La afición del CD Lugo está repasando la novela que hace exactamente un año estaba escribiendo. Esa que narraba como el equipo capitaneado por el técnico cántabro se acercaba peligrosamente a los puestos rojos de la clasificación a escasas jornadas del final de liga y cuando la permanencia en la división de plata estaba prácticamente sellada.

La última victoria del Lugo fue ante la Ponferradina.

Hay que remontarse a la jornada treinta y cinco, justo un mes atrás, para rememorar la última victoria del Lugo. Su rival fue la Deportiva Ponferradina. El resultado final fue de tres goles a cero, siendo Sergio Rodríguez, Iago Díaz y Vincenzo Rennella quienes rubricaron las dianas. Los de Setién aplastaron a una Ponferradina débil y desubicada practicando un juego alegre y vibrante donde poco pudieron hacer los de Barragán.

Con las pilas cargadas viajaron a Gijón, pero el resultado fue más que contrario. Ya no sólo el del luminoso, sino también la imagen mostrada por los gallegos. De inicio, Quique Setién plantó un inexplicable trivote con Pita, Rafa García y Seoane como hombre más adelantado con la idea de plantar cara a las acometidas gijonesas resultando totalmente contraproducente. En el Molinón se pudo ver un partido anodino, sin garbo ni oficio, blando en general. Explosión. El experimento no funcionó.

Un derbi, un aliciente

Muchos gallegos tenían marcado en rojo el tres de mayo, día en el que el Deportivo de la Coruña volvía a pisar el Ángel Carro en competición oficial. Arropados por un ambiente espectacular tanto en las calles como en el campo, esta vez sí que los de Setién plantaron cara. A pesar de encontrarse con un gol en contra muy temprano y con un marcador parcial de dos goles a cero para los de Riazor, el Lugo tiró de pundonor y bemoles -y con la ayuda del genio Fernando Vázquez-, igualó un partido que se le había puesto muy cuesta arriba. Iago y Rennela volvían a marcar. Cincuenta puntos, inyección de moral y a Madrid a sellar la permanencia.

Aburrido, insustancial, insípido, sin garra, sin ganas.

En el estadio de Santo Domingo la semana siguiente se pudo ver un partido exactamente igual que el de Gijón: aburrido, insustancial, insípido, sin garra, sin ganas y con el marcador desfavorable al final de los noventa minutos. Vuelta en vacío. Todo visto.

Tocaba redimirse en el Ángel Carro nuevamente, esta vez ante el Alavés. Sumar un total de cincuenta y tres puntos, doblegar a un rival directo y viajar a Alicante con la calma, el buen sabor de boca y la satisfacción que proporciona el trabajo cumplido. Ovacionar otra vez a la grada al finalizar el partido y meterse en el túnel de vestuario contento después de abrazarse con los compañeros, sonrisa en boca.

Lamentablemente esto nunca sucedió. El Lugo volvió a mostrar su peor cara especialmente en una primera parte para el olvido, donde el blanquiazul Guzmán cogió el balón en su propio campo y sin oposición alguna lo metió en la meta de Dani Mallo. El resumen es el siguiente: 0-1 al final de los noventa minutos, resucitado otro equipo más dentro de la larga lista de "muertos que ven la luz de nuevo en el Ángel Carro" y sensaciones contrarias nuevamente. Muy blandos en defensa, muy poco arriesgados en ataque, sin ideas, sin enganche, sin referencia ofensiva… tan sólo una banda izquierda aceptable. Pitos y ovaciones a partes iguales. Hacía muchos años que el feudo lucense no reprochaba algo a los suyos.

Jornada 22

Hay que remontarse hasta el 19 de enero (primer partido de la segunda vuelta), para recordar una victoria del Lugo lejos del Ángel Carro. Fue ante el Numancia, en aquel partido suspendido parcialmente por un problema con la iluminación de Los Pajaritos y ganado con un gol no exento de polémica en los últimos minutos por parte del pichichi Rennella.

Una victoria, tres empates y cinco derrotas.

Hasta hoy los resultados obtenidos lejos de tierras gallegas en la segunda mitad de la competición son los siguientes: jornada 22, Numancia 0 - Lugo 1; jornada 24, Jaén 0 - Lugo 0; jornada 26, Girona 6 - Lugo 0; jornada 28, Las Palmas 0 - Lugo 0; jornada 30, Córdoba 1 - Lugo 1; jornada 32, Sabadell 1 - Lugo 0; jornada 34, Murcia 3 - Lugo 1; jornada 36, Sporting 2 - Lugo 0 y jornada 38, Alcorcón 1 - Lugo 0. Para resumir, de veintisiete puntos posibles a domicilio, los rojiblancos han cosechado la friolera de seis, o lo que es lo mismo, de nueve partidos jugados ganaron uno, empataron tres y perdieron cinco con tres goles a favor y catorce en contra. Una renta exageradamente paupérrima.