasividad de hombres como Larsson y Omar, le pueden servir para encontrar continuidad en el once titular, cosa que se ha ganado con esta actuación.

La elástica de Kosovo

Todo el compendio de regates y jugadas que realizó Rama, se podrían aunar en una jugada en concreto. Una acción que demostró que el de Kosovo iba en serio en el encuentro, y que puede seguir mostrándolo en su equipo. El 19 recogió el cuero en banda izquierda, acomodándosela a la diestra como hizo durante los 90 minutos.

Nikos, que ya había sido superado en multitud de ocasiones, decidió darle espacio. Un metro de más que permitió a Rama pensar, idear un plan pare regatear al serbio. Y ahí, de la nada, en una jugada que parecía no llevar mucho peligro, lo logró. Con una finta perfecta, realizó una elástica exquisita que dejó a todo Zorrilla boquiabierto. La grada, poco acostumbrada a ver derroches de calidad, respondió con aplausos.

La jugada, al final, no llegó a buen puerto, pero sirvió como oda a la hinchada que se animó a dar el último empujón a su equipo. Empujón que sirve también a Valdet Rama, protagonista principal del encuentro, señalado como MVP del mismo. En unos días de pesimismo a orillas del Pisuerga, donde se ve a un equipo que tiene complicado lograr el objetivo, la irrupción de Rama puede servir como exponente para devolver la ilusión.

Pero hay que ser pacientes, puesto que tan solo han sido 90 minutos -45 para ser más exactos-, en los que se ha vislumbrado el nivel del albano-kosovar. El próximo encuentro, ante el Málaga, deberá volver a echarse al equipo a su espalda, para volver a ser uno de los peligros ofensivos de su equipo. Y demostrar así, que el “Ronaldo de Kosovo”, está y siempre ha estado.

Foto: Real Valladolid.

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