Los domingos al fútbol. La capital de Valladolid se paralizaba en un día propicio, tanto por el tiempo como por el optimismo que iba corriendo de boca en boca. Dos campeones de grupo abrían la mañana de deporte, con la intención de tomar ventaja en la lucha por el ascenso a Segunda B.

El Real Valladolid B y la UD Somozas se conjuraron en vestuarios. Cada uno de los veintidós elegidos, a su manera, saltaba al terreno de juego. Pie derecho, salto y dentro. Era la hora, era el momento. No se conocían de nada. Y ambos luchaban por el mismo objetivo. 

El equipo de Torres Gómez fue un reflejo de la afición que se dio cita para mostrarle su apoyo. Con el paso de los minutos, los espectadores fueron llenando las gradas y el filial iba mostrando su mejor juego. Su mejor versión no era un espejismo. Y como quien dice que tan importante es marcar goles como asistir a un compañero, Juanjo tomó la responsabilidad. Desde el córner, envió un balón a la frontal del área pequeña. Allí esperaba Amaro, libre de marcaje, que batió a Abraham. En once minutos el '10', el capitán, adelantaba a los suyos.

La intensidad de lo que se jugaban se hizo presente. Poco a poco el conjunto gallego se metió en el partido, pero sin opciones claras de lograr las tablas en el marcador. El mismo que no se movió más en la primera mitad. 

Balón parado, espadas en alto

Con corazón y razón se inició la segunda mitad en los Anexos. El equipo local era consciente de la importancia de mantener la portería a cero. El visitante, por el contrario, de que un gol les metía en el partido y en la eliminatoria.

El partido tan solo se paraba cuando la permisividad de un árbitro que debaja seguir el juego quedaba a un lado. No había tiempo que perder. El electrónico señalaba el minuto 6 cuando Juanjo caía en el área. Penalti a favor del conjunto pucelano. Cuando el delantero de Castellón encaraba portería, el visitante Iago pugnó con él, y terminó derribándole con una zancadilla. La grada aplaudía, incluso antes de que Rubén Díaz anotara su trigéismo gol en la presente campaña. Ventaja de dos tantos, y además la portería a cero, lo que era una gran renta para el Promesas.

Rubén Díaz y Luis Ángel, empate

El pichichi del Real Valladolid B se despedía de su afición como mejor sabe. Un tanto más que encarrilaba el primer partido de una eliminatoria que se ponía de cara. Pero el partido iba de reflejos. Y en el área blanquivioleta ocurría una jugada similar a la anterior. Carmona cometió penalti sobre Luis Ángel, máximo goleador del Somozas.

La confianza en el portero menos goleado de la categoría, Julio, mantenía una esperanza en los corazones pucelanos. Pero el extremo gallego marcó el tanto que mantiene con vida al Somozas en la eliminatoria.

Lejos de mantener el resultado el técnico del filial, con sus cambios, hizo evidente que su equipo quiere el ascenso. En cinco minutos, agotó los tres cambios. El capitán cedía su hueco y su brazalete en el campo, para dar entrada a Toni.  Poco antes saltaba al terreno de juego Teto, en lugar de Zubi. Y la última bala de Torres Gómez fue Pesca, que pisaba el césped cuando sonaban los aplausos para Anuar, que había realizado un gran partido.

Los 1500 espectadores que presenciaron la ida de la eliminatoria tenían aun voz para un gol más. El encuentro parecía que no daba para más. Pero las fuerzas de los pupilos de Torres Gómez sí.  Y como quien dice, que tan importante es marcar goles como asistir a un compañero, Juanjo tomó, de nuevo, la responsabilidad. La jugada que salía de las botas de Juanjo, en una arrancada del delantero, terminó en una ocasión de estrategia a balón parado.  La falta lateral lanzada por Juanjo al primer palo terminó al fondo de la portería, pese a la estirada de Abraham. La bota del delantero en la cabeza del central. De Juanjo a Iván Casado, en racha goleadora, para regresar a la ventaja de dos tantos.

Dos equipos y un destino

Con el pitido final, el Real Valladolid B se llevaba una justa victoria de su feudo. Un partido resuelto a balón parado. El Promesas viajará hasta Galicia para defender el resultado. El Municipal Pardiñas, de la localidad coruñsa de Somozas, dictará sentencia.  El filial doblegó a la UD Somozas por 3-1, lo que le concede una buena ventaja para afrontar el partido de vuelta de la eliminatoria de ascenso a Segunda B. El sueño queda a 90 minutos.