Un premio al esfuerzo. Así podría titularse esta crónica de la Final de la Copa Federación. Un premio a la entrega, lucha, garra, fuerza y penurias que ha pasado la plantilla del Club Deportivo Ourense en los últimos meses. Cuatro meses y medio sin cobrar hacen mella, pero los rojillos no se han rendido a lo largo de este tiempo. El título es el fruto del trabajo de un año de un equipo histórico, que ha mostrado ganas de luchar por una elástica y un escudo, al que siempre han defendido con el mayor de los honores.

Los de Luisito se coronaron campeones con dos tantos de Javi Hernández y con un nuevo recital futbolístico del mago de Verín. Jaime Noguerol volvió a rozar la perfección, guiando la batuta de la orquesta, poniendo calma en cada balón que tocaba y asistiendo fantásticamente a sus compañeros. El mediapunta del Valle de Monterrei está de vuelta, nadie puede negarlo y fue clave en la victoria.

El choque arrancó con dominio alterno. El Guadalajara trató de arrinconar a los locales en su área, pero estos rápidamente se quitarían de encima la presión y gozaron de las mejores oportunidades. Poco peligro llevaron los alcarreños con su fútbol directo. Esta vez no funcionó, ante 4.500 gargantas que se dejaron la piel llevando a los suyos en volandas. Ourense respira fútbol por los cuatro costados y la ciudad se volcó como en las grandes citas. Otra gran forma de colaborar con la economía del club, que con esta victoria respira brevemente. 90.000 euros de botín que estarán destinados a primas y pagar alguna nómina pendiente.

La primera ocasión la tuvo Adrián Cruz con un remate que se marchó alto. Fue el primer aviso de los gallegos, que volverían a gozar de otra buena ocasión en las botas de Moisés. Un saque de falta que el central remató desviado, cuando O Couto ya cantaba el gol. Estaba a punto de llegar, pero se hizo esperar. Transcurría media hora de encuentro cuando Javi Hernández le robó la cartera un rival, se recorrió medio campo rival, sentó a Akrong y batió a Campos. Los rojillos acariciaban la Copa Federación, pero todavía quedaba mucho empuje alcarreño.

El gol mató a los visitantes, los dejó heridos de muerte y el propio Javi Hernández pudo terminar por noquearlos. Jugada iniciada por el director del juego, Jaime Noguerol, pared con Adrián Cruz y asistencia del ariete, Óscar Martínez. El balón llegaba al corazón del área, pero no acertaba el ex del Salamanca a ver portería. Fue el último aviso antes del descanso. Unos minutos de respiro para lo que todavía estaba por llegar.

Tras los pasos de Jaime Noguerol

La segunda mitad fue un paseo militar para el Ourense, con poco sufrimiento. Ya es raro decir y contar esto, en As Burgas han sufrido toda la vida para ver noches como la de ayer. Y surgió en la noche la figura de un futbolista que no había contado casi para Luisito a principio de temporada. Un jugador castigado por las lesiones, pero que tiene un plus para marcar la pausa, espolear a los suyos o maravillar con regates. Noguerol se unió a la oda al fútbol sobre el césped de O Couto.

Suya fue la primera ocasión de la segunda mitad. Un disparo flojo que detuvo Campos. A raíz de ahí sacó su mejor repertorio a base de varita mágica. Fútbol de quilates del que ya no queda en una categoría como la Segunda División B, con equipos cada vez más lastrados por las deudas. Ángel María Villar, que estaba en el palco, pudo tomar buena nota de la magia de la categoría. Hay que salvarla por encima de todo.

Adrián Cruz en una jugada personal pudo hacer el segundo. Se pasó de regates y se quedó corto de potencia en el chut. Campos desviaba sin problemas. Eso sí, todavía quedaba otra aparición estelar. La de Javi Hernández, que tras zafarse de dos rivales, volvió a sentar a Akrong y cruzó el balón al fondo de las mallas defendidas por Campos. Segundo del Ourense y sentencia para el Guadalajara.

Los alcarreños perdieron fuelle y se limitaron a colgar balones, pero sin encontrar su premio. La desesperación hizo mella en el cuadro castellano manchego, que recurrió a entradas duras para desviar la atención de su frustrante encuentro. Akrong vio la segunda amarilla tras una fea entrada a Noguerol. El defensa alcarreño soñará toda la vida con el Ourense. Dos roturas de cintura que terminaron en gol y una expulsión justa, como lo debería haber sido la agresión a Óscar Martínez en el encuentro de ida.

Luisito, que ya había sido expulsado con anterioridad estalló de alegría en la grada. Estaba entre los que nunca fallan, entre los que no se rinde, entre la afición rojilla. El pitido final desató una euforia musitada, que se prolongó durante horas. El Ourense vuelve a reinar en la Copa Federación por segunda vez en su historia. Hace seis años fue el Reus, hoy le tocó el turno al Guadalajara. Un título que Borja Yebra alzó al cielo de O Couto para júbilo de todos los que allí estaban.

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Sobre el autor
Javi Taboada Valdés
Licenciado en Periodismo por la Universidad de Valladolid y con Máster en Periodismo Deportivo de Mediapro por la URJC. Podría decir que desde muy pequeño tuve claro que el Periodismo sería mi vida. He colaborado en numerosos proyectos online y radiofónicos. VAVEL se une a la lista.