"Cómo ha mejorado este chaval, y qué último pase". Estas dos reflexiones eran las más repetidas en las redes sociales del deportivismo el pasado domingo, tras la conclusión del encuentro ante el Mallorca en el que el Deportivo, además de llevarse los tres puntos del Iberostar Estadi, también dio un golpe sobre la mesa a la hora de presentar su candidatura al ascenso. El protagonista de los elogios era Juan Carlos Real, uno de los causantes de que en este tramo crucial de la temporada, los herculinos hayan logrado solventar dos duelos consecutivos ante rivales con objetivos muy distintos, pero también con necesidades acuciantes.

Apenas restan siete jornadas para la conclusión de la Liga Adelante 2013-2014, y el Deportivo tiene motivos para alegrarse. Las matemáticas siguen invitando a abrazar la precaución, pero a muchos aficionados se les escapó el pasado fin de semana una sonrisa cómplice al ver otro de los buenos partidos ofrecidos este año por uno de los futbolistas con más talento que ha producido Abegondo en la última década. A Juan Carlos le costó llegar, y aunque posible -e injustamente- deba superar alguna reválida más ante el estadio de Riazor, podría decirse que el joven futbolista criado en el Victoria hasta edad alevín ya ha llegado a su destino, una titularidad tan cara como trabajada dentro y fuera del campo. Es importante enfatizar en este último detalle, ya que la innegable paciencia que ha mostrado la afición deportivista cuando comenzó la cuesta abajo del equipo en estos últimos años sí ha sufrido altibajos a la hora de calibrar el proceso de crecimiento de uno de los suyos.

En ese sentido, y pese a que las estadísticas no son un aliado conveniente a la hora de definir el auge de un jugador, lo cierto es que Juan Carlos es, con 1.161 minutos, el 13º hombre con más presencia en el once de este Deportivo que camina líder, gracias también a la contribución del propio canterano deportivista, que ha anotado tres tantos y facilitado tres asistencias en lo que va de curso. Si a esto se le suma que es su primera temporada jugando de forma más o menos continuada desde que abandonó la disciplina del filial en el mercado invernal de 2013, el balance es más que positivo.

Sin embargo, aunque los números también cantan, es su momento de forma actual el que invita al optimismo. Bien por necesidades del equipo o por la tendencia de Fernando Vázquez a buscar las debilidades específicas del rival, Juan Carlos ha jugado varios encuentros ubicado al costado derecho en una línea de tres mediapuntas o bien en un 4-1-4-1, pero ha sido centrando su posición y, por qué no decirlo, entrando en contacto con Rabello, Sissoko y Juan Domínguez, cuando ha dejado sus mejores minutos. De hecho, la única asignatura pendiente del jugador deportivista es doctorarse este año ante Riazor jugando un partido completo.

Así, la línea ascendente mostrada por Juan Carlos desde el taquicárdico partido de principios de marzo ante el Hércules se ha convertido en una mejora casi constante de sus prestaciones cada fin de semana, un aliciente más para una plantilla que con los numerosos contratiempos en forma de lesión o sanción durante los dos últimos meses mostró su lado más competitivo justo en el momento en que la categoría se revuelve y abandona a su suerte a aquel que se olvida de que tres puntos en Segunda División dan para mucho más que escalar posiciones. Juan Carlos también ha entrado en la dinámica del equipo y, ahora, por méritos propios, es uno de los jugadores a seguir de este Deportivo. Ese discurso de trabajo y paciencia en el que enfatizó Fernando Vázquez tras la victoria ante el Mallorca es el que, a lo largo de estas semanas, impulsó al mediapunta deportivista al once inicial. Ese discurso, su evolución y su estupendo pase entre líneas, posiblemente el mejor de toda la plantilla.

Con 21 puntos en juego, Juan Carlos tiene ante sí la oportunidad de consolidarse por fin en el equipo de su vida, ese que, curiosamente, parece haber encontrado el equilibrio entre resultados y buen fútbol poniendo a sus mejores pianistas sobre el tapete. Dos de ellos -Juan Domínguez y Juan Carlos- han crecido aquí, en El Mundo del Fútbol, lugar donde progresa ahora el hermano de Juan Carlos, Miguel, quien también dejó atrás el Victoria y ahora forma parte del Juvenil B de Fran Varela.